jueves, 25 de agosto de 2011

Rayos, truenos y centellas

Hoy he vuelto a bajar a la playa. Calor, color y más calor.
Anoche no pegué ojo. O algo me debió de sentar mal en la cena, o fue el café que no debí tomarme, o quizá el calor, sin color, sólo el calor inmisericorde que viene haciendo. Así que he bajado a la playa a tumbarme un rato, a ponerme la canción preferida de mis siestas; una preciosa, de Portonovo, que se titula “Las cosas lentas” y a tratar de echar una cabezadita soñando con sirenas.
Pero hacía calor -mucho calor-, no he podido dormir tampoco y, por pura rebeldía, de haber podido soñar con algo no lo hubiese hecho con sirenas, sino con truenos, con una de esas tormentas de verano de lluvia pegajosa e inesperada, llena de pirotecnia e incertidumbre.
Me gusta que llueva en verano. Cuando lo hace, desde crío siempre me he imaginado que mi casa está construida sobre un embarcadero, a modo de paraíso flotante. Sus paredes por tanto, las de la casa de mis dulces sueños tormentosos, dan al mar. Me imagino mirándolo a través de la ventana, sujetándome la barbilla y observando curioso como el cielo se resquebraja, un cielo de un gris amenazante pero hermoso, partido de vez en cuando por unas llamaradas que tiñen de confusión a los turistas de mi pueblo, que se preguntan si no aprovechar los gritos de San Pedro para dar por acabadas las vacaciones y ahorrarse con ello unas pelas.
Cuando eso me imagino, las gotas de lluvia percuten y se cuelan insumisas por las fisuras y las grietas de un tejado, el de mi casa, todavía por construir.
Pero ya digo que el milagro sólo se produce cuando llueve en verano, cuando consigo dormir a pierna suelta y termino por soñar que tengo una casa construida en un embarcadero, porque hoy, que ha vuelto a hacer un calor de mil pares de cojones, yo no he logrado pegar ni ojo.
En septiembre, Elefantiasis viajará a Sevilla

41 comentarios:

Anónimo dijo...

Tú lo cuentas tan bonito que se me olvida que me dan miedo las tormentas. Lib.

Rosa dijo...

Me encantan las tormentas, esos increibles gigantes iluminando la meseta( el mar me pilla un poco lejos).

Raúl eres un mago creando ambientes, atmósferas o como quieran llamarlo. Haces de lo cotidiano un mundo excepcional.

Besos desde el aire

Josep dijo...

¡Sí!
¡Que llueva, que llueva!
¡Que caiga un chaparrón!
¡Que se lleve los calores de esta estación!

Lo describes tan bien, que hasta parece bonito, cuando es pegajoso y molesto, y no paro de dar vueltas sin pegar ojo...

Un abrazo.

Mixha Zizek dijo...

Me encantó esta entrada, ahora qu en Lima está lloviendo me haces pensar que hablas de un lugar muy cerca. Me gusta el calor que encuentro en este post, excelente besos

matrioska_verde dijo...

Me has cambiado por una vil tormenta. No puedo con ello. Has echado a perder mi día que prometía feliz. ¡Como eres!, no esperaba eso de ti.

Así que hoy no hay biquiños, sólo una mirada de esas de "me pego la vuelta y me voy", ¡ja!, hasta ahí podíamos llegar.

biquiños,

... bueno, se me escaparon... es que no soy rencorosa...

P.d.: a mí me gustan las tormentas aunque me da miedo y grito escondida en el pasillo.

Lansky dijo...

Para mí la lluvia es como los amigos, me gusta que aparezca pero no que se quede muchos días. Y también me gusta en invierno, me pone de un melancólico estupendo

Irreverens dijo...

Suscribo tu post de hoy enterito. ¡Menudo calorazo el de ayer y el de hoy!

¡Que llueva ya o el público se va!
:P

Besos torrenciales

Anónimo dijo...

Dormir y soñar: ¡qué lujosos resultan a veces!

Besos,

Zayi Hernández dijo...

Anoche yo también tuve calor...se lo eché a la pre-menopausia que no tengo y que me da igual tener...me comi un helado, dos flash y amaneci resfriada...
Me gusta cuando llueve y estoy en la cama...da igual si dormida o no...

Un besito.

Uno dijo...

Me encantan las tormentas de verano, cuanto mas tremendas mejor. También me gusta esta tormenta tuya.

Una dijo...

Sol de invierno, lluvia de verano...el ser humano es incorformista por naturaleza. Compartimos sueños infantiles y calores de adultos.

Se hace muy ameno leerte.

Juan Herrezuelo dijo...

Pienso en esa furia de violines en Presto con que el verano de Vivaldi se rompe en una tormenta como las que anhelas bajo este calor de mil pares; sólo así nuestros músculos de sofocada mantequilla consolidarían bajo la lluvia, sólo así el insomnio soltaría amarras y se dejaría arrastrar a la deriva del sueño. ¡I want to sleep!

Anónimo dijo...

Hermoso, poético evocador y veraniego. Muy veraniego, Raúl.
Me ha enctando.

María

Anónimo dijo...

Luvia de verano, sueño de los mas felices. LLuvia en otoño, sueño de los nostalgicos. La vida es asi, caprichosa y puñetera ya que llueve cuando menos se espera.
Por cierto la imagen que elegistes me gusta, la peli no, pero esa imagen de carmen maura mojada por los barrenderos, siempre me dascino. Saludos

Anónimo dijo...

Lo que está claro es que una buena tormenta no sólo se lleva el caor, sino que también lo limpia todo:
Metafórica tu entrada.
Bon giorno


JC

LA ZARZAMORA dijo...

Regresé a la lluvia, a las lluvias, a esas tormentas que llegan sin pedir permiso, y ese calor agobiante que nos hace soñar con sirenos, quedó en puras quimeras.
Cómo te envidio hoy, tú que puedes seguir viendo el mar y soñar con tormentas...

Besos, Raúl.

Unknown dijo...

Ya sabrás lo que es calor cuando estés en SEVILLA compañero.
Que Dios, nuestro Señor te pille confesao......

Diana H. dijo...

Después de leerte, quién podría dudar de que la tormenta estuvo allí: "Es real todo lo que tiene vida". No recuerdo quién lo dijo, pero lo confirmo a cada rato.
Un abrazo ( y dulces sueños...)

awacat.es dijo...

Querido Raúl, lo importante es que el cielo se mueva..

Abrazo!

Marcos Callau dijo...

Y el aroma a lluvia, una noche de verano... eso sí que es estupendo!!! Afortunadamente parece que el calor amaina. Bonito relato. Un abrazo!

roberto dijo...

Las tormentas de verano son necesarias (o eso dicen, vamos). Que vengan pues.

Fiebre dijo...

Siempre he pensado que la cursilada esa de la "lluvia son las lágrimas del cielo" etc tiene algo de verdad. Es triste para mí.

Aunque me ahogue, prefiero el sudor pegado a mi piel, el desasosiego de no dormir...

Me da vida.

Concha Huerta dijo...

A mi tambien me gustan las tormentas de verano, que refrescan despues de unos días de infierno. Los rayos y la violencia de la naturaleza que sobrecoje. Espero que se pase el calor en tu tierra y puedas por fin dormir a pierna suelta. saludos

Juanjo Montoliu dijo...

La cena siempre sienta mal cuando se toman más de tres vodkas con limón antes, durante y después.

Y las tormentas son la solución a unas tensiones insoportables. Son efímeras, pero necesarias. Y gustan a los que se quedan fuera. Incluso a mí.

Belén dijo...

Qué te puedo decir? que te comprendo... oh, te comprendo...

Besicos

campoazul dijo...

Ya ves, o empieza a refrescar o acabaremos todos durmiendo en la playa soñando con sirenas..., o empapados por las tormentas o ...no pegando ojo, si hay para elegir.

Besitos.

Carme Carles dijo...

Uno de los placeres del verano es llover estando dentro del mar. Con el cuerpo entre dos aguas, una parte dulce y otra salada, te conviertes en sirena.
Salut i fresqueta

EL QUINTO FORAJIDO dijo...

En estas noches de calor y bochorno es cuando pienso ¿por qué estoy deseando siempre que llegue el verano?

abril en paris dijo...

"Esa tarde ví llover , ví gente correr y no estabas tú.."
versos de una vieja canción para acompañar la tormenta de ayer y esperar la de mañana...¡Adoro la siesta con o sin pijama !.;-)

Anónimo dijo...

Ese estado de sopor que produce el calor, una digestión pesada, una música sugerente...sólo el agua y la furia de una tormenta disolverá la pesadilla y generará el sueño pacífico y reconfortante. Maravilloso relato, me alegra leerte de nuevo.

Abrazos!

senses and nonsenses dijo...

este verano ha sido como los de toda la vida. algunos días de calor, calor, de morirse, y muchos, demasiados, días de lluvia...

un abrazo.

Javier Valls Borja dijo...

¿Una casa sin tejado? Pues la gota fría está a la vuelta de la esquina...

39escalones dijo...

Yo habría dado cualquier cosa por un buen chaparrón veraniego hace un par de semanas, cuando por aquí alcanzamos los 41 grados y pico...
Ay, esa melancólica lluvia de esos melancólicos veranos... Algo que se acaba.
Un abrazo de vuelta.

manuespada dijo...

Huele a ozono.

lopillas dijo...

Es curioso pero he sentido el balanceo del embarcadero al leerte. Tíu, haces magia con las palabras.
Besote

humo dijo...

Las tormentas son la pimienta del verano.

Miguel dijo...

Has narrado el verano que se está acabando con maestría. Casi estoy esperando las primeras tormentas para poder soñar...

Un abrazo.

Francisco Ortiz dijo...

Suena a renovación (y lo aplaudo: otros temas, otras miradas), pero me falta algo, algo que cierre o dé sentido, que no se haga agua al final, amigo.

El Doctor dijo...

Me gusta el calor,de verdad,será porque las películas que he visto en donde se respira el calor auque la peli la veamos en invierno.En el calor de la noche.Doce hombres sin piedad.Fuego en el cuerpo,la camiseta sudada de Brando en Ese tranvía llamado deseo,etc.Ahora estoy sudando en este locutorio que no tiene aire acondicionado.Ay,me siento como Mel Gibson en El año que vivimos peligrosamente.

Anónimo dijo...

Tormenta de verano o lo que quizas sea lo mismo. Tras la tempestad...la calma. Me gusta la portada de tu libro. Saludos

LaCuarent dijo...

Adoro las tormentas de verano y si tienen fuegos artificiales más
Un beso más