miércoles, 16 de julio de 2008

... Qué ves?

Media tarde...

43 comentarios:

Juanjo Montoliu dijo...

Un gran relato de ficción, amigo. ¿Tabernas llenas discutiendo de literatura en vísperas de la final... de O.T.?

Imagino que Daniel será de Poe, como debe ser, y tras su pobre empuje se esconde un universo de cuentos estremecedores.

y qué más da... dijo...

Por un momento me he creído parte de ese mundo que has creado en pocas líneas. Muy sugerente, amigo.

Sendieva dijo...

Sigo apreciando en tus textos... todavía no consigo visualizarlo exactamente...

Me encantan las cosas que tengo que leer dos o tres veces para meterme en ellas, y contigo siempre lo hago...

Soy de las personas que piensan que, sino tienes nada que decir o no sabes sobre el tema, es mejor permanecer en silencio, escuchar, pero si tienes alguna opinión siempre puede ser bueno aportarla.

Un fuerte abrazo Raúl.

Camille Stein dijo...

las tertulias literarias siempre tienen ese aire de colmena de idénticas abejas

generalmente el más callado suele tener la opinión más interesante

... y el mundo interior más rico

seguro que el empuje le viene tras la puerta, cuando se sienta ante el folio en blanco

un abrazo

Anónimo dijo...

Veo, veo....¿Qué ves?
El mundo que se ve desde tu ventana, parece mágico: calles aromáticas, parejas que se quieren, notas musicales que inundan el ambiente, bares surrealistas....Muy, pero que muy mágico.

María.

Yeli dijo...

Me ha dejado con el deseo de saber un poco mas de Daniel...uñas negras por la naturaleza de su trabajo o porque es gótico (conozco algunos)?? Negó con la cabeza y re-negó por lo que dejó atrás inconcluso, simplemente esperaba a alguien que nunca llegó, o su destino no era un rosal? Una taberna en la que se discute de influencias a la literatura...un electricista vs un elegante forastero y Daniel se mordió las palabras????
Qué verdaderas razones tiene Daniel para avergonzarse antes de entrar a su casa???
Qué veo???
Que debes darle continuación al escrito y regalarnos un poquito mas de la magia de tus palabras que me dejan siempre queriendo saber mas...
Un abrazo
Yeli

Anónimo dijo...

Y por qué no abrir la boca?
Algún complejo?
Quizás de superioridad al saberse en posesión de la verdad y pensar que no vale la pena discutir con los que no la poseen?
O complejo de humildad, al no querer ser centro de atención y que nadie lo tilde de listillo?
O complejo de inferioridad, al pensar que nadie hará ningún caso a sus opiniones porque no le tienen como persona sabia?

Ya ves, hoy todo son complejos!
No me pasaría a mi, que no callo ni debajo del agua...


Un beso, sin complejos!


SV

Raquel Graciela Fernández dijo...

Bello texto, casi un caleidoscopio, puden verse tantas cosas... Lo único que lamento es el nombre que elegiste para el personaje; hay una historia dolorosa dando vueltas todavía por ahí que no me permite ver demasiadas cosas buenas en ese nombre. En fin, ya se me pasará.
Es un enorme placer leerte.
Un beso grande.

Carlos Frontera dijo...

¿Y dónde queda esa taberna en la que la que hombres con mono azul y uñas negras, electricistas y forasteros atildados discuten sobre Faulkner y Dos Pasos?

Las tabernas de mi barrio sólo albergan conversaciones futboleras, todo lo más alguien se atreve a comentar la crisis, pero el resto le mira raro.

Mr. TAS dijo...

tengo que confesar mi inmenso despiste.... ¡ulrha!
¿cómo es posible que se tan despistado y no te haya pillao aún...!

mil disculpas, ahora coloco el merecido enlace en mi blog.

nos vemos

Rayuela dijo...

Y muchas veces no nos damos cuenta de que los más silenciosos (en palabras, en movimientos, en gestos) son los que tendrían cosas más interesantes que decir.

Bendita taberna.

Anónimo dijo...

¿Esta entrada tiene algo que ver con la antepenultima entrada?
Veo veo....¿Qué ves?
¿Es la misma calle?

María Jesús dijo...

Veo una utopía! Daniel quien parece ser mecánico, y el señor electricista que no se atrevió a dar su opinión (Supongo que por miedo a no acertar con su enunciado). En una taberna hablando de cultura, entre quinto y quinto. Sin olvidar el ambiente bohemio con el sonido del chelo.

Un abrazo

Elena Casero dijo...

Veo un mundo irreal. Eso mismo.
Sorprendida por la contradicción del mono azul, las uñas negras y la influencia de Dos Pasos.
Un mundo que me gustaría que fuera y no es.
Seguramente Daniel llegará a casa, se quitará el mono, se limpiará las uñas y escribirá poesía.

Quizás.

pepa mas gisbert dijo...

Una cosita y ¿que cosita es?.

Prometo volver y ser una comentarista como te mereces y como me merezco. Te diré lo que veo además de maravillosas palabras magnificamente entrelazadas.

Un enorme beso

Vivian dijo...

Sí, a veces pasa, tantas palabras que nos gustaría decir y mueren en un silencio, por eso es bueno escribirlas, como haces tú, para que al menos vivan en un papel y otros puedan disfrutarlas.
Me gustan las azaleas y me gusta poder descubrir a esos personajes cotidianos que consigues transformar en fascinantes seres extraordinarios.

Y a mí que Faulkner siempre me recuerda a “Amanece que no es poco” jeje…

Un saludo.

Anónimo dijo...

Veo... que todos hemos sido alguna vez Daniel en nuestra vida. Sin ir más lejos yo me he sentido como Daniel hoy mismo. Escuchas, en mi caso lees.. y te preguntas si deberías dar tu opinión. Pero entonces piensas que ya no, que tu opinión no viene a cuento de nada. Que mejor te guardas tu opinión, como tantas otras veces. Y agachas la cabeza, y piensas si eso es tener también poco empuje, y apagas el ordenador.. y te recoges.
Un saludo.

Rara Avis dijo...

Vaya últimamente va la cosa de uñas...

yo me quedaré con las cañitas...

besitos

Belén dijo...

A veces hay que estar atento a lo que dicen, para aprender,pero también hay que gritar si por un casual no estás de acuerdo...

Besos

M.I. dijo...

"Ni vale nada un fruto cogido a la sazón, ni aunque te alabe un bruto ha de tener razón".
Antonio Machado.

(Yo es que soy de Filología Hispánica)

Gracias por tu visita, Raúl, y por tu comentario en mi blog.
Creo que la esencia de tu relato va por los derroteros que apuntaba D. Antonio.

¡Saludos!

M.I. dijo...

Un cliente entra en tu despacho y contrata tus servicios en materia de defensa legal.
¿Qué haces, le asesoras con arreglo a los artículos pertinentes del Código pertinente que le ampara, o le das una opinión personal que no se ajusta a Derecho?
Esto es lo mismo. Si se trata de analizar un texto literario, recurramos a la Literatura. (Sonrío)

Tacirupeca Jarro dijo...

Veo que lo que vemos nada tiene que ver con las verdaderas vivencias de las personas, y que nuestra visión de las cosas varía visiblemente de su Verdad.

PD. te dejaste caer en mi blog bajo el título "La tradición es la ilusión de la permanencia". Acertijo cinéfilo: ¿sabes a qué película pertenece?

Un saludo

M.I. dijo...

A una de Woody Allen, fijo.

Tacirupeca Jarro dijo...

Efectivamente. Raúl lo acertó también enseguida. Sale en "Desmontando a Harry".
Un saludo.

María Jesús dijo...

Raúl te doy la enhorabuena por este post,deberías decirnos que es lo que has querido mostrar, por saber en cuanto hemos acertado.

Un abrazo

pepa mas gisbert dijo...

Aunque tu sabes que siempre doy mi opinión aunque no me la pidan, tengo un lema que al mismo tiempo lo desmiente: no importa no dar tu opinión, lo que importa es tenerla.

Y mi opinión es que tu ves la grandeza dónde otros verían la íntima miseria del hombre.

Un abrazo

Nikté dijo...

Soy una despistá, pero una declará por las autoridades sanitarias. Mira que no darme cuenta hasta ahora que tenías aquí a Groucho.
Lo adoroooo.
Me pregunto que tendrá que ver contigo, porque algo hay, pero lo desconozco.
Ays, esos misterios...
Te dejo una frase que me encanta y que es de él, seguro que la conoces, pero da igual, así decoramos tu paisaje.

Fuera del perro, un libro es probablemente el mejor amigo del hombre, y dentro del perro probablemente está demasiado oscuro para leer.

Enga, me dejo de preambulos y voy a leerte, digo...a comerte.
Soy toda tuya

Nikté dijo...

Dime, que puedo hacer tras leer esto.
Hice bien en dejarte mi momento lúcido, tranquilo de esta ya casi noche para saborearte despacio.

Ese desparramar. No se que tiene esa palabra que me hace cosquillas y tu me las hecho, creeme.

Has perfilado casi rayando la perfeción a ese Daniel.
Lo veo salir de aquel lugar, con sus gestos, su casi única descripción física que me situa, me dice o insinúa que es un obrero, pero no uno cualquiera, es alguien que entiende o gusta de la literatura y me hablas de su ánimo apocado y todo con pinceladas, como si lo hubieses dibujado a trazos, a conciencia, resaltando lo justo para que apreciemos solo lo que tu quieres que sea.

Yo estoy allí ahora, a la salida, viendolo venir y me entran ganas de charlar con él, de decirle: no te enojes contigo, anda ven, hablemos,yo si que te escucharé; aunque puede que no entienda.

Mi Raul

Es que me matas.

Tesa dijo...

Un mundo fantástico, no cabe otra cosa. En mi pueblo los eléctricistas no hablan de literatura en las tascas, al menos en temporada de liga.
(Yo trabajo en una empresa de instalaciones eléctricas, sé lo que digo)

Juanma dijo...

Yo como Daniel me retiro a mis aposentos. Avergonzado por no disponer de teroría coherente y brillante.
Quizá humillado, entre tanto erudito electricista y yo con 4 ó 5 cancioncillas de eurovisión en las entrañas de mi ipod.

A lo mejor se llega a un mundo de tabernas eruditas. Habrá que cerrar los ojos bien fuerte para verlo.
Un abrazo "chivato".

¡ Salud !

Arkana dijo...

¿Por qué será que a veces nos da tanto miedo mostrar nuestras ideas? ¿Por inseguridad? No lo sé, sólo sé que, a mí, también me ocurre...

Un beso!

Anónimo dijo...

Te leo. Un beso.
Lo.

Anónimo dijo...

Que qué veo?
A un xiquet con resaca, jajajajaja!
Bueno, ya sabes de donde vengo...
ainsss...

Te deseo resacas por mucho tiempo!


Besos!


SV

Feliciti dijo...

Siempre me gustó más observar y escuchar que hablar, buscar que encontrar,aprender que enseñar,tiene que haber sitio para todos,no te parece?Un abrazo.Gcc

Sendieva dijo...

ya que paso te deseo un bonito fin de semana.... Un beso Raúl y gracias.

Anónimo dijo...

Rara conversación entre quinto y quinto de cerveza, pero no por ello imposible.

Todos en alguna ocasión hemos echo como Daniel, recogernos.

Un saludo

Arcángel Mirón dijo...

Veo mi propio placer por las historias de tabernas.

Anónimo dijo...

Voy a seguir pasando por aqui para seguir leyendo , porque esta bueno lo que escribes. Te espero por mi blog a ti tambin , a ver que opinas . Saludos desde Uruguay

Isabel Barceló Chico dijo...

La verdad es que no veo nada. No sé a qué película se refiere tu texto, aunque la verdad es que suena prometedora. Besitos.

AdR dijo...

Y nombras a William y a John, fenomenal. ¿El forastero también ha perdido las tildes? Bueno, ya somos dos...

Un abrazo
P.D.: Esta noche no veo nada, pero no es por tu texto, es por mí.

Anónimo dijo...

Hola de nuevo...

Igual confunde el empuje y las ganas de dar su opinión, con la falta de necesidad de darla. Al fin y al cabo, muchas veces das tu opinión, y los demás, se piensan que realmente quieres que la compartan....y lo peor, piensan que vas en contra de...Eso es algo que me da bastante coraje y a veces paso olímpicamente..., pero solo a veces, otras, es que me apetece dar guerra
Un beso o dos
Aire

- YOGUR - dijo...

Me da a mi por pensar que tal vez la opinión de Daniel fuera mucho más interesante que muchas otras tan solo porque él lo diría de corazón.

Anónimo dijo...

Hay algo de surrealismo en esta escena: hombres de mono azul y uñas negras, electricistas, forasteros de paso... hablando de Faulkner o Dos Pasos. (¿Has visto Amanece due no es poco, de JL. Cuerda) Desde antiguo el contenido y la forma del lenguaje de los personajes debe ajustarse a lo que se espera de ellos y los caracteriza. Por eso, la coherencia entiende mejor que estos hombres hablen de fútbol, de mujeres, de Zapatero...

Personalmente me divierto con este juego de equívocos no por el humor que pueda sacarse sino porque nos produce un distanciamiento de la realidad y con ella una nueva perspectiva...

Por otra parte, no me convencen los encasillamientos, las rutinas. Me gusta la música clásica en pijama y bien cerca del pianista, Velázquez en el desván, el cine sin palomitas, la literatura con mis alumnos (que no tienen ni puta idea), la filosofía tatuada en una espalda...

A. Íñigo

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