jueves, 22 de enero de 2009

La sangre y la letra

El mistral azuza con...

65 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre el misterio queda a lo último: conmunicándose con el principio. Yendo y viniendo: regresando.

Aaron dijo...

PERDONAR:Dicho de quien ha sido perjudicado por ello: Remitir la deuda, ofensa, falta, delito u otra cosa.

PADRE:Varón o macho que ha engendrado.

Supongo que él decide.

PD: según la R.A.E

mia dijo...

Si lo hubiese leído lejos

de aquí,hubiese llamado

a tu imagen de escritor

estupendo,siempre tejiendo

la malla tremenda que te

identifica en ese estilo

tan puntilloso,tan perfecto

y"glamouroso"propio

tuyo y que yo adoro!

besos

Tercera Opinión dijo...

Precioso relato,
me gusta pasarme por lugares donde la escritura diga algo, y aquí lo dice.

Felicidades.

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http://www.terceraopinion.net

Txell Sales dijo...

Si le quito el adjetivo "anárquico" (que yo no reconozco así o no quiero entender en este sentido) queda un micro muy lúcido. Me he acordado de "El coronel no tiene quien le escriba" de Márquez aunque aquí sí tiene quien le envía letras de su sangre y también tiene a quien perdonar.

Anónimo dijo...

Brutal. De todas formas hay un cierto sosiego y felicidad en ese aislamiento. Y ¿por qué sigue esperando sus cartas?
Besitos

Josué Ramón Ascencio dijo...

Siempre es un gusto leerte.

Haces que nos imajinemos el resto de la historia para haci crear otras tantas con cada uno, me gusta mucho.

Belén dijo...

Yo no sabría perdonar, eso es divino...:P

Besicos

Manu Espada dijo...

Me gusta el ambiente que recreas aquí, por un momento que ha recordado al paraje de La Isla de las Tormentas.

Miguel Baquero dijo...

Extraordinario. Magnífico. Además de que está maravillosamente contada, de pronto sabes crear un clima con ése "él sigue necesitando que le perdone". ¿Qué ha pasado? ¿Por qué está en la masia? ¿Qué noticia es la que está esperando?

Esta tan bien, tan bien, que incluso yo creo que el último párrafo puede ser redundante. Quiero decir, que ya has creado esa tensión, a lo mejor lo de referirse a un centro penitenciario puede sonar demasiado obvio... a no ser que lo utilices para referirte a una película que no tengo ni p. idea de cuál es.

Camy dijo...

Hoy no es cine y yo,tonta, pensaba en El Cartero deP.Neruda.
Ambos están encarcelados, de ahí su parecido. Ambos son iguales.El padre juzgado y el hijo aislado y corcomido por no saber perdonar.

Un beso

39escalones dijo...

Fantástico, Raúl.
Sin palabras.
Saludos.

Anónimo dijo...

Yo también pensé en El cartero de Neruda. Qué tremenda disyuntiva tener que elegir entre perdonar o no,pero claro, verdad es que hay que seguir viviendo con una cierta paz interior.También me pareció que lo del centro penitenciario redundaba, pero la verdad es que has recreado ese acantilado con su mistral y la soledad del escritor de manera magistral. Un placer sin más.

Saludos!

Gcc.

Tacirupeca Jarro dijo...

Qué puñetero ese "te pareces a mí", es una forma de obligar a compartir la condena.
Me parece fabuloso tu texto. Muy real y muy bien escrito.
bss

Anónimo dijo...

Tienes una manera de lo más brutal y al mismo tiempo poética de abordar temas muy pero muy candentes.
No solamente hablas de la violencia de género, sino también de la soledad de un hijo que no comprenede nada de lo que he pasado.
Me ha encantado Raúl.

María

Susana dijo...

"te pareces a mí"... un padre que busca perdón y aceptación inculcando un sentimiento de culpa. Mmm... me recuerda a alguien!

Gracias, muy bueno el relato!

Karla dijo...

Bastante hace con leer las cartas del padre...no?
Besos

Svor dijo...

Perdonarle no es igual a contradecir. Ya no tienes nada que ver con el, y el perdon es una forma de aceptar que es lo que es, y hay lo que hay. Eso quita mucho peso del pecho.

Svor dijo...

El perdón es aceptar las limitaciones del otro y la libertad en elegir perdonar y continuar con nuestra vida a nuestro modo.

Tesa dijo...

Qué poca clase, ese cartero, qué poco tacto.

:)

Vivian dijo...

“Desde aquel día no puedo comer macarrones, me recuerdan a los sesos desparramados de mi hermana…” Esta frase no es mía, pero me acordé de ella al leer tu texto. Posiblemente no tenga nada que ver, pero a mi cabeza le da por relacionar cosas, ya sabes, soy dispersa… Me dio por pensar en su incapacidad para perdonar y que tal vez, sólo tal vez, los macarrones y el perdón chocan contra la misma barrera en la mente…
Conocí una vez al señor de las palabras, en permanente exilio voluntario del mundo, sin motivo aparente, y me asaltó la curiosidad por saber el motivo del destierro, voluntario o forzoso, de tu protagonista…
Me encantó el relato, por si no te diste cuenta.

Un beso

pepa mas gisbert dijo...

Casualidades de mis lecturas, leí el otro día esto de Borges que dice:

..Soy, tácitos amigos,el que sabe
que no hay otra venganza que el olvido
ni otro perdón. Un dios ha concedido
al odio humano esta curiosa llave.


No creo que en este caso yo usara esa llave para convertir la venganza en perdón y olvido, como el protagonista de tu relato, olvidar y perdonar en este caso sería injusto, sobre todo para aquella que ya no esta.

Me ha gustado hoy especialmente tu relato, cosa que agradecerás porque sabes que todo lo que escribes me gusta.

Besos

Josep Lloret Bosch dijo...

Muy sugerente: me imagino a ese cartero ansiando su jubilación, montado en su Lambretta ( ¿todavía existen? ) con los riñones destrozados por los baches de una carretera de mala muerte, llevando -o no- esa carta no deseada -pero esperada- que ata al protagonista con su propia historia.

El rencor amarga la vida propia: mejor perdonar y olvidar...

Saludos.

Anónimo dijo...

Hay conflictos en los que todos somos victimas del verdugo.
Magnífico relato plasmado con el recuerdo vivo pero con la rebeldía templada de la distancia que da el tiempo a los hechos.
Saludos literarios.

Anónimo dijo...

Qué desolador relato! Es tan
difícil perdonar lo imperdonable,
y sin embargo, estar a la espera
de una carta que duele tanto,
por lo injusto de su reclamo...

Anónimo dijo...

Me gusta especialmente los datos que que has elegido para mostrar lo importantes que son para ese personaje las cartas del padre.

Lo mejor del relato está en lo que no cuentas. En esas herramientas que propocionas al lector para que lea en la cabeza del personajes lo que ni siquiera él conoce.

Magnífico.

Vintage dijo...

hay cosas q no se deben perdonar

muakkkkkkkkkkk

Jésvel dijo...

Perdonar es humano, lo que es divino es juzgar...

Anónimo dijo...

Hola Raul, me alegra que me hayas encontrado, así te he podido encontrar yo a tí; me pasa lo mismo, volveré más despacio, para leer más.

De momento decirte que este texto me ha encantado; que me encanta la litartura, que a veces corrijo estilo, etc

Tu relato refleja amargura y rencor de una forma muy especial porque no resulta amargo ni cruel. Me gusta.

No sé si yo perdonaría...

Besos

Anónimo dijo...

La vida ya tiene lo suyo.Por qué no quitar "piedras " de la mochila. Este viaje sinuoso y lleno de recovecos, se torna más llevadero, si cargamos sólo lo necesario.Se puede ser objetivo con hechos anteriores?
Mmmmm.....la carta que llega por mano!
Hermoso relato.....felicidades!

Elena dijo...

Enhorabuena por el relato, Raúl. Precisamente has tocado un tema terrible en una semana donde vuelve a estar de actualidad por la actuación de otro individuo en Barcelona, aunque afortunadamente su víctima ha podido salvar la vida gracias a la intervención de algunos transeúntes.

Yo creo que sería incapaz de perdonar algo así, aunque se tratase de mi padre. Me parece demasiado cruel y ruin.

Un abrazo

Ina dijo...

Blogueando un ratito y tropiezo con tus historias, qué buenas!! perdonar está bien, pero no siempre es posible.
saludos,
ina

Bárbara dijo...

Qué triste. Supongo que no necesita perdonar, sólo comprender, por eso espera su carta de cada miércoles. No puedo dejar de pensar que existe ese hombre y ese es un gran mérito tuyo.

Dama Blanca dijo...

Aveces creemos que solo DIOS puede perdonar,pero no es tan así.
Mi alma desde niña fué utilizada,
fué brutalmente madurada,inclusive
enmudecida.
Aveces vuelvo a pensar en ello
mas cuando recuerdo a mi madre
muerta por quien ella amo
pero aprendi a perdonar,cuando yo me perdone....
te lo dejo para que pienses
alguién que vivió lo inpensable...

ella dijo...

Yo me confundo alma difusa compañera y me emociono con sus letras.

siempre gracias

Portobello dijo...

Cuantas historias de cartas que no llegan, de carteros que nos permiten un poco de ilusión, de miedos al cartero o de carteros que laman dos veces. A mi me gustó El cartero de Pablo Neruda. Pero hay otras. La tuya me gusta, por lo que tiene de pesimismo vital.

Hank dijo...

¿Entonces el hijo mata al cartero y sí se parece realmente al padre?

Magnífico, como siempre.

Nota al margen: creo que te sobran forzosamente dos comas (detrás de "languidez" y de "madre"), y posiblemente tres (detrás de "viejo").

Saludos.

Tormenta. dijo...

Qué pasada raúl, si es que una se mete dentro de la historia y a ver...cmo sale después! siento no haber estado mucho por aquí, pero .. a ver si pasa el finde, y me puedo poner más al día, un besazo guapo!.

Anónimo dijo...

Hola, ola de viento, y no de agua esta vez...

Hoy el viento era demasiado caluroso para ser invierno, si fuera poeta, diría que parecía más una caricia apasionada, pero como no lo soy..diré que sólo era viento..
El perdón nace de dentro, por más que queramos perdonar, no es posible hacerlo si no surge de forma natural, sólo en esa ocasión, es sincero.
Si crees que obras bien, volver hacia atrás, significa una rectificación, si eres pecador por el orgullo, casi es mejor, pensar, que sí, que obras bien, y rectificar es traicionarte a tí mismo. Yo suelo pensar lo mismo pero del esfuerzo provocado..
Un beso airoso
Aire

Brotestertor dijo...

¿Ya hacen publicidad desde la cárcel? xD

Bueno, un saludo.

Travi's dijo...

La verdad wao! me encanto..
Hola me llamo Gadiel Oswaldo Aguirre Travi, le invito a visitar mi Blogger si no es mucha la molestia. Bye saludos de Peru-Juanjui Selva Tropical :)

berzosae dijo...

Me encanta tu blog.

Sol - Estaré siempre dijo...

Un personaje que me atrapò y eso gracias a vos que relatas historias como los dioses!!!
Me voy llenita de placer!!!
Besos cielo!!!
Buen sabado!!!

El Doctor dijo...

Carta al padre de Kafka permaneció en un cajón durante mucho tiempo.¿Cobardía? No.El hijo sabía que su padre nunca llegaría a entender lo que el hijo escribió.Aquí el padre escribe sin comprender apenas lo que dice.No se si está necesitado de perdón o de seguir confirmando su ignorancia.Quizá el hijo no perdona porque se siente culpable sin saberlo.

Muy interesante,mi querido amigo.

izkierdi dijo...

Al leerte siempre esperas con anhelo otra frase, otra palabra. Me encanta la historia y como siempre me dejas con un montón de preguntas que quisiera resolver del personaje, de la historia, Siempre sin un final que al final acabo en mi imaginación. Me encanta pasarme por aquí y leerte.

El color del viento dijo...

He llegado a tu blog por casualidad, y como todas las casualidades en la vida (sólo pensaré en las positivas en este momento) me ha sorprendido de una forma muy en agradable.

Escribes muy bien y transmites emociones mucho mejor, si cabe.

En cuanto a este artículo, en concreto, me es totalmente imposible opinar nada de nada. Hay muchas cosas que hay que vivirlas en primera persona para poder hablar de ellas. Conozco este tema, más de lo que me gustaría, y por eso me callo.


Un lujo de blog.

Seguiré leyéndote.


Saludos,

Javier Puche dijo...

Te felicito, Raúl. Un relato muy logrado. Lo he leído con gran deleite y emoción.

arcademonio dijo...

...dualidad emocional...infinitos besos de bolsillo...

Anónimo dijo...

Y gracias al odioso bárbaro al que nunca perdonará hay un buenosdías cada miércoles, aunque sólo sea eso. Y quizás es mucho más de lo que parece. Gracias. Y felicidades.

Mixha Zizek dijo...

buena historia y muy real, me haces recordar a una hermana de la cual estoy alejada en varios planos, no por la distanciasino por el espíritu, y si es muy complejo en pensar en el perdón muchas veces. Me dejaste pensando y desvariando, un buen relato, besoss

Juanjo Montoliu dijo...

Un cartero poco discreto para mi gusto, pero un relato bien ambientado.

Carlos Frontera dijo...

Admirable tu facultad para seleccionar lo que quieres mostrar, el modo en que racionas los datos para que el lector conforme la historia.
Este micro que ha gustado especialmente. Es probable, como apuntan algunos, que el último párrafo se pudiera omitir, no sé, tal vez si dejaras que el lector se imagine si el padre está en prisión o quién sabe dónde... No sé.
En cualquier caso, magnífico micro. Mis felicitaciones, Raúl.

Nikté dijo...

He descubiero tu secreto, siiiiii, lo he descubierto.
Tu pones la voz a esos personajes y le haces decir lo que tu crees que piensan.

Agente 0049

Anónimo dijo...

Creo que ya lo ha dicho algún que otro comentarista anterior (los tienes de muy buenos) creo que como casi siempre ent us relatos, es mucho más importante lo que no dices que lo que escribes. No se como lo consigues, pero haces que cuando se lee detenidamente, uno saque unas conclusiones interesantisimas sobre lo que no has contado.
Buen post.

Tom.

AdR dijo...

Anda... no recibes cartas...
como yo.

Aunque escribirlas sí que las escribo, a puñaos.

Sublime.

Abrazos

pepa mas gisbert dijo...

Hoy te releo y se me ocurre pensar en la culpa que se hereda. Un hijo que se retira a un destierro voluntario por las faltas de un padre, como si él fuera o se sintiera culpable.
Te releo y multitud de ideas se me agolpan en la cabeza, eso es lo que tienes.

Besos

Maria Coca dijo...

Un relato que te deja en ascuas... Con la incógnita de un por qué, un cuándo y un cómo.

Interesante, ente todo.

besosss

Elena Casero dijo...

El comienzo ya es por sí solo, sensacional.

El resto, como siempre ... muy bueno. Con el misterio pegado a los talones de las palabras

Anónimo dijo...

Quizás lo que espera es recibir una carta de su padre cada miércoles, en donde pueda ver de manera absoluta algún tipo de arrepentimiento que no existe.
Y luego de eso, devolverle una carta mandándolo al carajo.
Es por eso su obsesión con la llegada del cartero. Espera el momento de resarcirse???
Y bueno, eso lo digo yo porque así me lo invento, claro.

Me encanta leerte, Rául, aunque sea con mucho retraso...


Un besito


P

entrenomadas dijo...

Pues hay un reto para ti en el blog.

Baci,

Marta

Lila dijo...

Ahora que me regalaste una brújula para seguirte, te siento mejor y tengo mis preferencias...

Este post como de costumbre, genial.

Besos.

Sibila de Cumas dijo...

Impecable.
La sangre inunda la palabra del narrador, no hay comunicación posible con el afuera, está anulado. reforzado por una posdata inquietante que lo sigue aniquilando por su posibilidad de doble.
Doble que se adelanta en el título y se repite en toda la historia: pares, padre y madre, destinatario y remitente, cartero y narrador.
No se puede decir más que "buenos días y adios"
Me ha gustado mucho
Un abrazo

Anónimo dijo...

Hermoso texto en el que puedo masticar el dolor, el misterio. Hermosa visión del perdón hacia uno mismo.

BEATRIZ dijo...

La casualidad, el ronronear binario de las olas me han traído a este acantilado de tu Mar Mediterraneo.

Tu expresión de ideas es precisa con el estílo de tu pluma.

Sigue escribiendo.

Saludos

lole dijo...

buen escrito
con toda esa parafrase de la tercera persona almenos para mi
las causalidades..
me dio gusto pasar