jueves, 27 de octubre de 2011

Animal de compañía

Os cuento, que es su compañía lo único que le alegra los días de ahora. Así que, agradecido, lo quiere y lo mima con entrega y embeleso.
Lo encontró una noche callada y fría, idéntica a todas las...

43 comentarios:

Santi S. dijo...

Un animal hace olvidar a otro animal. Aunque ¿quién es más animal de los 3?

Josep dijo...

Veo que te adentras vivamente y con elegancia en el surrealismo conceptual como consecuencia lógica a tu dominio de la síntesis alegórica y breve.

Estupendo.

Un abrazo.

Rebeca dijo...

Ese animal va a matar a su dueño si no aprende a perdonar.

awacat.es dijo...

Volveré mañana, hoy no me deja la Rabia..

Beso, Raúl.

Belén dijo...

Ay qué bueno, Raúl... este animal lo tienen muchos y muchas, te lo digo yo...

Besicos

39escalones dijo...

La mascota se comerá al dueño, seguro, y luego reventará. Qué forma de introducir el terror en una situación cotidiana...

Irreverens dijo...

Vamos, como un retrato de Dorian Gray pero en vivo y peludo... ¡tremendo!
:D

Anónimo dijo...

Guauuu!!
Tiene razón 39escalones, es un verdadero cuento de terror. Pone los pelos de punta imgainar la continuación del relato.
Tambien es casi unareflexión filosofica sobre el odio.
Me encantó!!
Besosss.

María

El Doctor dijo...

Redondo y profundo.Sí señor,la rabia del hombre engorda al perro.Un mimetismo de lo más interesante.
Salud,amigo.

EL QUINTO FORAJIDO dijo...

A veces resulta mejor ser resultón que guapo, extraña criatura que acoge por compasión pero se alimenta con la rabia.

Concha Huerta dijo...

Que ingeniosa esta manera de relatar el monstruo de la rabia y que adecuado a esta situación por desgracia tan comun en nuestros días. Las layes desgraciadamente muchas veces se ensañan con indiferencia a las situaciones que se nos escapan de las manos. Un saludo

César dijo...

Siempre hay que estar preparados para tu moraleja final, pero bien pudiera ser ese animal un puerco espín lleno de púas que al animal protegen y punzan a quien lo toca.

Aquí le llamamos erizo cacheiro. Y claro, la rabia se desinfla. No recuerdo bien cómo...

Lo Siento por Interrumpir dijo...

Qué cosas. Yo tengo un amigo que dice que su mascota le hará ser mejor persona. Sin embargo a tu protagonista... De cualquier modo, como dicen arriba, un relato redondo.

senses and nonsenses dijo...

un cuento escalofriante. enhorabuena.
siempre he desconfiado de aquellos amantes de los animales que no son capaces de sentir empatía con sus iguales.

un abrazo.

campoazul dijo...

¡¡Qué bueno!! ...Y su rabia sigue engordando y el consumiendo.

Besitos.

pepa mas gisbert dijo...

Aún a riesgo de que me denuncie la protectora, hay bichos de compañia a los que deberiamos asesinar. Tal cual.

Rosa dijo...

La rabia consumirá su vida...
Me encanta tu forma de narrar. Conviertes lo más cotidiano en un viaje alucinante...

Besos desde el aire

roberto dijo...

Buena pieza (me refieron al cuento, no al animal).

Andrés Bastardo Grenouille dijo...

De ese perro no me fío.

Unknown dijo...

Engorda.....
Mala cosa..

Anónimo dijo...

Yo tengo un bicho de esos que se llama Despecho. Crece y crece sin parar y últimamente, en "los días de ahora" (cómo me gusta este giro), me acompaña a todas partes. Supongo que al revés del de tu protagonista, el mío desaparecerá días después de que se marche mi particular "Rosano". In salah!

(Sí, lo de los juicios es algo con lo que nunca había contado en mi vida: estoy asustada, Raúl)

abril en paris dijo...

Muerto el perro se acabó la Rabia..:-)

Zayi Hernández dijo...

Tu texto me ha conmovido...que tanto de Carlos hay en cada uno de nosotros...
Un besito.

Juanjo Mora dijo...

No sé por qué tantos te dicen que es un relato redondo. Vas a tener que empezar a desconfiar de ellos y buscarte nuevos lectores de confianza. Para que este relato sea redondo le sobra la última frase. Tal y como está no es redondo, sino obvio. Es la típica resolución criminal con el mayordomo de protagonista.
El resto es magistral.

Anónimo dijo...

Hay una segunda parte, no escrita, que hablaría como alguien ya apuntado, a que mientras el chucho o lo que sea (esa magnífica metáfora) engorda y crece, el tiparraco (el verdadero animal del cuento) mengua como un guisante hidrofilado.
Genial....también la última frase, pues resulta un cierre perfecto.

JC

Tesa dijo...

Pues parece un bicho raro, pero no ...hay toda una plaga.

Juan Herrezuelo dijo...

Haría bien Carlos en no engañarse: él es la mascota de esa fea criatura llamada "Rabia".

LaCuarent dijo...

Hay que tener cuidado estos bichos se están multiplicando sin control y ya son una plaga

Interesante y estupendo, para no variar
Un besote

Miguel Baquero dijo...

Mucho me temo que ese animal, por ese camino, irá creciendo y creciendo hasta devorarlo a él.

flower dijo...

Este es el típico texto que conforme voy leyendo, me hace conciente de que voy a ser engañada en la última línea.

Por un momento adiviné unas pinceladas autobiográficas pero sabiéndote galante y respetuoso, y conocedora del pelaje de ese animal de compañía que tan bien te acompaña, descarté mi propia película.

¡Siempre echándole las culpas al gato! ¡Ay, Flower, en qué estarías pensando...!

;)

Yo también sonrío.

Un beso salvaje,

Beatriz dijo...

Impresionante el crescendo de tu relato.
Me temo que después de haberte leído siempre tendré el temor de tener a un Carlos que me muerda.

Un abrazo
Beatriz
(No puedo dejar comentario con mi perfil. Probaré como Anónima.Me está pasando en muchos blog-

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=jtJ2Q6rbMF8
Y si ese bicho se llamara AMOR....

A.L.Zarapico dijo...

Rabia...un gran sentimiento, si se sabe usar claro.Saludos Raúl.

Miguel dijo...

La rabia alimenta el espíritu de mucha gente. ¡Qué pena!

Un abrazo.

Una dijo...

Qué será del animalito cuando la rabia pase a indiferencia?

Juanjo Montoliu dijo...

No presumo de ecologista, pero veo en tu relato que los animales son mucho mejores que los hombres. Nosotros hubiéramos matado a un animal con rabia y ellos no sólo la toleran, se alimentan de ella.

Me ha gustado el relato. Rabiosamente bueno.

Marcos Callau dijo...

No sé cómo puede acabar ese animal cuando reviente, Raúl, pero sus consecuencias pueden ser nefastas. Muy ingenioso, amigo. Un abrazo.

Elena Casero dijo...

Bien, nos tienes obnuvilados desde el principio a ver dónde desemboca el animalito.
Esperemos que no engorde mucho más, la rabia es peligrosa.

Bueno, como es habitual en tu pluma (la de escribir)

Un abrazo

MTeresa dijo...

Bonísimooooooo
me ha encantado tu relato,
auténtico y veraz,
pasa,
ya lo creo que pasa.
Un abrazo

Maria Coca dijo...

Un animal que puede acabar con él si le ofrece demasiada compañía.

Me gusta el final. Resulta inesperado. El lector no sabe qué tipo de animal tiene el protagonista e impacta.

Un abrazo, Raúl.

matrioska_verde dijo...

Sobrecogedor. Hay muchos Carlos, más de los que quisiéramos. Biquiños,

Francisco Ortiz dijo...

Qué bueno, Raúl: tan vivo y tan temible bicho.

LA ZARZAMORA dijo...

Mejor que el Hombre...

Besos, Raúl.