jueves, 21 de julio de 2011

Algo se muere en el alma... que rezaba la canción

Los veranos no se inventaron para las despedidas. El invierno, que por algo rima con infierno, quizá sí. Pero el verano no.
En el verano las cosas llegan, no se van. Así, por estas fechas abrazamos la llegada del buen tiempo y recibimos la mies. Regresan los familiares por vacaciones y también aquellos amigos, ya casados y con hijos, que incomprensiblemente todavía se hospedan en el mismo camping en el que os conocisteis siendo unos críos, entre pedaladas, chapuzones y gusanos de seda. Llegan las mangas cortas y las piernas largas. Las verbenas, los festivales y la Virgen del Carmen.
Y sin embargo yo ando estos días de despedida.
En realidad, la persona que se va hace ya varios meses que salió de mi vida -en invierno, como tocaba- por lo que el luto emocional ya pasó su etapa más cruda envuelto en una bufanda. Pero es ahora en mitad del verano, cuando las pieles lucen morenas y las sonrisas brillan despejadas tras la siesta, cuando las circunstancias han hecho que se escenifique su adiós físico, que aunque no tiene tanto empaque poético como el otro, también jode lo que no está escrito.
Se va una persona que durante mucho tiempo fue la única persona. Una persona que fue mi epicentro vital, un ojo de huracán centrifugante de todo lo bueno y todo lo malo. Que fue a la vez mi toma de tierra y mi exceso. Y que fue musa. Descanso. Sopetón. Y debacle. Que fue también la primera lectora de mi primer libro, aquellos ojos pardos que exploraron los lindes, vírgenes por aquel entonces, de todos mis estúpidos relatos.
Sé que a ella, que ahora anda ufana en otras cosas, no le sucede lo mismo. Lo sé. Pero a mí, que un rencor sólo me dura un par de tragos y que además me cuesta horrores dejar de querer, la emoción de estos días me tiene anudado el estómago.
Que el verano no es tiempo de despedidas sino de recepciones, lo sabía bien Rohmer, que con el calor hizo que llegara la bella Pauline, no que se fuese. También lo sabía Mercero, y por eso se esperó a mediados de septiembre para matar a Chanquete.
A ti.

46 comentarios:

Uno dijo...

Yo siempre he pensado que las parejas son para el invierno. En verano dan calor.
Y que no hay momento bueno para esas despedidas:

http://generoful.blogspot.com/2009/09/cuidadito-cuidadito.html

Espero que te rías un poco.

Un abrazo

Rosa dijo...

Es hora de que dejes entrar las excavadoras pues por lo que leo te han removido hasta los cimientos.
Empieza ha construir desde cero...

Siento tu dolor.

Besos desde el aire

Rosa dijo...

http://vanalaire.blogspot.com/2011/07/huracan.html

Besos desde el aire

Josep Lloret Bosch dijo...

¡Ay! este verano, Raúl, amigo mío, ha empezado muy malamente y ya estoy deseando que termine, mira...

Un abrazo.

Zayi Hernández dijo...

No creas en las mujeres ufanas, Raúl, que cuanto más ufanas nos ponemos...más dolor llevamos dentro... A mi también me cuesta horrores dejar de querer y para enamorarme soy una plasta ( siempre busco defectos de más cuando el tío me gusta)pero llegará alguien que te hará olvidar lo malo y benditamente también lo bueno.

Un besito, guapísimo

Diana H. dijo...

Querido Raúl, qué decirte. El dolor no mira las estaciones para suceder.
Nada, que te acompaño desde muy lejos y ojalá sientas mi abrazo muy cerca.

Anónimo dijo...

Me cago en la puta, aún recuerdo como un trauma a Pancho gritando aquello de "Chanquete ha nuerto, Chanquete ha muerto....". Yo aún no me he recuperado. Tú sin embargo ya estás pasandopágina. Me alegro.
Me ha parecido una crónica
¡¡excelente!!, Raúl.


JC

matrioska_verde dijo...

Si vivieras en el Norte todo sería diferente porque aunque ahora es verano, llevamos unos días en los que llueve y hace frío. No obstante, el dolor es dolor en enero y en julio.

Duele perder los referentes, el norte de cada uno. Duelen todas las despedidas. Duele aprender a dejar de querer.

Pero se puede.

Pero al final se olvida.

Y pasa el tiempo.

Y surgen los nuevos brotes en los árboles.

Tu texto es precioso, por lo que transmites y por cómo lo haces.

Recuerdo Verano Azul y mis lágrimas emocionadas en algunos capítulos.

No, no, no nos moverán... No, no, no nos moverán....


biquiños,

39escalones dijo...

Joer, yo que pensaba que por una vez nos librábamos de "Verano azul"... Jodío Piraña...

En fin, amigo, urge aprobar un nuevo plan urbanístico para levantar un edificio nuevo. Y de paso, recalifica los terreno, que valor tienen.

Aina Rotger Vives dijo...

Bueno, digamos lo que digamos, el luto lo vas a pasar igual. Yo soy de las que piensa que una cosa que se ha querido no se puede dejar de querer. Así que...nada cambia, solo que ahora no siempre la tendrás tan cerca.

Un abrazo, de oso, de ésos que dan hasta asco ahora con tanta calor.

EL QUINTO FORAJIDO dijo...

El verano es tiempo de cambios, de conocer o de dejar, aunque lo de dejar siempre queda para el otoño que es cuando los juzgados van a todo gas. Una vez más me encanta tu forma de expresarte, lástima que para contar historias tristes.

Santi S. dijo...

Qué bueno...
a esto lo llamo yo saber narrar.

Beatriz dijo...

Aunque no puedo afirmar que lo que relatas sea una historia tuya, personal,que duele y muchísimo,((ya sabemos que nos reinventamos a través de la escritura) mientras te leía no he dejado de imaginarte en este verano envuelto en una bufanda de nostalgias.
Querido Raúl, siempre duele dejar de querer. ¿Acaso alguien nos dió clases de cómo se hace?

Yo sólo puedo desearte que disfrutes de los amigos, de los placeres estivales ( de todos) y que te sigas inspirando para emocionarnos.

Un abrazo -(Cuánto disfruto leyéndote)

Belén dijo...

Bueno, si ya has pasado el luto ya es un gran paso :) ánimo, majo

Besicos

Anónimo dijo...

Me gusta este poema:


Al Final

Que pocas cosas duelen. Digamos, por ejemplo,
Que se puede no amar de repente y no duele.

Duele el amor si pasa
Hirviendo por las venas.
Duele la soledad,
Latigazo de hielo.

El desamor no duele. Es visita esperada.
No duele el desencanto. Es tan sólo algo incómodo.

Somos así, mortales
Irremediablemente,
Sin duda acostumbrados
A que todo termine.


Irene Sánchez Carrón

Lib.

Gabriela Amorós dijo...

Hay adioses que se eternizan.
Dejar de querer siempre es arrancar y eso duele y también se eterniza.

Un abrazo enorme a tu corazón.

roberto dijo...

No recordaba que Chanquete moría en Septiembre. Qué malo es Septiembre, oye...

Mixha Zizek dijo...

Raúl seguro pasara el aire y será el amor que pasa y cerro la puerta y se fue.
LO sentí hace unos meses, pero pasaron tantas otras cosas que ya ni recuerdo algunas cosas.
Me gusta tu post mucho


Gracias por tu apoyo, aquí al costado de mi lap, para no dormirme, aqui son 5am,



besos

Judo dijo...

Delicioso el relato y una buena filosofia de vida.

Dol dijo...

Me guste que te cueste dejar de querer ; es sin duda por eso por lo que escribes.
Tanta sensibilidad que no sentimentalismo me llega al corazón porque es verdad que a algunos nos cuesta desprendernos de trozos de corazón .
Ostia, encima ha rimado.
Voy a beberme un vaso de lejía.
Creo que he tocado fondo.
...

Eres joven y talentoso ; te esperan muchos amores agazapados debajo de las hojas de un bosque inmenso.
Y alguno vendrá para quedarse todos los inviernos.
Me lo contarás , te lo auguro y aseguro.
Un abrazo.

Juan Herrezuelo dijo...

Libertad no conozco sino la de estar preso en alguien, que dijo Cernuda, y acaso las transpiraciones del verano sean buenas para deslizarse entre los barrotes, darle la bienvenida al olvido y tropezar de sopetón con los ojos de nuevas musas: ay, ellas serán quienes merezcan nuevas entrelíneas en los relatos que uno vaya perpetrando.

Anónimo dijo...

Primero decirte que la crónica de hoy me ha encantado. Empiezo a acostumbrarme a esta veraniega forma de escribir tuya.
Después he de decir, que yo no veo ni sentimentalismo ni tampoco "malde amores", sino ternura por un recuerdo. Es de gente buena recordar bien a los que pasaron por nuestras vidas.
Besazossss.

María

Araceli Esteves dijo...

Yo creo que no hay que matar al amor, lo sientes, te duele, pero estás vivo.
Seguro que era alguien cojonudo, pero no te olvides de que la ausencia hace que las virtudes de la persona ausente reluzcan con una potencia especial. Siempre nos parece buenísimo aquello que perdemos.

Andrés Bastardo Grenouille dijo...

Quizá no se trate de las estaciones del cielo que nos cubre las que marquen el ritmo de un amor, pasa que cada amor tiene su atmósfera y sus estaciones... y hemos de ser poetas para evitar la mortalidad de sus inviernos y heroicos alquimistas cuando sus veranos amenazan con sofocarnos. El amor es la más difícil de las dramaturgias.

Tesa dijo...

El tiempo todo lo cura.

Dicen...

Pilar Medina dijo...

Hermoso estar de vuelta, leyendo y escribiendo. Esos amores nunca fallan.
Hazme un favorcito: Echale una leidita al breve "Primavera" de mi blog y decime, por favor, si no te sentís identificado.

Juanjo Montoliu dijo...

Como ya sabes, me ha emocionado el relato. Es generoso y agradecido, dos grandes virtudes.

Pero yo no quiero que muera Chanquete. Chanquete no ha muerto. Sólo muere el verano. Y resucita después de cada invierno.

Anónimo dijo...

Hola, ola refrescante, para ese alma , menos difusa que durante el invierno.
Como dices, el verano es para los encuentros, para el baile de los sentidos y no para revivir el invierno.
Asi que ya estás tardando en salir de esa hibernación del corazón a destiempo, y disfrutar de esas pieles morenas y las largas piernas, y la risa fácil, la luz y los amaneceres antes de acostarte..

Un beso, del Aire...

Deigar dijo...

Te comprendo, pues a mi también el rencor no me dura más que poco tiempo. El verano está frente a nosotros, libera el cuerpo y la mente. Disfruta de ti mismo, que nada es en vano y todo pasa por algo.

Nada es casualidad en esta vida.

Saludos :)

Celsa Muñiz dijo...

Quizás al verano, como a los fines de semana, les exigimos más que al invierno o a los días laborables. Esa exigencia inconsciente nos hace más infelices esos días en los que tenemos más tiempo para pensar en lo que no tenemos.
Lo que cuentas es hermoso y conmovedor.
Un abrazo.

El Doctor dijo...

Precioso recuerdo atemporal,amigo.El pasado es un presente que desconocemos,dijo un poeta.Mercero,que ahora anda con problemas de memoria retrató un verano azul exactamente como el mío.Ir a la playa con esos bañadores ceñidos acompañado de padres barrigones que comían sandía y de cuyos líquidos corrían como ríos hacia la montaña de la buena vida.El verano sólo pertenece a la infancia,como las bicicletas y las golondrinas de media tarde que volaban a través de un cielo con sabor a pan y chocolate.Tenía una prima francesa que venía todos los veranos a visitarnos,ella,con su pelo a lo garçon;contestataria y moderna.Me gustaba tanto,Raúl,ella desmontaba mi decorado franquista,añejo,rancio.Una vez en la playa,quisimos huir de nuestros padres,de nuestro sistema.Nos cogimos de la mano y corrimos a través de la orilla del Mediterráneo.Pero fuimos atrapados de inmediato.Yo,tadavía no había visto Los 400 golpes y ya tan próximo a Antoine Doinel.Pasaron veinticinco años antes de volver a ver a mi prima.Ella estaba casada,mal casada con dos hijos.Yo,divorciado.Hablamos de cosas superficiales y nuestras miradas siempre bajas,omitiendo un pasado o,eso pensé yo.¿Recordaba ella nuestra fuga frustrada? y si la recordaba ¿cómo?.
Un fuerte abrazo,amigo.

Unknown dijo...

No soy quien para aconsejarte desde mi destrozo vital.
Yo solo te leo y te admiro, por cierto Raul, para cuando otro librito hijo?

Elena dijo...

Hola Raúl!
Hoy buscaba algo nuevo que leer, por eso he buscado tu blog que hacía algún tiempo que tenía abandonado y como siempre, no me has decepcionado .. Elena

J.M. Ojeda dijo...

¡Amigo mio!
Cosas de la vida...
De todas formas el corazón, y la razón son imprevisibles ¡Quien sabe…!

Saludos de J.M. Ojeda.

campoazul dijo...

Buf...!! Hay veranos que jamás se olvidaran, desgraciadamente. Pero con el tiempo se recordaran con un tierno cariño lejano.

Besitos.

Miguel dijo...

Estoy mirando el mar... las olas nacen y mueren constantemente, sin descanso, pero siempre están vivas. Igual que nuestras vidas, que nunca mueren hasta el final...

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Pimavera, Otoño, Invierno, Verano y otra vez Primavera...La llevas, te lleva.

Miguel Baquero dijo...

Espero que te repongas pronto; todavía quedan muchos veranos por delante y muchos libros y algunas mujeres...

senses and nonsenses dijo...

como decía la filósofa italiana, "Y si te dejan no lo pienses más, búscate otro mas buen@, vuélvete a enamorar".
hay que estar atento, que en verano es más fácil que pasen cosas...

un abrazo.

MarySandel dijo...

Raúl,
Como siempre un gusto visitarte. Me encanto la relación verano-invierno, amores de verano que se congelan. Dolores de invierno que se derriten...

Un abrazo desde Costa Rica
Mary

Anónimo dijo...

Eso de que el rencor sólo te dura dos tragos te hace grande Raúl. Y me gusta saberte en este punto. Porque sintiendo así, creces y te haces grande.

Guarda en ti todo lo bueno que hubo con ella, porque de esos posos está perfumada la felicidad.

Y así olerás requetebien.

Un beso,

T.

LA ZARZAMORA dijo...

Cuando llega el verano, y su lustroso don para hacernos parecer más morenos, más briosos y con menos arrugas en el alma, llega también el poema que rompe certero el adiós al sempiterno otoño que arrastramos en la piel, como si el tiempo no pasara por esta elucubrante manía de querer quemarlo todo.
No muere nada, en el fondo, el alma es capaz de llenarse de brisas multicolores, de una sonrisa que empalague, de un sol que indolente nos cubre la epidermis, y deja vibrar en las estiradas toallas un hálito de cerveza y una dejadez como la de los gusanos de seda...
Besos, Raúl.

Maria Coca dijo...

Entiendo tu desazón. Pero sabes? Si miras muy fijamente el cielo nocturno, podrás distinguir las luces de las estrellas. Están ahí para darte luz y para sonreírte. Disfruta de su luz y de todas las luces que te han iluminado. Disfruta y sonríe. Estoy segura de que aún serán muchas las estrellas que te sigan iluminando.

Un abrazo.

Cuentista dijo...

Siempre grande, pero este...este es enorme.
Sonrío triste.

Anónimo dijo...

Raul,

He venido a ponerme a cuentas. He leido todos los relatos que me había perdido desde Flora y Fauna.

Este relato que ahora comenta me ha dejado con un sentimiento de soledad: como es que alguien que es todo llega a ser parte ajena de nuestras vida?

Que triste.

Por lo demás, les deseo mucho exito y alegria en estas vacaciones de verano...


Saludos desde Honduras

Patricia B. dijo...

Hola Raúl:

Saboreo lo que escribís porque nos va parecido: me dura poco la rabia( creo que ni llego a tenerla), el amor me sigue, casi infinitamente, sin el enamorado. El cine es un refugio que me alimenta el alma, ¡lo disfruto tanto en soledad!

Pero a mí me suceden los amores en primavera... y no te cuento cuando terminan porque me da vergüenza...

Y aquí todavía es invierno :)