jueves, 24 de noviembre de 2011

Interior/Exterior/Día

En el interior de la habitación ciento cuatro, en el primer piso del hospital, todavía no llueve pero casi. Una nube cerrada, partida de vez en cuando por el titileo de un neón mal conectado, lo corona todo, amenazante, con lo que, cuando...
.
Para Ro, que siempre me cuenta historias.

54 comentarios:

Rosa dijo...

Uffff, la vida en todas sus facetas...Un fin y un principio...Solo ese vaso medio lleno de derrota, es ya toda una historia...

Besos desde el aire

MarySandel dijo...

Que es la vida, si no una sucesión de escenas y personajes en una pelicula donde cada uno edita a su gusto.

Magnifico Raúl leerte, espero con ansias siempre los jueves para tus escritos. Aunque aqui en Costa Rica hacemos trampa y siempre los veo el miercoles en la noche.

Un abrazo
Mary

Lansky dijo...

La vida, sí.

Camy dijo...

....y entonces, nos damos cuenta, de que, en la calle, luce el sol y el niño juega; la vida sigue...
Denso y real.
Un beso

Camy dijo...

....y entonces, nos damos cuenta, de que, en la calle, luce el sol y el niño juega; la vida sigue...
Denso y real.
Un beso

Una dijo...

Pues así es, ni más ni menos. Unos van y otros vienen. Tan cruel como humano.

39escalones dijo...

Me cae muy cerca porque llevo quince días más o menos como en este relato (solo que era cardiología y no oncología y que el paciente, afortunadamente, ha salido bien y pronto). El niño sigue jugando a la pelota.
Espléndido.

matrioska_verde dijo...

me ha dado escalofríos...

biquiños,

Santi S. dijo...

Decia (porque se me ha borrado el comentario) que la realidad siempre es un contraste de fuerzas: el yin y el yan, el bien y el mal, la vida y la muerte. Ademas todo sucede en el mismo plano, como solapándose.
Un relato de lujo.

Tesa dijo...

Qué triste

Josep dijo...

Tristemente real tu ficción de hoy, Raúl, tristemente real.

Un abrazo.

Ro dijo...

Una frase que da cuenta de la deshumanización del "sistema", o de la producción, un tanto ahora en stand by y tal vez por eso con más recelo que nunca hacia sus trabajadores:
"no han podido cambiar el turno de trabajo en la fábrica".
Terrible. Ni siquiera en esta circunstancia.

Y el vaso "medio lleno de derrota" que dice Rosa. Me ha dejado estupefacta.
Tras leer el adjetivo tumoral asociado con el olor. Escribo touché.
Puertas que se cierran y se abren en un relato maestro que nos advierte de las bisagras.

abril en paris dijo...

La vida misma, la muerte eterna..
Solo el niño pone la nota feliz.
Saludos emocionados

Irreverens dijo...

¡Qué jodío eres, Raúl! Hoy me has dejado sin palabras.

roberto dijo...

Ay, la vida qué mala es...

EL QUINTO FORAJIDO dijo...

La alegría va por barrios y algunas veces hasta por números de una misma calle.

Maite dijo...

Simplemente genial. Me encanta esa descripción de la "habitación escasa" Qué bien escrito está. Me he deleitado con esta maravillosa lectura. Abrazos.

Mario Salazar dijo...

Has reflejado muy bien como es la vida, un hombre enfermo en el ocaso, un niño jugando afuera, mientras unos se van, otros empiezan a caminar, es la luz y la sombra del mundo, la vida y la muerte. Tranquilo texto que permite ver muy bien esas dos caras. Abrazos.

Mario.

Beatriz dijo...

Una historia de principio y fin.
Contada con la excelencia de tu escritura
Se pueden ver las imágenes . Uno se siente en esa sala, la huele. Oye el sonido del respirador, ve los cables. Espera.
Está tan bien escrito que aún despues de la lectura me quedan esas sensaciones.

Gratísima lectura

Concha Huerta dijo...

Triste historia de esta habitación de oncología donde la vida se escapa mientras la familia espera. Me entristeció. Un saludo

awacat.es dijo...

He sentido tanto agobio dentro de esa habitación, en la cual he estado muchas veces, que he buscado la salida para encontrarme con el niño y pasar página.
Abrazo, Raúl, no puedo decir más.

Miguel Sanfeliu dijo...

Excelente texto, Raúl. Así son las cosas. Y hay que asomarse a esa habitación, como tú has hecho.
Un abrazo.

Zayi Hernández dijo...

Lloro mientras te leo porque has descrito una escena que se quedó grabada en mi mente a la edad de 14 años. Mi viejo fallecía y yo estaba allí, sin poder hacer absolutamente nada...afuera la vida continuaba para los demás.

Un besito.

Belén dijo...

Magistral... olé

Besicos

Laura dijo...

Menos mal que el relato termina con un sol tibio y un poquito de luz, porque has conseguido que al leerte casi me ahogue con una opresión de muerte incipiente, un pelín oscura y deprimente que me acongojaba...

Un abrazo Raúl,
des-
demispalabrasylasvuestras.

Anónimo dijo...

Uffff!! Me he quedado helada.
Con muy pocas palabras consigues recrear esa atmósfera opresiva que se da en esas situaciones tan dramáticas.
Voy a tener que pensarme seguir leyéndote, porque tus historias me trastocan.
Es broma!!!

María

senses and nonsenses dijo...

la muerte y la vida, tan distintas, y siempre tan unidas.
un texto magnífico, el vaso medio lleno de derrota me ha puesto la carne de gallina. Bam-bam.

un abrazo.

Anónimo dijo...

Lo que se ve por la ventana es siempre lo más triste. El constraste brutal entre la vida y lo que no lo es.

Juanjo Montoliu dijo...

Un gran juego de luces y sombras, Raúl. El sol y la lluvia separados por un delgado cristal, la vida y la muerte, las pisadas con huellas y las que no dejan.

No nos atrevemos a mezclar esos ingredientes pero están ahí, unos al lado del otro. ¿Qué pasaría si rompiéramos esa lámina de vidrio?

Susan Lenox dijo...

Muy lírico, muy real, en verdad es un texto muy autentico, todo lo que trasmite... que alegría encontarme con otro escritor.

Un abrazo.

Miguel dijo...

Muy bueno el relato. Unas líneas llenas de verdad fría y desnuda. De realidades crudas, de vida y de muerte... y de derrota...

Un abrazo.

Ave Mundi Luminar dijo...

Increiblemente estremecedor, imagénes perfectas que dejan un escalofrio mudo en el reverso de estas retinas que no se cansan de disfrutar de tu forma de escribir.

Gracias.

Lo Siento por Interrumpir dijo...

A mi, como a Ro, me parece que has acertado con la expresión 'olor tumoral'. Y, será que el olor de los hospitales es muy fácil de recordar, pero yo, especialmente al llegar a ese momento, he podido notarlo.Todo mérito tuyo.
Y ese niño, me hace sonreír.

Marcos Callau dijo...

Un paisaje desolador el que nos describes pero tan real que hace temblar. Lamentable que, en estos tiempos, no podamos ni pedir día libre en la fábirca para despedir a nuestros allegados. Saludos.

Rebeca dijo...

una de las peores situaciones que un ser humano pueda atravezar. La espera de la nada. Y afuera el mundo sigue su camino, sin alteraciones

lopillas dijo...

Bien por ese punto final de luz: se hacía asfixiante.
Besitos

Anónimo dijo...

Veo que vuleve la lluvia, aunque tibios rayos de sol se acercan Juegos estraños estos de vida y muerte. Cuidate

Recortables y Quimeras dijo...

La vida sigue...podía haberse titulado así...qué triste, y que real. Dile a Ro que no deje de contarte historias. Me gustó. Beso. Marta.

Antonio de Castro Cortizas dijo...

No sabría decir qué es más inquietante, si la primera imagen, esa habitación de cuyo techo pende la nube de la muerte, o la última, el exterior cruel en su ignorancia o indiferencia, la vida que sigue al margen de lo que sucede dentro del tétrico edificio.

pepa mas gisbert dijo...

Hospitales, habitaciones llenas, o vacias, que más da. Uno siempre muere (y casi siempre vive) solo.

Alex B dijo...

Muy duro.
Demasiado real.

Un beso.

Anónimo dijo...

Una verdadera prosa poética.

Un beso,

Miguel Baquero dijo...

Aunque es una historia mil veces oñida, mis veces vista, mil veces leía, no deja de poner la carne de gallina por lo bien, entre otras cosas, que la has contado

flower dijo...

Esta es una de esas historias que si coincide en el tiempo con una historia personal parecida, es de fatal digestión.

Y sin embargo tienes esa pluma que te lleva a sentir casi en carne el abatimiento de esa famlia, la fugacidad de la vida, la sinrazón de la sociedad, el misterio de que la vida siempre sigue...

Un placer leerte, mi querido Raúl, muaaaaaaaaaaaaa,

campoazul dijo...

Es que las nubes dentro de los hospitales nunca han portado nada bueno...

Besitos.

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

La satisfacción de Ro debe de ser completa, con una histria tan breve pero tan intensa.

Un abrazo.

Rochies dijo...

y sí, en este teatro de la vida, las escenas son simultáneas...
e inconexas, o no...
tal vez ese niño es él mismo; sucesión sin correlatividad de tiempos.
muy bueno.
supo transmitir toda la atmósfera, con absoluta fidelidad.

LA ZARZAMORA dijo...

Te aplaudo, cielo.
Lo vi. Lo olí. Lo viví.
Besos, Raúl.

manuespada dijo...

Me gusta mucho cómo ambientas este texto, sobre todo el principio, con ese titilar de neón mal conectado. a punto de morir por sobredosis de metáfora.

Diana H. dijo...

Una vez más este cuadro viviente que pintas con tu mirada nos dice mucho más de lo que cuentas.
Un abrazo, maestro y presa.

Perdidos en la Atlántida. dijo...

Como han dicho antes, maravillosa la ambientación.
Un saludo.
Te enlazo desde nuestro blog.

Maria Coca dijo...

Tu particular forma de llevarnos de la mano a todos y ver por tus ojos siempre atentos a los detalles. Qué bueno lo del vaso.

Un beso.

Juan Herrezuelo dijo...

Todos hemos pasado por un hospital, y la sensación es esa que clavas: el mundo sigue ahí fuera pero dentro la vida se ha detenido, y es terrible, y nadie escapa.
(Gracias miles por tu estupendo relato sobre "En un lugar solitario": logras que el argumento se convierta en una historia cien por cien Ariza. Me gusta en particular el retrato que haces de ella, inmensa Gloria Graham, la clase de mujer, como decía Lee Marvin en "Los profesionales", que convierte a los niños en hombres y a los hombres en niños).

Patricia B. dijo...

Se me cruzan tantos sentires... Saludos Raúl