Pedro divierte a todo el mundo
menos a Conchita su mujer, a la que de un tiempo a esta parte tiene frita con la
temeraria tesis -está empecinado en ella- de que la verdadera pasión de Puccini
era la cartografía. A Pedro las palabras se le escapan de la boca, como a un
collar roto sus cuentas. Es infatigable. Los días ventosos como hoy, esas
palabras suyas vuelan caprichosas por el barrio y algunas de ellas se filtran
al azar por las rendijas de las puertas y las ventanas de las casas. Hace un
rato, por ejemplo, en la mía se ha colado la palabra allegro. He intentado agarrarla pero
era muy escurridiza. Un instante después he visto cómo en el
dormitorio de Marta, que queda más o menos enfrente del mío al otro lado de
la plaza, flirteaba furtiva con su almohada la palabra tómbolo. Es una tontería, lo sé, pero me han entrado celos.
Luego he visto cómo otra palabra más, que desde aquí no adivino, se quedaba pegada
a la ventana del comedor de casa de Dioni y cómo dos de sus cinco hijos y Whitman, el perro lanudo que los guarda a todos, jugaban divertidos a lamerla
a través del frío cristal.
Pedro está algo delicado de salud. Ya no trabaja de albañil. Ahora se dedica a ser
erudito y a llevarnos a todos la contraria. Todo el mundo sabe que un día no
muy lejano se nos va a morir. Él también lo sabe, claro.
(Continuará)
10 comentarios:
Cada capítulo me deja más impresionada, Raúl.
Preciosa imagen la de las palabras fluyendo por el barrio.
Jo!!
Que buena pinta empieza a tener este cuento.
Buenos días!!!
María.
La magia flota en el ambiente de este curioso barrio que retratas.
Se me antoja un cuento muy distinto a tus anteriores propuestas, querido amigo.
Abrazos.
Le estás dando ahora al cuento??
Avísame, vale?
Quiero ese libro de cuentos en cuanto salga a la luz...
Ya tú sabes, me encantan los cuentos, como a León Felipe
:P
Besos, Raúl.
Llego tarde, pero te leo.
Eso, siempre.
Te sienta muy bien la fantasía.
Besitos
Veo que estás escribiendo a modo de folletín. Me gusta mucho Raúl.
Un fuerte abrazo, amigo.
Entendible lo de Conchita, y es que VIVE CON ÉL!
Adiviné la palabra, creo que es Azúcar....Y es que con Puccini, Allegro, Tómbolo y la que adivino...Esto es música.
Están bailando tus sentidos?
Mmmm....La única certeza universal , es que vamos a morir....Cuándo...Quién sabe?
Excelente!
Me está gustando mucho el cuento.
He intentado copiar y pegarlo en un documento word para ir teniendolo entero -con tu permiso- pero me ha resultado imposible.
Grrrr!!
Abrazos.
JC
El pobre Pedro tiene sus razones para ser chillón, no, no lo hace por ser bajito...
Me ha encantado. Los tres.
Saludos, Raúl.
Encuentro muy sugerente el vuelo de las palabras por el barrio. Me gusta mucho como lo cuentas. Y... ¿cuántos capítulos quedan? Un beso grande Raúl.
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