jueves, 25 de junio de 2015

Nostalgia

Todos los días tendrían que ser el día en que nos conocimos. Todos los días deberían empezar cuando lo hizo aquel, al atardecer, con un tren que llega y del que desciende una joven con el sol prendido en el pelo, como abrojo...

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Al leerte uno no sabe nunca cuál de las dos caras del ser humano es la que está saliendo a flote, cuando se va a producir el hachazo y te vas a quedar a cuadros por la sorpresa.
Me ha gustado mucho.

JC

Santi S. dijo...

El ser más vil también siente y se emociona. Ocurre que lo hace por motivos tan execrables como sombría es su naturaleza.
Un relato genial.

Anita Dinamita dijo...

Joe, pero qué bueno, no sabía yo que algo así podía escribirse con tan buen gusto.
¡Me encanta!

abril en paris dijo...

Como escarpias los pelillos, Raúl tramposo..jaja..nos llevas de la mano, con infinita dulzura y luego ¡zasca!o0
Amores que matan..muy bueno.

Saludos

Juan Herrezuelo dijo...

Soy un romántico incurable, Raúl: me quedo atrapado en el tiempo de las nostalgias que recoge tu magnífico relato justo justo hasta su desenlace: tras él, le desearía al confeso que todos los días fueran el día que se cerró a su espalda, ay, la puerta de la celda...

Anónimo dijo...

Qué duro y que hermoso. Opino como "Anita Dinamita", haces qiue lo dramático resulte bello.
Buen finde!!

María

Setefilla Almenara J. dijo...

Entrada dulce y embaucadora que te introduce en la umbría más fatalista y ni te enteras. El noir no es lo mío, pero estas líneas seducen.
Un abrazo.

José Luis Martínez Clares dijo...

La belleza anida hasta en las historias más truculentas... todo depende de quién lo cuente y de cómo lo cuente. Un abrazo

Recomenzar dijo...

si uno pudiera conservar el principio!!!!!!!!!!!!!!
pero el principio se desgasta
y al final deja de ser principio para convertirse en........
great text

Anónimo dijo...

No quisiera que nadie me quisiera así, con ese amor, con tanta ternura ....

Me ha gustado mucho. Poético y cruel, como la naturaleza misma

Anónimo dijo...


Este relato me acuerda las calorías que quemamos durante un ejercicio, pero una vez terminado;ingerimos el doble.
Encantador esta entrada con dos caras.

Saludos!

Miguel dijo...

Un relato fuerte, intenso, agradable. Un relato propio de tu pluma frenética que sabe desatar los sentimientos como comos... Un delicia.

Un abrazo.

Marta López (Claudia) dijo...

Una dulce historia de amor, que se clava como filo de acero en ese chasquido de su cuello. Una maravilla, como siempre.

Un abrzo.
Marta