jueves, 12 de junio de 2014

Acromatismo 2014


No hay más colores que el gris. No hay amaneceres de rojos deslumbrantes, ni tardes azuladas de plácido sosiego en las que descansar echando la vista atrás después de una jornada en el trabajo. Ya nadie me regala corbatas estridentes que ponerme.



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24 comentarios:

Rosa dijo...

Qué tristeza tan gris y pegajosa destila el relato. Termina pasándote...
Besos desde el aire

Santi S. dijo...

Son malos tiempos para la lírica, es verdad, y muy buenos para el daltonismo.
Genial, como siempre.

Anita Dinamita dijo...

Y tan gris como muchas realidades.
Un día te tengo que enseñar la sentencia "Te recuerdo, Amanda".
Besitos

Javier Ximens dijo...

Es una lástima tener que describir escenas de siglos pasados, los escritores vuelve al realismo, al grito de tinta. Son los índices que no aparecen las estadísticas. El desempleo arrastra con la vida de las personas. Gusto leerte, aunque sea en gris.

José Luis Martínez Clares dijo...

Todo gris menos tu manera de contarlo.

Anónimo dijo...

En pocas palabras muchos dramas: el social, el personal, el laboral, el matrimonial, el paterno-filial....
¡Que tiempos!
¡Que bien escribes!

María

David Moreno dijo...

Gris panorama, gris agobiante, gris realidad, no para todos que conste, los de siempre se han encargado de guardar el resto de los colores de la paleta para sí.

Un saludo indio
Mitakuye oyasin

abril en paris dijo...

El gris, ese color tan denostado.. pero existe el gris perla, recuerdo, y se puede combinar muy bien con el rosa.
Muy recomendable cambiar de gafas.
Genial y triste relato
Besos

El Doctor dijo...

En estas cosas iba yo pensando el otro día cuando caminaba por Barcelona, hacia la medianoche. Cajero automáticos repletos de gente, todavía bien vestida. Gentes que andan pidiendo todavía con sus ropas lavadas en las últimas coladas de sus casas. Gentes que todavía no apestan lo suficiente porque son recientes en el nudo orden del mundo, un orden que viene de antaño y que nos suena a nuevo a nosotros, los que nos quedan todavía un trocito de tabla en el océano del desastre. Todos estamos expuestos, al menos,los que dependemos de un sueldo al mes. He visto cientos de matrimonios que todavía siguen juntos porque hay ingresos. Y tu relato, magistral, como siempre, lo veo yo todavía optimista para una realidad que nadie quiere ver. Tu personaje aún puede ver a su niñita, aunque sea bajo la mirada atenta y gris. Hablé, no hace mucho, con un tipo que me pidió dinero en la calle. Era de esos que aquí te explico,todavía se percibía la última colada con jabón del bueno, pero que su ropa no volvería a ver. Me dijo que su esposa había envenenado a sus hijos con mentiras horribles respecto a él. Y lo peor de todo; me dijo que lo hacía para que sus hijos no le llevasen un bocadillo al cajero donde dormía.

Este relato tuyo hace pensar y recordar y eso es importante.

Abrazos

Juan Herrezuelo dijo...

La melancolía, la decadencia, tienen esa grisura polvorienta que cubría a los Salina en la iglesia de Donnafugata, en la memorable escena de El Gatopardo versión Visconti, y un poco ese tono gris marengo del abrigo de Franco en el palco del Barnabéu versión NODO. Cómo me gusta esa carga social que tienen ya todos tus relatos, esas breves escenas de un derrumbe.

Juanjo Montoliu dijo...

Real como la vida misma y muy bien contado, con esa forma tuya de hacerlo, que si no te detienes bien en leer lo que has escrito, parece que te acaricien las palabras.
Dirijo mi mirada a la calle y cuento. Circulan 3 coches grises de cada 10, y han pasado cuatro juntos de golpe.
Con la vida pasa igual. No todo es gris, pero cuando llegan los grises, lo hacen todos de golpe.

Anónimo dijo...

Nos decía nuestrao profesor de filosofía del lenguaje que el prefijo a- según a qué palabras se le añadiese, carecía de sentido. Nos ponía el ejemplo de 'amoral'¿Puede ser alguien amoral? Rechazar la moral de una sociedad, de un colectivo, o la moral en sí implica adoptar otros valores, es por tanto imposible el concepto de amoralidad.
Me pregunto si lo es el de acromatismo ahora.
Sea como fuese, precioso relato.
Siempre, me gustas.

Uno dijo...

Incluso en el gris se pueden buscar matices si quieres o si tienes el ánimo de hacerlo. Hasta 50 sombras de gris.
Un saludo

Miguel dijo...

La vida es gris, qué duda cabe, pero todos los días sale el sol...

Un abrazo.

Alís dijo...

Una vida gris, sin duda. Cuando todo parece ponerse en contra no es fácil ponerle color a la vida.
Conmovedor texto

Un abrazo

Anónimo dijo...

Vendieron sueños y estaban envenenados. Simplemente pagamos la ignorancia y no aprendemos.

El gris ha llegado y con el . Multitud de salvadores que no son mas que la nada mas absoluta. Ahora uno con coleta que habla con tranquilidad fingida, mañana uno que voceara sobre la patria.

En fin, lo de siempre con el final cada vez mas triste....Cuidate

Aire dijo...

Hola, ola de mar..
Por desgracia hay muchas personas en esa situación y casi con el mismo patrón: el despido, la falta de empleo , ser abandonado por seres queridos...Las desgracias no vienen solas.
Y lo peor es que parece que hasta te acostumbras a que sea así. Como si fuera normal realmente, lo aceptas como aceptas que es de día o de noche.
Un beso
Aire

Anónimo dijo...


Tal vez Irene, necesita otros colores. Un matiz u otro pigmento que le haga ver que la vida tiene otras canvas..

Saludos desde este lado

Vicente Corrotea dijo...

Me tienes atrapados en tus relatos.
Abrazos.

Anónimo dijo...

La crudeza de la vida relatada con la ternura de la que haces muchas veces gala en tus relatos.

Un abrazo

Marta dijo...


El relato habla de gris, pero el azul y el verde, colores de la luz y la esperanza, siempre están presentes en tus historias.
Un beso escritor.

Anónimo dijo...


Hola Raúl:

Una alegría volver a leerte. He estado un poco gris, y ahora vuelvo a colorearme un poco. Vuelvo a escribir más en mi blog y a leer a mis favoritos, entre los que te encuentras. El último texto, bastante real, ma
ás real y actual de lo que nos gustaría.

Un saludo con colores.

Uno dijo...

Es lo que tiene la perspectiva que cambia mucho los colores, ¿verdad?
Estupendo.Un saludo

Xenia dijo...

Conmovedor por lo real, por lo verosímil y por lo posible. Acabo de descubrir tu blog y lo que leí me sacudió. Saludos.