Miro la lluvia caer a través del amplio ventanal que da a la calle Mayor. Los cristales empañados avisan de que ha...
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Será el 23 de septiembre cuando Elefantiasis visite Sevilla.
44 comentarios:
Anónimo
dijo...
Los fantasmas que siempre vuelven, lo malo es cuando es uno quién los invoca. De cualquier forma todos hemos hecho éso alguna vez. Me gusta el texto, sí. Lib.
Esa mujer está resignada o es una masoca. Me parece una parábola perfecta de lo cómodos que estamos a veces en el dolor. Si es que no paramos de lamernos el cipote, por Diosss.
Las llagas que produce el desamor, esa herida que no llega a cicatrizar es a veces una sensación agridulce que inconsciente o no preferimos no olvidar... simplemente porque fue hermoso y hermoso es recordarlo. Aún mejor en un día de lluvia-
Qué bien me hace leerte- A veces, cuando lo hago, me imagino haberte contado cosas que forman parte de mis emociones.
Ella debió -dentro de lo que cabe- quedar algo agradecida de que él la dejase con esa voz bajita, avergonzada. No era suficientemente hábil como para hacer que le dejara ella, que es lo fino y cínico total
Querido Raúl, veo que estas lluvias han sido especialmente prolíficas en tu verano. Apenas han faltado en tus textos. Ayer leía en un blog amigo: "Para la gente solitaria, la lluvia es una oportunidad para ser tocado" (Simon Van Booy). En este punto del ciberespacio, tu otoño roza mi primavera. Un abrazo.
Es lástima toda esa gente, que existe, que se queda embarrancada en un determinado momento. Es lástima sobre todo cuando el momento es un día de otoño temprano y lluvioso
la veo. La puedo ver perfectamente senatada en esa mesa, incluso sonriendo al resto de clientes del bar como si no le pasra nada, mientras espera que su dolor le provoque el mismo placer de siempre. hay gente muy muy cobarde....
Con música de fondo, es aún más dulce ese llevadero aguacero. Por aquí como siempre llueve es más fácil desasirse de esos desencuentros. Los bares están llenos siempre de esos sempiternos adioses, de esas dolencias que son menos cuando les echamos azúcar.
Desde entonces todos los cafés son un café a solas, todos los ventanales calan hasta los huesos, todo terrón de azúcar es el punto y coma de aquella ruptura, todos los otoños son ella escapándose del trabajo, un ratito nada más...
Excelente otoño el que nos presentas aquí, excelente espera que, sin embargo, nunca conocerá final. Me ha encantado este relato, Raúl, mi más sincera enhorabuena. Olvidar sería un error para el que vive de evocar. Un abrazo.
Sí que huele a temprano por la mañanita. Lo clavaste. No es bueno lamerse mucho tiempo la misma herida, no cicatriza bien y deja una marca fea que hay que proteger luego del sol... Tus letras se viven Raúl, un placer
Mientras que evoca su recuerdo él sigue a su lado aunque sea para dejarla..hay amores que siempre son heridas..hay lluvias que siempre son recuerdos.. Prefiero el sol y el café con hielo.
Siempre que llueve hay que salir de casa, digo yo. A tomar café o lacerarse. Cualquier cosa menos que se te caiga la casa encima. Es otro tipo de laceración, que no tiene la amabilidad del texto que nos escribe.
Vamos, que casi apetece que nos vuelvan a abandonar.
Nada, hay que salir de ese círculo vicioso, ese gusto por regodearse en el dolor, como un cerdo en un charco. La vida está plagada de capítulos cerrados. Demasiado cruel el la memoria que nos trae de cabeza con los recuerdos hermosos...
Es un texto hemosísismo. Yo no veo dolor. Veo una nostalgia controlada. Por eso a tu protagonista le resulta placentera. Cuando sale, después de ese momento, sigue sin más con su vida. Así lo veo yo. Un beso.
Blog abierto en 2006.
Autor de 3 libros de relatos: ELEFANTIASIS, LA SUAVE PIEL DE LA ANACONDA, y GLÓBULOS VERSOS y de 3 novelas: UN VIAJE SOLO PARA HOMBRES, ANTES. ENTONCES. NUNCA y POR MI GRAN CULPA, obra ganadora del XXIV Premio de Novela Negra Ciudad de Getafe 2020. Aficionado al cine, buscador de cosas,... En fin.
44 comentarios:
Los fantasmas que siempre vuelven, lo malo es cuando es uno quién los invoca. De cualquier forma todos hemos hecho éso alguna vez. Me gusta el texto, sí. Lib.
Ese recrearse en las miserias del corazón impide volver a llenarlo de latidos, de vida.
El texto, magnífico.
Suscribo el comentario anterior. Mucha suerte en Sevilla, amigo.
Los fantasmas y la lluvia. Joer, ultimamente en tus escritos...siempre llueve.Saludos
Precioso texto, me encantó!
Saludos!!!
El amor es puro masoquismo, no cabe duda. A ratos compensa, pero generalmente...
Esa mujer está resignada o es una masoca.
Me parece una parábola perfecta de lo cómodos que estamos a veces en el dolor. Si es que no paramos de lamernos el cipote, por Diosss.
JC
Es mejor sentir dolor que no tener sentimientos pero lo mejor, si se puede, es decir aquello de a otra cosa mariposa y mira lo que te pierdes.
las vacaciones te han sentado bien, Raúl, porque el texto es magnífico y el guión excelente. Un alma en pena...
Un abrazo.
mediocre tú?, anda ya!
después de la lluvia siempre escampa, esto está bien, y el dolor, esto está mejor, el dolor siempre se pasa...
un abrazo.
Que te dejen es tan dolorosamente placentero. No quisiera sentir ese dolor de nuevo y, por otro lado, si sucediera significaría tanto.
Las llagas que produce el desamor, esa herida que no llega a cicatrizar es a veces una sensación agridulce que inconsciente o no preferimos no olvidar... simplemente porque fue hermoso y hermoso es recordarlo. Aún mejor en un día de lluvia-
Qué bien me hace leerte-
A veces, cuando lo hago, me imagino haberte contado cosas que forman parte de mis emociones.
Un abrazo
¡Plas, plas, plas, plas!
Sublime. El texto de hoy te ha quedado sublime, Raúl.
Gracias.
un texto hermoso, un final de película.
veo todos los planos de los protagonistas, la lluvia, sobre todo la lluvia.
también aquí en el norte, hoy ha estado lloviendo... pero hace calor y él no va a decirme: lonuestroseterminó.
biquiños,
Ella debió -dentro de lo que cabe- quedar algo agradecida de que él la dejase con esa voz bajita, avergonzada. No era suficientemente hábil como para hacer que le dejara ella, que es lo fino y cínico total
Querido Raúl, veo que estas lluvias han sido especialmente prolíficas en tu verano. Apenas han faltado en tus textos. Ayer leía en un blog amigo:
"Para la gente solitaria, la lluvia es una oportunidad para ser tocado" (Simon Van Booy).
En este punto del ciberespacio, tu otoño roza mi primavera.
Un abrazo.
"Un café solo envuelto en prisas"...Sólo esta frase es un mundo...
Besos desde el aire
Si es que los cafés son muy malos...
Es lástima toda esa gente, que existe, que se queda embarrancada en un determinado momento. Es lástima sobre todo cuando el momento es un día de otoño temprano y lluvioso
Raúl, mi amigo:
Este es uno de esos relatos que te han consagrado. Esa magia, esa capacidad de dejarnos imaginar las emociones y los escenarios.
Como en muchas oportunidades, has escojido las palabras correctas para transmitirnos la melancolía de los dias de lluvia...
Yo tambien evoco algunos recuerdos de este tipo siempre que llueve
Saludos desde Honduras;
Me gustan estos relatos tuyos.
Suerte en Sevilla. Que la tendrás. seguro
Coincido con Rosa, hay frases ahí para leer una y otra vez. Y la historia es bonita. Esos amargos recuerdos,a veces, endulzan.
Hay algunas relaciones que saben bien cuando se acaban ( sonrío)
Un besito.
La lluvía es mala compañera para la melancolía, la tristeza y el desamor.
Grande como siempre tus letras
Un besito y hasta pronto aquí en Sevilla
Pobre corazón..., no deberías llevarlo siempre a ese bar a recordarla, sufre mucho.
Besitos.
Pues piensa que vuelve y se queda, así no es tan triste los días de lluvia...
Besicos
la veo. La puedo ver perfectamente senatada en esa mesa, incluso sonriendo al resto de clientes del bar como si no le pasra nada, mientras espera que su dolor le provoque el mismo placer de siempre.
hay gente muy muy cobarde....
María.
Con música de fondo, es aún más dulce ese llevadero aguacero.
Por aquí como siempre llueve es más fácil desasirse de esos desencuentros. Los bares están llenos siempre de esos sempiternos adioses, de esas dolencias que son menos cuando les echamos azúcar.
Besos, Raúl.
Desde entonces todos los cafés son un café a solas, todos los ventanales calan hasta los huesos, todo terrón de azúcar es el punto y coma de aquella ruptura, todos los otoños son ella escapándose del trabajo, un ratito nada más...
(Gracias por tu última visita)
Excelente otoño el que nos presentas aquí, excelente espera que, sin embargo, nunca conocerá final. Me ha encantado este relato, Raúl, mi más sincera enhorabuena. Olvidar sería un error para el que vive de evocar. Un abrazo.
Sí que huele a temprano por la mañanita. Lo clavaste.
No es bueno lamerse mucho tiempo la misma herida, no cicatriza bien y deja una marca fea que hay que proteger luego del sol...
Tus letras se viven Raúl, un placer
Mi madre siempre me dice: "Donde se está bien, buen rato, hija".
Pero lo de esta chica es puro masoquismo. Eso sí, dicen que los masocas gozan con el dolor. Será eso.
A ti, ni se te ocurra, ¿me oyes?
:)
Mua,
Mientras que evoca su recuerdo él sigue a su lado aunque sea para dejarla..hay amores que siempre son heridas..hay lluvias que siempre son recuerdos..
Prefiero el sol y el café con hielo.
¡Gracias por dejarte ver por mi casa! :-)
amé su escrito. Llegué desde la casita de Beatriz, por analogía desconté que alguien que la leyese a ella no podía no llegarme.
Siempre que llueve hay que salir de casa, digo yo. A tomar café o lacerarse. Cualquier cosa menos que se te caiga la casa encima. Es otro tipo de laceración, que no tiene la amabilidad del texto que nos escribe.
Vamos, que casi apetece que nos vuelvan a abandonar.
Valla que si saboree
Nada, hay que salir de ese círculo vicioso, ese gusto por regodearse en el dolor, como un cerdo en un charco. La vida está plagada de capítulos cerrados. Demasiado cruel el la memoria que nos trae de cabeza con los recuerdos hermosos...
Un beso fuerte,
Un texto precioso. La manera de llevar el desamparo emocional puede ser hasta honesta y poética.
Un abrazo.
Es un texto hemosísismo.
Yo no veo dolor. Veo una nostalgia controlada. Por eso a tu protagonista le resulta placentera.
Cuando sale, después de ese momento, sigue sin más con su vida.
Así lo veo yo.
Un beso.
Qué triste, la lluvia.
Sanadora, pero triste.
(Aquel, no se tilda en la e)
La lluvia que todo lo limpia hace estragos en los recuerdos.
Yo soy feliz cuando llueve y mi alma vaga por los recuerdos.
Abrazo
Así se le da la vuelta a un tópico, sí, señor, con tu estilo bien urdido y sin concesiones, amigo.
qué poema en prosa tan bonito, tan otonal y tan triste...
A eso llamo yó hacer callo. Al final uno se acostumbra y ya no duele.
Me encantan los detalles de tus narraciones.
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