En la tele han dicho que en Canadá, que en un laboratorio de Canadá, han descubierto unas pastillas que evitan que te sientas solo. Mi novia está segura de haber oído la noticia, así, de pasada.
Eso es imposible, Charo...
* Y a la vuelta de la esquina, "Glóbulos Versos", con Talentura Libros.
No es buen augurio, no. En todo caso, si las pastillas funcionan y las comparte, quizá no haya mayor problema. ¿No han dicho el nombre de las pastillas?
En fin, uno de los males de nuestro tiempo es el manido recurso a las pastillas para problemas que no lo necesitan. Un mal nuestro propiamente, además.
Buenos días, Raúl. Me ha encantado el relato. Detrás de ese humor que destila (que es raro en ti, jejejeje!!) hay un trasfondo muy, muy serio, que habla de la necesidad que tenemos de no quedarnos solo. El personaje del hombre resulta patético. Me ha encantado. Besos!!
Le estaba siguiendo la pista a este relato desde ayer o antier que lo empecé a leer en mi Blogger, me tenías en un sinvivir por averiguar el final jejeje Como siempre, GENIAL!!!
Estas pastillas no las necesito por ahora, las que requiero urgentemente son unas para adelgazar, por si se me presenta una oportunidad de oro en Barcelona...
Apuesto a que en el prospecto señalan, aunque sea con letra muy muy pequeña, que está contraindicado para los que creen a pies juntillas lo que escuchan en la tele.
Un relato que me produce inquietud, malestar, no llegar a saber exactamente lo que pasa ni va a pasar, con lo cotilla que soy. Claro, que es esta ocasión el autor ha tenido el detalle de ponernos un título que lo aclara todo. Pobre hombre, las pastillas serán para él. En las lecturas sucesivas voy apreciando tu arte, ese narrador en primera que hace que yo solo capte su punto de vista, y claro, disfruto. Un abrazo, amigo.
Hacía tiempo que no pasaba por aquí, bien lo sabes. Ahora me leeré todo lo que pueda para recuperar lo atrasado. Sigue convenciéndome ese arte tuyo del relato.
Un relato tan inquietante como revelador. Y es que a los fármacos y a sus sucedáneos a veces se les da más confianza que a la propia y natural pasión. Buen relato, Raúl.
Blog abierto en 2006.
Autor de 3 libros de relatos: ELEFANTIASIS, LA SUAVE PIEL DE LA ANACONDA, y GLÓBULOS VERSOS y de 3 novelas: UN VIAJE SOLO PARA HOMBRES, ANTES. ENTONCES. NUNCA y POR MI GRAN CULPA, obra ganadora del XXIV Premio de Novela Negra Ciudad de Getafe 2020. Aficionado al cine, buscador de cosas,... En fin.
18 comentarios:
No es buen augurio, no. En todo caso, si las pastillas funcionan y las comparte, quizá no haya mayor problema.
¿No han dicho el nombre de las pastillas?
Gracias por la sonrisa
Un abrazo
PD. Enhorabuena por "Glóbulos versos"
Al menos se preocupa por dejarlo sufrir su ausencia sin ayuda...
Igual le mandan un muñeco de látex...
En fin, uno de los males de nuestro tiempo es el manido recurso a las pastillas para problemas que no lo necesitan. Un mal nuestro propiamente, además.
Buenos días, Raúl.
Me ha encantado el relato. Detrás de ese humor que destila (que es raro en ti, jejejeje!!) hay un trasfondo muy, muy serio, que habla de la necesidad que tenemos de no quedarnos solo. El personaje del hombre resulta patético.
Me ha encantado.
Besos!!
María
Buenísimo. Punto.
Lo del aerosol por si tienes problemas estomacales es un detalle, jajaja. Me gusta el punto de humor en un relato con transfondo dramático.
Un abrazo
Le estaba siguiendo la pista a este relato desde ayer o antier que lo empecé a leer en mi Blogger, me tenías en un sinvivir por averiguar el final jejeje
Como siempre, GENIAL!!!
Estas pastillas no las necesito por ahora, las que requiero urgentemente son unas para adelgazar, por si se me presenta una oportunidad de oro en Barcelona...
Sonrío
Yo, por si acaso, nunca enciendo la tele. Abrazos
Quedarse a la espera, vislumbrando lo que pasará. La cobardía del ser humano. Que bien retratada, que punto de ironía maravillosa.
Un beso. Lo
¡Qué débil el pobre hombre!
Un gusto leerte Raúl, como siempre.
Besos españoles.
Yo, de él, se las hubiera regalado. Por San Valentín, por ejemplo.
Apuesto a que en el prospecto señalan, aunque sea con letra muy muy pequeña, que está contraindicado para los que creen a pies juntillas lo que escuchan en la tele.
Creo que en aerosol es mejor, como que abraza más, ¿no?
Necesitar a alguien puede enganchar, quén sabe con qué terribles consecuencias. Esa novia es lista. De las que convienen.
Un saludo
Un relato que me produce inquietud, malestar, no llegar a saber exactamente lo que pasa ni va a pasar, con lo cotilla que soy. Claro, que es esta ocasión el autor ha tenido el detalle de ponernos un título que lo aclara todo. Pobre hombre, las pastillas serán para él. En las lecturas sucesivas voy apreciando tu arte, ese narrador en primera que hace que yo solo capte su punto de vista, y claro, disfruto. Un abrazo, amigo.
Interesante posibilidad. ¡Quién sabe! Lo mismo ella quiere compartir las pastillas con él...
Qué bueno y original, como siempre.
Un abrazo.
Hacía tiempo que no pasaba por aquí, bien lo sabes. Ahora me leeré todo lo que pueda para recuperar lo atrasado. Sigue convenciéndome ese arte tuyo del relato.
Muchos besos
Un relato tan inquietante como revelador. Y es que a los fármacos y a sus sucedáneos a veces se les da más confianza que a la propia y natural pasión.
Buen relato, Raúl.
Un abrazo.
Publicar un comentario