El cielo amaga esa cerrazón tan propia del final del verano, tan de playas desiertas, tan de ánimos hueros. Así que el salón, expuesto a través de un par de ventanas, permanece...
jueves, 17 de octubre de 2013
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21 comentarios:
Cuántas viudas en vida por causa de la emigración. Soy gallega, así que conozco muchas historias de ésas (yo misma soy hija de la emigración y ahora también emigrante).
Pero qué bonito lo cuentas. Ya echaba de menos leerte.
Un abrazo
Espero, por su bien, que el tal Uli no sea gitano, porque en ese caso lo devolverán a casa a la voz de ya...
Como dice Alis, el drama de la emigración habla de cómo son los pueblos que la sufren.
Cómo me gusta como escribes, Raúl.
Besitos!!
María
Cuando vi tu banner creí que tu relato iba de posesión demoníaca y sus protagonistas pasearían por tus letras con nombres parecidos a los de Regan y Padre Lankester Merrin, pero no fue así, en este post nos cuentas otra historia de terror, y como siempre en forma magistral!!!
De la emigración se vuelve a hablar aquí en España ahora que están repitiendo la historia que les tocó vivir a sus ancestros en los años de la guerra civil y posteriormente en las décadas de los 50's y 60's.
Me ha gustado mucho.
Besos
Terriblemente actual, Raúl. Me encanta la frase: "Junto a la puerta, un par de maletas llenas de miedo" Y me gusta mucho el relato. Un abrazo, amigo.
Me encanta tu relato, pero que realidad tan dura describes...¿tendremos que pensar, a este paso en emigrar, con las maletas llenas de miedo?
Gracias Raúl por tu visita.
Un abrazo, y por aquí nos vemos.
Me gusta mucho lo de las maletas llenas de miedo y lo de inocente rencor de enamorados, muy bien tráido.
En cambio, aunque soy consciente de la soberanía del escritor al elegir las palabras, yo sustituiría esa 'costura dejada entre las manos', por abandonada
Muy bien narrada esa denuncia, doblemente encerrada en la oscuridad de la habitación y la atmosférica. Ya lo vivimos en los 60 con nuestros padres, en los 80 nos tuvimos que venir de los pueblos, ahora mis hijos vagan por el mundo. Lástima.
A Francia a la vendimia se va uno cantando que en un mes se vuelve con un dinero ahorrado. Lo malo es irse a Alemania con carrera para trabajar de camarero por un minisueldo.
un final inesperado, pensé que no iban por ahí los tiros...
tristemente un caso muy real... describes con pocas palabras un montón de emociones.
biquiños,
Siempre envuelves tus relatos de cierto halo melancólico. Relatos de almas que ocultan tanto que el lector se siente tenso por si explotan.
Qué bueno leerte, Raúl. Un gusto saberte cercano.
El drama del viaje necesario. Hay otros peores: los que emigran por sus vidas y terminan en la mar.
Un abrazo.
Qué tristes son los destierros! Qué forma de morirse sin morir.
Y que bella forma de contarlo, Raúl.
Un abrazo
BB
Magnífica descripción de la atmósfera que ahí se respira.
Un abrazo
Algo más que el desahucio, algo más.. se rompe en esas vidas, me temo.
Nos dejas con un nudo en el estómago, siempre tocando la fibra, Raúl.
Un abrazo
Sabes llegar con tus palabras al corazón de los lectores. Una historias muy real, actual. También triste y sensible.
Raúl, un beso.
Un fondo complejo, de la mano con una realidad que abruma cada vez más.
Qué maravilloso cambio de registro, Raúl. Me has hecho sonreír muchas veces, pero, si me permites, me quedo con esta emoción. Cuánta historia entrelíneas, cuánta rabia contenida: la maleta de cartón de ayer convertida hoy en sansonite con ruedas, sí, pero la desolación es la misma. Nos han desahuciado ya de la esperanza.
Un relato sólido, duro y serio. Genial. El fondo es triste, pero real.
Un abrazo.
Ays...
se te van a por tabaco
¡y ya les has visto!
:)
Te vuelvo a saborear Raúl.
Un saludo especial.
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