Todo comenzó hará un mes, cuando descubrí un ligero desconche en una de las paredes del salón. Una pequeña calva en la pintura que tan solo reflejaba la edad de la edificación, el desgaste por...
..Y para completar la escena coincide que hoy ha fallecido de forma absolutamente imprevista alguien con quien tenía pendiente volver a compartir algo de tiempo....de nuevo, como siempre, la ficticia solided de lo material y lo inmaterial llama a la puerta de la consciencia...todo es cambio... un buen día, de pronto, la urgencia y después el fin, para volver a empezar de forma diferente.
Genial, claro que sí. Nos pensamos que tan solo son casas, paredes... Creó que en ese "después fueron la cocina" tocaría un "después fue la cocina" Igual no, estoy medio dormida, pero revísalo. Besos
Había tanta vida guardada entre aquellas viejas paredes de aquél que la habitó, de ese padre y con él de tantos momentos compartidos. Y esa casa, deshabitada del alma de su dueño, vacía de las voces que la inundaron, presintió el Adiós y se derrumbó como se derrumbe el corazón de un hijo cuando llega ese Adiós Definitivo .
Dejamos la casa de nuestros padres, luego, a veces, la casa de nuestro primer matrimonio, y siempre experimentamos la misma pena, la de sentirse, de una vez por todas, huérfanos.La vida no admite retornos.
Me sumo plenamente a los elogios que me preceden: excelente ejercicio de personificación de una casa y excelente el parelelismo entre ésta y el padre. Al final, demasiado tarde para restaurar una o la relación con el otro.
No toda casa es el hombre (o la mujer) que la habita, ni toda mujer (u hombre) encierra en su alma su casa, pero cuando se consigue, ha de ser extraordinario.
Mejor lo dice Benedetti:
ÉSTA ES MI CASA
No cabe duda. Esta es mi casa aquí sucedo, aquí me engaño inmensamente. Esta es mi casa detenida en el tiempo.
Llega el otoño y me defiende, la primavera y me condena. Tengo millones de huéspedes que ríen y comen, copulan y duermen, juegan y piensan, millones de huéspedes que se aburren y tienen pesadillas y ataques de nervios.
No cabe duda. Esta es mi casa. Todos los perros y campanarios pasan frente a ella. Pero a mi casa la azotan los rayos y un día se va a partir en dos.
Y yo no sabré dónde guarecerme porque todas las puertas dan afuera del mundo.
Esos hermanos ya no se van a pelear por la casa. Casi siempre el corazón de los que se van se queda dentro de las paredes y si las paredes escucharan... Saludos
Muy acertado el paralelismo, la casa mal carácter y malas relaciones y el hombre la robustez de una viga y la fragilidad de un desconchado. Y un final sin esperanza, todo se hunde. Espléndido Salut
Es curioso, pero en Buenos Aires ayer se derrumbó un viejo edificio entero y más de cien personas perdieron su hogar y sus pertenencias. No es una noticia frecuente. Una preciosa metáfora, Raúl. Un abrazo fuerte.
Al margen del sorprendente final de tu relato, puedo decir que las casas nos siguen en nuestras rupturas: se desmembran como sus habitantes. Una inquietante gotera ha invadido una pared de mi dormitorio y se ha cubierto de moho, las puertas de los armarios de la cocina se divorcian de las visagras que las sostienen, los azulejos de los baños se rompen dejando al descubierto el sobrio cemento y el ladrillo que antaño ocultaban... todo colapsa con nosotros.
Precsiosas e inquietantes metaforas, este relato y el anterior. Cuando aquello que nos atormenta se encarna en algo corporeo, es para echarse a temblar...
Siempre me han fascinado esos desconches en la pared y lo que arrastran como relatos. El que se me quedó grabado de por vida fue el de Tiempo de silencio... Hay retornos que no tienen sentido. Y pasos que nunca nos llevarán a ninguna parte. Besos, Raúl.
Blog abierto en 2006.
Autor de 3 libros de relatos: ELEFANTIASIS, LA SUAVE PIEL DE LA ANACONDA, y GLÓBULOS VERSOS y de 3 novelas: UN VIAJE SOLO PARA HOMBRES, ANTES. ENTONCES. NUNCA y POR MI GRAN CULPA, obra ganadora del XXIV Premio de Novela Negra Ciudad de Getafe 2020. Aficionado al cine, buscador de cosas,... En fin.
50 comentarios:
La casa del padre.
Soberbio, Raúl.
Un abrazo.
A veces el alma se esconde donde menos te lo esperas
Estupendo, como siempre.
Un beso
Me gusta cómo describes la reciedumbre del padre sin mencionarle apenas.
Conexión total.
¡Perfecto!
¿Quieres venir a dar un curso de narrativa a mi pueblo?
Muaaaaaaaaaaaa,
Genial Raul (para variar).
..Y para completar la escena coincide que hoy ha fallecido de forma absolutamente imprevista alguien con quien tenía pendiente volver a compartir algo de tiempo....de nuevo, como siempre, la ficticia solided de lo material y lo inmaterial llama a la puerta de la consciencia...todo es cambio... un buen día, de pronto, la urgencia y después el fin, para volver a empezar de forma diferente.
Simplemente, romper cadenas con lo establecido y resurgir. O eso cree entender este lector...Saludos
Magnifico Raúl, un verdadero placer pasar a saludarte.
La casa y el padre se derrumban al unisono, como latidos de un mismo corazón.
El final de algo, es siempre el comienzo de algo más...
Un abrazo
Mary
siempre fui de la teoria de que las cosas conservan parte de la escencia de sus dueños. Y en este caso gran metafora. Muy bueno Raul.
He conocido a muchos cabezones en este mundo, pero no hasta el punto de querer llevarse la razón al otro mundo. O la casa.
Los padres son las más de las veces los duros y grises de la familia, otro estupendo ratito.
Genial, claro que sí. Nos pensamos que tan solo son casas, paredes...
Creó que en ese "después fueron la cocina" tocaría un "después fue la cocina"
Igual no, estoy medio dormida, pero revísalo.
Besos
Muy Usher...
El dormitorio, a fuerza de ser conyugal, obviamente va camino de la ruina...
Casas que se parecen a sus dueños...
Me gusta el texto, estamos hechos de nuestras cosas y los lugares que habitamos.
Había tanta vida guardada entre aquellas viejas paredes de aquél que la habitó, de ese padre y con él de tantos momentos compartidos. Y esa casa, deshabitada del alma de su dueño, vacía de las voces que la inundaron, presintió el Adiós y se derrumbó como se derrumbe el corazón de un hijo cuando llega ese Adiós Definitivo .
Hermosísimo relato, como todos los tuyos.
Un abrazo
¡¡soberbio!!
Muy bien reflejada esa relación amor/odio -y sus consecuencias- que a veces rige las relaciones padre e hijos.
Inquietante conexión entre el padre y la casa. Muy buen relato Raúl.
Besos desde el aire
Me ha encantado su sencillez. Es tierno y emotivo, Raúl. Muy buen relato.
Buen jueves!!!
María
Hay vidas agrietadas como casas viejas.
Saludos elefantiasicos...
Curiosamente, sin tu estupenda prosa, yo recuerdo esta semana a mi madre en mi blog. No deja de sorprenderme como nos marcan los padres.
En este micro el personaje es la casa, me ha parecido escuchar cómo respiraba.
Dejamos la casa de nuestros padres, luego, a veces, la casa de nuestro primer matrimonio, y siempre experimentamos la misma pena, la de sentirse, de una vez por todas, huérfanos.La vida no admite retornos.
Esas señales... :)
Me sumo plenamente a los elogios que me preceden: excelente ejercicio de personificación de una casa y excelente el parelelismo entre ésta y el padre. Al final, demasiado tarde para restaurar una o la relación con el otro.
Hilos invisibles que unen. Me lo creo. Biquiños,
La casa como metáfora del cuerpo, sí, el mío necesita ya un contratista urgente
Pues mejor así , porque de no haberse caído sería de inmediato una casa encantada y de mal rollo.
Qué bien lo cuentas.
besos
Magnífico relato, Raúl. La idea es sencilla, pero igual por eso es un cuento grandísimo, por lo bien contado que está...
Hermoso relato, que te deja derrumbado...
Intima conexión entre arquitectura y vida; fallas y cascotes el conjuro necesario para el desplome cercano.
Una sonrisa
No toda casa es el hombre (o la mujer) que la habita, ni toda mujer (u hombre) encierra en su alma su casa, pero cuando se consigue, ha de ser extraordinario.
Mejor lo dice Benedetti:
ÉSTA ES MI CASA
No cabe duda. Esta es mi casa
aquí sucedo, aquí
me engaño inmensamente.
Esta es mi casa detenida en el tiempo.
Llega el otoño y me defiende,
la primavera y me condena.
Tengo millones de huéspedes
que ríen y comen,
copulan y duermen,
juegan y piensan,
millones de huéspedes que se aburren
y tienen pesadillas y ataques de nervios.
No cabe duda. Esta es mi casa.
Todos los perros y campanarios
pasan frente a ella.
Pero a mi casa la azotan los rayos
y un día se va a partir en dos.
Y yo no sabré dónde guarecerme
porque todas las puertas dan afuera del mundo.
sobre esta casa, la del padre, se construye nuestros cimientos.
a mí me gusta volver siempre a la casa de los abuelos. allí tengo guardadas mis vigas.
un abrazo.
Esos hermanos ya no se van a pelear por la casa. Casi siempre el corazón de los que se van se queda dentro de las paredes y si las paredes escucharan...
Saludos
Amigo, esto es un pedazo de relato. Con sabor a clásico: en todos los buenos sentidos.
Sigo siendo un admirador tuyo, no te quepa duda. Así de claro.
Parece que el alma de tu padre se manifestaba, estaba manifestándose en la estructura de la casa... ¡qué bonito el relato...!
Un abrazo.
¡¡CHAPEAU!!
JC
Al final, vivía en el mismo corazón de su padre.
Aplausos Raúl. Me ha gustado mucho la descripción y ambientación de la casa-padre. Un abrazo, amigo.
Eso le llamo yo: "llevarse todo a la tumba" ( sonrío)
Muy buen relato, Raúl!
siempre haces maravillas con las letras.
Un beso.
Muy acertado el paralelismo, la casa mal carácter y malas relaciones y el hombre la robustez de una viga y la fragilidad de un desconchado.
Y un final sin esperanza, todo se hunde.
Espléndido
Salut
Me gusta. Sí, señor
Es curioso, pero en Buenos Aires ayer se derrumbó un viejo edificio entero y más de cien personas perdieron su hogar y sus pertenencias. No es una noticia frecuente.
Una preciosa metáfora, Raúl.
Un abrazo fuerte.
Al margen del sorprendente final de tu relato, puedo decir que las casas nos siguen en nuestras rupturas: se desmembran como sus habitantes. Una inquietante gotera ha invadido una pared de mi dormitorio y se ha cubierto de moho, las puertas de los armarios de la cocina se divorcian de las visagras que las sostienen, los azulejos de los baños se rompen dejando al descubierto el sobrio cemento y el ladrillo que antaño ocultaban... todo colapsa con nosotros.
Lo esencial es invisible a los ojos.....
Tas ese "derrumbe".....Sigue estando.
Una conexión entre la casa y el padre. Las cosas suelen conectarse de una formar alarmante y aterradora.
Me ha encantado, como todo lo que leo de ti.
Desde luego quedó muy claro que era la casa del padre. Y se ve que siempre tuvo muy unido a ella que se la llevo con el...
Besitos.
Qué buena simbiosis. Al principio, me ha recordado al relato de Cortázar: La casa tomada.
Fenomenal.
Besoss
Me siento identificada con lo que significa el alma de una casa, difusa, en este caso, por haber perdido el corazón en ella.
Snif y maravilloso..
Cuando no "conectamos", no conectamos. Y todo se contagia de manera perniciosa de ese alma que no nos proporciona tranquilidad.
Buenísimo desasosiego me has proporcionado durante unos minutos.
Precsiosas e inquietantes metaforas, este relato y el anterior. Cuando aquello que nos atormenta se encarna en algo corporeo, es para echarse a temblar...
Siempre me han fascinado esos desconches en la pared y lo que arrastran como relatos.
El que se me quedó grabado de por vida fue el de Tiempo de silencio...
Hay retornos que no tienen sentido.
Y pasos que nunca nos llevarán a ninguna parte.
Besos, Raúl.
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