La vida se le escapa en forma de mañana bulliciosa. Y de colores.
Ha de ser negro, se dice. Y apoyado en el alféizar de un negocio en traspaso, acera de por medio, ve como por la calle circulan vehículos rojos, blancos o azules. Ahora...
Como ya te he dicho en el concurso, es un relto muy bueno. En esta versión extendida además, le has añadido algunos adjetivos más que la hacen un poco más redonda y preciosista.
Ayer mismo pensé que es raro que no haya más gente que espere ante un paso de cebra la llegada de uno de esos coches que se ve a las claras que no va a parar, que es mucho hombre él para pararse, vamos, y entonces adelantar una pierna y ya está, acaso baste para pagar la hipoteca o para que la mujer intente reflotar el negocio, aunque sea sola... Realmente aún no sabemos hasta dónde puede llegar la desesperación a la que están empujándonos. Estupendo ejemplo de concentración narrativa, Raúl, como siempre, o quizá un poco más: más intenso en menos espacio.
Vengo a leerte desde ENTC. "Negocio en traspaso",, "problemas con los bancos", suicidios"... Según iba avanzando en la lectura me iba preguntando cómo narices ibas a poder introducir la figura de un caballero en esta historia tan actual, y mira tú por donde que al final me has sorprendido por lo armonizado que ha quedado. En ese párrafo final, con la ausencia de los guiones propios de los diálogos, has conseguido una unidad narrativa muy buena que además obliga al lector a estar mu atento. Me ha gustado mucho. Abrazos.
Está muy bien, Raúl, bien medido el 'tempo'. Por supuesto, el pulcro anciano de la perilla que reclama el taxi (que ya no son negros) es el Diablo, por si no lo sabías.
Este es un micro que va hundiendo en el lector a medida que este transita por su lectura, miemtras espera el desenlace fatal. Su cierre genra un suspiro que no llega a aliviar la desazón que ha producido. Es su potencia emocional lo que destaco y lo acertado de la respiración narrativa que has sabido darle.
No me parece un relato duro a pesar de lo que quieres que se intuya. Será ese juego infantil de elegir color de coche desde un rincón de la calle pero este relato me dibuja una leve sonrisa en la cara desde el principio, sonrisa que se acentúa con ese final de, como ya alguien ha dicho, Quijote al rescate.
Un método no muy recomendable, porque las garantías de éxito total no son tan altas como pudiera parecer, y sí lo son, en cambio, las de lesiones que impidan un nuevo intento. Pero la desesperación es lo que tiene. Caray, hasta los taxis se han puesto negros... O zainos, si les va la tauromaquia... En fin, la tercera edad al rescate, una vez más.
Muy bueno, muy bueno el relato. De profesional, casi me atrevería a decir. Es un relato que genera una espectación macabra, donde el lector intuye el fatal desenlace, pero la esperanza puede surgir en cualquiera de sus formas menos pensadas.
Estoy de acuerdo en que el anciando del final puede ser el mismisimo diablo, pero es que hoy va a terminar siendo una de las pocas personas con algo de poder de las que nos podremos fiar.
¿Un día de suerte? Depende del prisma desde el que se mire...¿Cuándo reunirá las fuerzas suficientes para volverlo a intentar?...cuando dejas tantas cosas al azar corres el riesgo de que te salven la vida...sublime!!!!infinitos besos para tus bolsillos...
Blog abierto en 2006.
Autor de 3 libros de relatos: ELEFANTIASIS, LA SUAVE PIEL DE LA ANACONDA, y GLÓBULOS VERSOS y de 3 novelas: UN VIAJE SOLO PARA HOMBRES, ANTES. ENTONCES. NUNCA y POR MI GRAN CULPA, obra ganadora del XXIV Premio de Novela Negra Ciudad de Getafe 2020. Aficionado al cine, buscador de cosas,... En fin.
17 comentarios:
Como ya te he dicho en el concurso, es un relto muy bueno. En esta versión extendida además, le has añadido algunos adjetivos más que la hacen un poco más redonda y preciosista.
Ayer mismo pensé que es raro que no haya más gente que espere ante un paso de cebra la llegada de uno de esos coches que se ve a las claras que no va a parar, que es mucho hombre él para pararse, vamos, y entonces adelantar una pierna y ya está, acaso baste para pagar la hipoteca o para que la mujer intente reflotar el negocio, aunque sea sola... Realmente aún no sabemos hasta dónde puede llegar la desesperación a la que están empujándonos.
Estupendo ejemplo de concentración narrativa, Raúl, como siempre, o quizá un poco más: más intenso en menos espacio.
Vengo a leerte desde ENTC.
"Negocio en traspaso",, "problemas con los bancos", suicidios"... Según iba avanzando en la lectura me iba preguntando cómo narices ibas a poder introducir la figura de un caballero en esta historia tan actual, y mira tú por donde que al final me has sorprendido por lo armonizado que ha quedado. En ese párrafo final, con la ausencia de los guiones propios de los diálogos, has conseguido una unidad narrativa muy buena que además obliga al lector a estar mu atento.
Me ha gustado mucho.
Abrazos.
Isabel-ita
Está muy bien, Raúl, bien medido el 'tempo'. Por supuesto, el pulcro anciano de la perilla que reclama el taxi (que ya no son negros) es el Diablo, por si no lo sabías.
uf, que alivio... estoy demasiado susceptible con tanto suicidio... ¡es terrible!
biquiños,
Ser libre pero morir o vivir esclavo del banco, un dilema de furiosa actualidad y no sé para cual de las dos elecciones hará falta más valor.
¡Excelente, Raúl!
Este es un micro que va hundiendo en el lector a medida que este transita por su lectura, miemtras espera el desenlace fatal. Su cierre genra un suspiro que no llega a aliviar la desazón que ha producido. Es su potencia emocional lo que destaco y lo acertado de la respiración narrativa que has sabido darle.
Mis aplausos.
Un abrazo.
Ese señor sabía manejar la espada del carácter y el escudo de la cortesía.
Formidable Raúl,
Saludos
No me parece un relato duro a pesar de lo que quieres que se intuya. Será ese juego infantil de elegir color de coche desde un rincón de la calle pero este relato me dibuja una leve sonrisa en la cara desde el principio, sonrisa que se acentúa con ese final de, como ya alguien ha dicho, Quijote al rescate.
Un método no muy recomendable, porque las garantías de éxito total no son tan altas como pudiera parecer, y sí lo son, en cambio, las de lesiones que impidan un nuevo intento. Pero la desesperación es lo que tiene.
Caray, hasta los taxis se han puesto negros... O zainos, si les va la tauromaquia...
En fin, la tercera edad al rescate, una vez más.
"Matrimonio y mortaja del cielo bajan". No le tocaba ese día...
Muy bueno Raúl, como todo lo tuyo.
Sonrío
Muy bueno, muy bueno el relato. De profesional, casi me atrevería a decir. Es un relato que genera una espectación macabra, donde el lector intuye el fatal desenlace, pero la esperanza puede surgir en cualquiera de sus formas menos pensadas.
Un abrazo.
Estoy de acuerdo en que el anciando del final puede ser el mismisimo diablo, pero es que hoy va a terminar siendo una de las pocas personas con algo de poder de las que nos podremos fiar.
Los modales son siempre muy útiles y se están perdiendo. Excelente relato.
La vida se basa en detalles que incrementan o disminuyen su intensidad.
Un abrazo.
¿Un día de suerte? Depende del prisma desde el que se mire...¿Cuándo reunirá las fuerzas suficientes para volverlo a intentar?...cuando dejas tantas cosas al azar corres el riesgo de que te salven la vida...sublime!!!!infinitos besos para tus bolsillos...
La dama de la guadaña, tiene su propio horario, su propio itinerario...Nadie puede apurarla, o ir a su encuentro...
Buenísimo, Raúl.
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