jueves, 21 de mayo de 2015

La frustración

Cuando por aquello de lo cortés alguien me preguntaba qué es lo que quería ser de mayor, mi padre se adelantaba y respondía ufano, marcada la sonrisa bajo el bigote y estrechándome con fuerza la mano para insuflarme convicción en su sentencia, que yo iba a ser el mejor pendolista del mundo...  

12 comentarios:

ethan dijo...

Despacito y con buena letra cambió de profesión.
De tus mejores relatos, de verdad.
Abrazos.

Santi S. dijo...

Me ha encantado. Es un relato maduro y complejo y con un sentido del humor de lo más fino.
Con respecto al misterio indescifrable de la letra de los médicos, tendríamos que hablar largo y tendido.

Anónimo dijo...

Opino como los que me preceden: me parece un micro buenísimo.
Bravo!!

María

Javier Ximens dijo...

Qué bueno, Raúl. Un relato muy bien escrito (no me refiero a la letra, jeje) que se lee como deslizándote. Me has llevado a aquellos cuadernos de caligrafía, y sí cuántos han tenido que esperar un sepelio para iniciar la vida.

BB dijo...

Un relato encantador. Cuando la lucha parece inútil, saber ubicarse es el secreto. Otro médico con letra ilegible engrosará las filas.
Un abrazo

abril en paris dijo...

Curiosa forma de hallar su vocación. y ¿si en el fondo la intención de su padre era esa..?
Muy bueno, Raúl.:)

Saludos

Anita Dinamita dijo...

Ya sé por qué no soy médico, je je. No conocía la palabra pendolista, mola, porque parece más que tu padre iba diciendo por ahí que ibas a ser un pendón verbenero (tú no, el protagonista).
Abrazos

José Luis Martínez Clares dijo...

Estupendo, doctor. Eso se llama adaptación al medio. Un abrazo

Setefilla Almenara J. dijo...

Bien pensado, y buen giro de tuerca. Un placer venir por tus letras.
Sete.

Anónimo dijo...

Qué hilvan más hermoso!
Y por fortuna lo cortés no quitó lo valiente, sino tendríamos otro lisiado de alma, por seguir el mandato de los progenitores.
Bien por este "DIOSTOR"...Que para bien o mal....Hará uso, en cada "prescripción"... de su caligrafía.
Muy grata lectura!

Miguel dijo...

Yo tengo un alumno que le llama Ethan (curiosamente igual que el primer comentarista) que es un encanto, pero tiene una letra horrible, Ya está. Hablaré con sus padres y le diré que se haga médico.

Un fuerte abrazo.

Juan Herrezuelo dijo...

Lo que la buena caligrafía no da, Hipócrates consuela.