jueves, 20 de junio de 2019

Viernes. Primavera


Mi pueblo está encorsetado entre medias montañas que lo confinan frente al mar, con lo que, cuando está nublado, con esas paredes angulosas de esa ensenada y el techo bajo que forman las nubes, el entorno adquiere una dimensión recogida y estrecha. Hoy ha sido uno de esos días, pues el cielo ha amanecido emborronado de unos estratos grises que lo oscurecían todo un poco. Además, cuando ya estaba en el coche ha comenzado a chispear a un ritmo lento y sincopado; poca cosa, lluvia escasa apenas salpicando de letras sueltas el parabrisas; lo que ha propiciado que, mientras escuchaba el parte horario, detenido en un semáforo, me diera por entretenerme formando abracadabras que obraran el milagro de que el tiempo despejase. Una 'v' aquí, una 'i' más allá, un par de 'es' flanqueando las gotas de dos consonantes y, al final, cuando ya despuntaba el primer claro, he visto caer y derramarse una suave y escurridiza 's'.

3 comentarios:

Alís dijo...


Tus descripciones siempre son magníficas. Me encantan!!

Besos

A do outro lado da xanela dijo...

Muy surgerente.
Un saludo

Recomenzar dijo...

Tanto tiempo sin leerte
un abrazo grande desde Miami