jueves, 16 de octubre de 2008

Viernes

Cena para tres...

64 comentarios:

Sibila de Cumas dijo...

Hola, Raúl!
Perdoname esta vez, o yo estoy muy cansada o este texto está un poco trabado y no tiene el ritmo excelente al que nos tenés acostumbrados?
Mañana más despierta volveré, ahora sólo te reconozco en el final.
Cariños

Juanjo Montoliu dijo...

Joder!!! Con un cuchillo jamonero. Un final de película de espadachines.

Lydia dijo...

Una historia cotidiana, no muy feliz... con un final... más infeliz...

Elena Casero dijo...

'aag!!
No me lo esperaba. Me pillan de sorpresa muchos de tus finales y eso que a mí me gustan así: contundentes.

Un beso

Tesa dijo...

"Amor, le llamaban al juego"

...¿quién no jugó, entonces?

Anónimo dijo...

Buena historia con un sobrecogedor final inesperado.
Consigue una impresión espectacular en el lector.
El gilipollas obviamente era él, al menos para mi.
Saluditos. Nos estamos leyendo.
PD: Genial la foto con el título del blog, un cambio de look con muy buen gusto :)

Anónimo dijo...

Ya te he dejado un comentario... pero no se porque no aparece.
Te decía que me ha gustado mucho la historia, que tiene un final brutal y sobrecogedor que logra impactar de una manera extrañamente grata al lector.
Saluditos. Nos estamos leyendo.

Anónimo dijo...

Mira que no me suelen gustar los "relatos sorpresa" de esos que pretenden hacerte saltar de la silla justo en la última linea. Pero este relato parece que se ha ido cocinando poco a poco, diciéndonos menos cosas de las que se leen (¿huérfanas, hermanas muy unidas, un único hombre en toda su vida....?) y eso lo hace maravilloso. Lleva tu inconfundible sello.

PD:Y para colmo, La naranja mecánica.

Un abrazo desde aqui cerquita.

María.

Inma dijo...

Acababa de leer esto en un poema de Henri Michaux: ..'La arena de roja caricia se vuelva plomo sobre todos los aficionados de playa'.. Parece que a veces la vida se rebela y se precipita en un instante la tragedia cotidiana que aguardaba latente. Parecen maldiciones tejidas por una mano negra, las cosas que uno espera que no sucedan nunca acaban por pisotear con entrada triunfal un día cualquiera. Y la pobre cornuda -con perdón- en lugar de reírse de la vida se lanza al cuchillo jamonero. Triste final.

Inma dijo...

Bueno, eso de la cosa alucinógena y lisérgica es mi amor alocado, el que no tiene respuesta. Escribo para alguien hasta quedarme afónica porque estoy enamorada hasta el tuétano. Y esto lo digo aquí porque sé que lo no leerá nadie. Y el que lo sabe y lee se calla porque sabe que le amo y que a veces me ahoga tener que enterrar eso. Tal vez entienda ahora la mayoría de mis poemas de otra manera, supongo.

Manu Espada dijo...

Pues sí que acabó la discusión mal, creo que he visto unas cuantas de estas hoy en el telediario, aunque no creo que esas discusiones llegaran a los cinco segundos. Saludos.

Isabel Barceló Chico dijo...

A veces los insultos desatan en nosotros los instintos más atávicos. Cuánto mejor hubiera sido haber tenido la discusión en el salón. Saludos cordiales.

Belén dijo...

Joder... vaya requiebro mas bueno si señor...:S

besicos

Carlos Frontera dijo...

Coincido con Verónica, Raúl: he encotrado este relato un tanto trabado.

A ver, está muy bien escrito, eso es innegable, la historia es buena, pero me ha costado enterarme de la trama. Puede que el hecho de que esta mañana haya estado varias horas en una cola rellenado formularios con nombre de robot de la guerra de las galaxias tenga algo que ver, no digo que no.

Pero me he liado. No sabía al principio de qué tres se trataba, la relación entre ella, Sol, Arturo y Ángel. Hay un par de frases que creo que han contribuido a mi despiste:

1) o bien éstos cenaban a domicilio. No he entendido, hasta una segunda lectura, a qué se refería eso de "cenar a domicilio".
2) Hoy era viernes y le tocaba preparar la cena. ¿A quién le tocaba preparar la cena? Si me atengo al comienzo del relato, supongo que a Sol, la hermana de ella, si no, qué hace ella dirigiéndose a la casa de Sol. Pero, por otro lado, la frase aparece cuando se está narrando lo que ella le contaba a su hermana, sus problemas para quedarse embarazada, de donde deduzco, por dónde aparece la frase, que a quien le toca preparar la cena es a ella. Y me he liado.

Y el hecho es que me gusta la historia, cómo está estructurada, comenzando con la exposición de que esta noche cenarán tres, en lugar de los cuatro de costumbre (¿igual estaría más claro si se comenta esto?), para acabar con la explicación de por qué serán tres.

Uf, permíteme que vuelva a leer el relato mañana y te cuento. Ya te digo, probablemente el problema sea mío, reconozco que me encuentro cansado.

PD.- tampoco te había identificado, hasta ahora, como finalista del Diomedea. Una alegría y honor compartir podio con un escritor como tú, Raúl.
Abrazos.

Sendieva dijo...

Bueno los viernes me gustan mucho, pero asi no, ¿quien utilizó el cuchillo? eso no lo tuve muy claro, bueno de todos modos, a pesar del final, me gustó leerte, como siempre. ¿o falta el final?, mira que siempre me tienes desconcertada, no puedo contigo jajaja.

Un beso Raúl

Sendieva dijo...

ayyyy!!! que torpe que he sido!!! si que ando despistadilla...

Claro cena para tres... dice ella...

Gracias y un besazo Raúl.

Anónimo dijo...

Qué distinto hubiera sido el final si en vez de un cuchillo hubieran utilizado la puerta después de un arrebato de sinceridad.
Pero no para dar con ella en las narices, sino para dejar de jugar al juego de la mentira y cada cual por su lado.

El texto es divino. Iba a decir divino de la muerte, jaja, pero no, no me gustan los cuchillos jamoneros en cuellos humanos...


Un beso

P

Marta Arrufat dijo...

Bueno... estrepitoso final... vivirá o morirá? espero la siguiente aunque habitualemnte un corte en la garganta suele ser vital... fantástico.

Inma dijo...

Bueno, yo te conocía ya porque seguí los links de tu página, tan personales y diferentes a esta. Aunque haya dicho que conocer el físico del que escribe no es relevante tengo que admitir que 'ponerle rostro' a la gente la hace más humana y cercana.
Y es que el mundo virtual es tan frío que a veces todo me parece un invento siniestro, poblado de mentiras, afortunadamente hay cabezas que se abren y se muestran tal cual son.
Y esas son las que -como la tuya- más me gustan.
Abrazos

Nikté dijo...

Jajajajaja
Cómo termina la cosa: con un cuchillo jamonero.
Precisamente esta mañana me he levantado con esos pensamientos.
Un tipo que quería suicidarse pero la bañera le quedaba chica o el techo mu alto o que se yo; pero recordé que algo así ya está publicao.
Creo que fue Borges el que dijo que el no se sentía orgulloso de lo que había escrito pero si de lo que había leído.

Po zi

Ains

Hoy vamos a salir y matar a todo aquel que sea gilipollas, posiblemte terminaríamos en suicidio.

Vale, ya me callo

Karla dijo...

Joer, no me lo esperaba..
Besos impresionados

Anónimo dijo...

Lo menos importante para mi es el cuchillo jamonero, la importancia la tienen las relaciones personales, las parejas, las amigas-parejas-íntimas. La falta de sinceridad. El engaño. Creo que si todo se habla,o se intenta hablar, uno corta sin sangre. El amor se acaba y se nota, lo triste es la mentira continuada y aún encima el que te digan "gilipollas"
Lo más triste mantener lo que ya no se sotiene, la búsqueda de descendencia un error mayor.
El trozo del paseo de chopos es en donde se adivina el final.

Un beso raúl

Lila dijo...

Sorprendente final, ¿tendrás algún libro de relatos cortos publicado? Eres muy bueno aunque me esté repitiendo.

Un beso, feliz noche de viernes.

N Ó M A D A dijo...

Hay quien no quiere ver hasta que la evidencia se presenta en forma fisica. Supongo que es raro quien no sepa... Lo del cuchillo... igs.

Carlos Frontera dijo...

Vuelvo con la mente más lúcida que ayer. Y sí, Raúl, ahora entiendo el relato perfectamente, ya me fluye de manera natural, lo que me reafirma en mi idea de que ayer estaba demasiado cansado.
Si no recuerdo mal, has añadido el detalle del supermercado. Ya tengo claro a quién le tocaba preparar la cena, adónde iba ella y para qué, en fin, todo.
El hecho de que le rebanara el cuello con un cuchillo jamonero, ¿es una alegoría? Porque él era un cerdo, digo (a ojos de ella).

No quisera yo toparme con alguien como ella. Estas cosas se arreglan, como alguien apuntó por ahí arriba, con un portazo, acaso también con una retahíla de imprecaciones, con una despedida definitiva.

Y vaya, no quise decir en ningún momento que el relato fuera mediocre. Eres bueno, bastante bueno, y, si bien reconozco que este relato no es de los que más me gustan de los que te he leído (sé de lo complejo de escribir un relato a la semana, Raúl, por eso aplaudo más aún el nivel medio de los tuyos), hasta el más bajo de tus relatos está muy por encima de la línea de la mediocridad.

Un abrazo.

@slz_ dijo...

un cromado y filoso cuchillo... el mejor regalo para un hombre.

pepa mas gisbert dijo...

Una manera muy gráfica (y estupendamente escrita) de que 4-1=3. Y en en este caso no existe la propiedad conmutativa, el número desaparecido es el que más se lo merecía o casi.

Un abrazo fuerte, muy fuerte

Anónimo dijo...

Hola..ola cansada..,pero de mar..Espero se deje ver mañana,él,el mar. Me apetece. Me gusta más este final que uno de esos ñoños que puedan tan bien,la verdad. Además ya he de pensar en la vida usar el relato de sólo tres personajes..uno menos.
Desde luego.. antes de hacer una pifia a alguien..es inteligente pensar en lo que será capaz. Seguro que el difunto puso una cara de asombro que la asesina hasta se asombro a su vez. Un beso. Aire

Maria Coca dijo...

Lo que comienza siendo un relato melancólico y enternecedor se vuelve sangriento en su última frase. Es curioso cómo cambia pero esa transformación me parece muy lograda.

Besoss

Anónimo dijo...

Ays, he releido mi comentario...Creo que hay algún fallo disléxico, además como escribía desde el móvil es más fácil ...no me gusta nada.., así que... Fe de erratas:
- Donde pone usar, es Tras
- donde pone puedan, quedan.
- he de pensar, sólo tengo que pensar..

Ale, no me lo tengas en cuanta , hoy estaba como tú el otro día con el Beo , cansadísisisisimaaa
Un beso, con todas las letras
Aire

AdR dijo...

Me has oprimido el pecho con esas palabras, no las del cuchillo jamonero, sino esas que empiezan por: "entérate...".

Abrazos

Juanma dijo...

Al comienzo de mi lectura te iba a proponer una fantástica cena para tres...
AL final, como que no sé ya que proponerte colega.
¿ Nos vemos un capítulo de mi adorado DEXTER ?

Besos.

¡ Salud !

Anónimo dijo...

Es verdad lo que dice Adr..."entérate..." es de una dureza brutal.

A mí generalmente, me impresiona leerte, como si de repente tuviera que poner los pies en el suelo.

Besos

Anónimo dijo...

Esta es la primera vez que te comento.
Yo no se si eres buen o mal escritor. A mi la verdad, es que me gusta como escribes. Pero lo que si que es cierto, es que en tu modo de escribir eres directo como un bofetón.

Laura.

Anónimo dijo...

Alberto Q.
www.lacoctelera.com/traslaspuertas

En el mundo de las relaciones 3 suelen ser multitud...
Qué bueno. Cada texto que pones me gusta.

Saludos difusos!!!

iliamehoy dijo...

Lo eliminó de su vida, porque no podía soportar perder a su hermana, su ojito derecho y el único motivo para continuar con una vida vacía de ilsuiones.
Triste,desgarrado,real, humano contundente, inútil recurso de los acorralados...
Un abrazo con signos de admiración.

Vintage dijo...

Al leerte me ha parecido leer la vida misma, en un momento todo se transforma
muakkkkkkkkkkkkkkkk

Feliciti dijo...

Lo he leído la primera vez y no lo acababa de entender, en la segunda ya lo he visto más nítido:se la pegaba con su hermana,creo vaya y decidió que no se la pegaría más con nadie.Me gustó.

Un fuerte abrazo!

Anónimo dijo...

"Amor la llamaban al juego"
Es una làstima que haya terminado en tragedia pasional. ¡Muy duro relato!
Abrazos♥

Portobello dijo...

Ostiá, que fuerte vienes hoy. Eso del viernes no te ha sentado bien. Pues debería, viernes viernetes...ah no! eso era el sabado!
Besos

Rara Avis dijo...

Esta historia tiene un final sorpresa o sorprendente como se suel decir.

A mi por ejemplo me gustan los finalesasí, dónde no te esperas nada... pero suelen decirme que es un recurso que no se debe usar... pero a mi me encanta!!!

besitos grandotes...

arcademonio dijo...

...burbujas de sangre emulando al lambrusco...finales cotidianos lamentablemente...infinitos besos de bolsillo...

pepa mas gisbert dijo...

Hoy solo vengo a leerte con mas tranquilidad, a saborear tus letras con calma y a disfrutar.

Entérate xiquet (sonrio)

Tacirupeca Jarro dijo...

¡Dioooooooossss! ¡Qué final! ¡Qué vuelco (a la historia y al corazón)!
Buf...

Yeli dijo...

Que gusto visitarte...me sorependes cada vez que me asomo.
Un abrazo
Yeli

pati dijo...

Me gusta ese inicio. Cuando llegas al final te das cuenta que es en ese inicio donde se dan lugar a los personajes.

Muy bueno.

Saludos, Raúl :)

Carlos Frontera dijo...

Raúl, el hecho de que recurrieras en alguna ocasión a extractos de Amanece que no es poco para ilustrar tus comentarios picó mi curiosidad. Hoy he visto la película y no puedo sino agradecerte la “recomendación”. He disfrutado mucho. La originalidad de sus diálogos, los personajes tan variopintos, ese surrealismo rural me han cautivado. En cierta forma, me ha recordado al humor absurdo y genial de las primeras películas de Woody Allen y al del escritor polaco Mrozek.
Volverá a verla, sin duda.

Anónimo dijo...

Iba a escribir un "taco"pero me lo guardo¡Bueno,no,joder con el tio¡¡
El relato está muy bien cuidado;el final sorpresivo,pero yo le hubiera abierto la puerta del balcón.Se arrebato podría haberle llevado a volarrrrrrrrrrrrrr,antes de coger el cuchillo.
Besucos

Pablo Ballesteros dijo...

y todo por un sujetador?
y todo por follar desde hacia casi un año?
que cosas mas raras usa la gente para matar
esta vez no se cual es la pelicula, pero estoy de acuerdo con veronica:No tiene el ritmo truyo tan característico

Inma dijo...

Ya se nota que eres buen observador!!

Anónimo dijo...

Se me olvida que es martes, así que quedo esperando más...
Con cariño. Lo.

Hank dijo...

Cena para tres. Esta noche, cena sólo para tres. Musitaba a modo de en letanía mientras andaba hacia el pueblo con la mirada perdida, el gesto ambiguo, y la camisa por fuera de los tejanos.

El único supermercado del pueblo, no le quedaba tan lejos del pequeño chalet que heredó tras la muerte de sus padres. Amable de caminar bajo la fresca sombra de los chopos el paseo en que de joven, camino de casa, más de una vez se dejó meter mano por Ángel. Amor, le llamaban al juego.
Los viernes, por lo general, quedaban a cenar. O bien iban ellos a casa de Sol y Arturo, o bien éstos cenaban a domicilio. Ella y Sol se turnaban para preparar sencillas cenas, regadas siempre con Lambrusco. Nada original. Fuera por las burbujas, fuera por lo recurrente del tema, la noche solía terminar con los varones adormilados frente al televisor, y con ella en un aparte, contándole a su hermana pequeña, a su ojito derecho, sus nimios progresos en la misteriosa tarea de tener descendencia. Que no hay manera, oye. Hoy era viernes y le tocaba preparar la cena.
Por culpa de un sujetador ajeno encontrado donde no debía de estar, anoche

(están en la noche del viernes, ¿el sujetador lo encontró la noche del jueves? Bueno, no importa demasiado)

descubrió que Ángel se entendía con Sol. Follamos desde hace casi un año. Entérate, gilipollas. Le contestó arrebatado cuando se vio atrapado por las evidencias. La bronca, de más de dos horas, terminó con un gemido, ahogado por el transversal corte en la garganta de un cuchillo jamonero.
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De esta historia deduzco que los protagonistas son bastante inmaduros, porque esa impulsividad final e irreversible que conlleva al asesinato sólo es posible ejecutarla cegados por unos celos casi ultraterrenos (que no parece que sea el caso), o por una pose de hombría herida y ciega, propia de cualquier macho con principios heredados y nunca puestos en duda (porque pa qué, que es muy difícil poner en duda las cosas de los principios…) Y no parece que sean tan catetos tus personajes.

Vamos, que en el contexto en que se mueven los cuatro, es muy poco creíble que nadie eche mano del cuchillo jamonero que no sea para una imaginaria pelea con algún caballero de la redonda tabla bajo el fluorescente de la cocina. Lo digo porque en ambientes más trágicos, en donde han sucedido verdaderas acciones merecedoras de muerte vil, todo ha quedado en unos gritos en la mayoría de las ocasiones, y después en una apoteósica reconciliación sexual. (Eso sí, con advertencias y recomendaciones repetidas varias veces tres)

Excepcionalmente, una traición de amor acaba con sangre, pero no así, no en estos ambientes y tan a bote pronto.

El planteamiento es bueno para un escrito mucho más largo y que profundizara en la sicología de los personajes un poco más.

Toda la opinión es subjetivamente mía y nada que ver con cómo se tienen que hacer las cosas. Mejor sería: cómo me gustaría hacerlas a mí (que no las hago, fíjate lo inútil…)

Te sigo leyendo, porque me gustas. Perdona mi atrevimiento, y un abrazo.

Mónica Sánchez Escuer dijo...

Empecé a leer los comentarios y ya no quise seguir. Contrario a lo que expresan algunos aquí, me pareció un relato excelente, con un ritmo y tamaño perfectos. No requiere de más explicaciones. El cierre es magnífico. Coincido con Alma: estupendamente escrito. Felicidades.

Hank dijo...

Creo que no afiné bien cuando leí el texto ya que se me pasó por alto lo de cena para tres (no para cuatro, como era habitual), con lo que no supe situar en el tiempo cuándo se utiliza el cuchillo. Llegué a pesar que todo sucedió después de la cena, cuando se marchó la otra pareja. Me confundí, lo siento, leí mal. Visto así, incluso los motivos del crimen no son importantes para la verosimilitud del relato. (Es más, en otro giro de tuerca, incluso podría ser el muerto el plato de la cena.)

Eso sí, nunca pensé que la clave estuviera en la soterrada relación entre las hermanas. La lectura, desde ese punto de vista, cambia radicalmente el sentido del texto, adquiere profundidad y me gusta más sin duda. Pero no creo que eso sea tan fácil de deducir sin tus posteriores explicaciones. Igual sí, y se trata de torpeza por mi parte, no obstante creo que una “pista” algo más evidente sin llegar a ser “grosera” ayudaría en su entendimiento.

Te sigo leyendo.

Anónimo dijo...

Controvertido relato, desde el punto de vista literario, por lo que leo. Tantas y tan controvertidas opiniones hacen grande esta casa y hablan muy bien de algunos de tus lectores, aunque creo, sinceramente, que algunos no han entendido muy bien lo que has querido transmitir. Parte de culpa tendrá el autor en ello, jejejeje....
Saludos.

Tom El de la cabaña)

mia dijo...

Exquisito relato con

humor almodovariano...

Besos desde Holanda

diariodeunamujersola dijo...

vaya...y mientras preparaba la cena...planeaba la venganza contra sol??..porque despues del shock..y el arrebatador acto de furia...su coherencia se vera removida y,o quiza afectada...por tanto no creo que la cena de ese viernes sea cordial...y arturo??..mmm me ha gustado y dejas muchas puertas abiertas a la imaginacion....
besitos

y qué más da... dijo...

Me ha costado un poco entrar en el relato. Me gusta la historia y creo que tiene miga. Lo que pasa es que el tono me ha parecido demasiado aséptico para un relato así, demasiado distante. Yo probaría con otro tipo de narrador, creo que merec ela pena intentarlo.
Un abrazo

y qué más da... dijo...

Una corrección: donde dije "tono" quería decir "voz"

Anónimo dijo...

hola..olita de mar..
También matas en la parte no escrita a la hermana?. Besos. Aire

Miss Morpheus dijo...

Me llama la atención que normalmente nadie hace críticas negativas en los blogs; O son positivas, o se omiten (a no ser que sea alguien muy cercano o a quien se le ha pedido expresamente). Pero en cuanto alguien abre la veda... ¿qué nos pasa?

Acabo de empezar a leerte, pero me gusta lo que voy encontrando.

Un saludo.

El Doctor dijo...

laro; todo lo que se oculta dentro de lo ambiguo no suele ser nunca nada bueno. Has escrito un relato a la altura de mis admirados Raymond Carver y Roald Dahl. Éste último escribió un magnífico relato en donde una mujer asesina a su marido con una pierna de cordero congelada. Cuando la policía visita a la mujer para interrogarla, ella cocina la pierna de cordero y les invita a comer el arma homicida.
No se por que te cuento todo esto,quizá sea por todo eso del cuchillo jamonero.

Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Pues sí señor, muy buen relato. Pero, si me lo permites, y en vista de que ya hubo quien se atrevió a abrir la veda de los “peros”, te comento los míos. Sólo dos cositas de na, eh?

1) Que el chalet sea una herencia de sus padres no añade nada al relato. Y ya se sabe que en un cuento lo que no añade resta.
2) Que él le diga a ella: “entérate gilipollas”, justo en el momento en que las evidencias le delatan me sacó fuera del relato. Lo más normal es que en una situación así el pecador trate de apaciguar y no de insultar (para colmo). Sí tendría cabida después, tras las dos horas de discusión, cuando ya la trifulca se desboca, pero llamarla gilipollas en el momento de pillarle no me resultó creíble. O en todo caso lo sería (creíble) si antes ya nos das alguna pista de que ese matrimonio se lleva mal (cosa que no se deduce por ningún lado).

En fin, nada más que eran esas dos cositas. Por lo demás me parece un relato excelente.

Te seguiré la pista.

Anónimo dijo...

El relato del que habla Machuca de la pierna de cordero congelada lo llevô al cine Hitchcok en sus "mini-Hitchcocks". Era un divertido homicidio al estilo Lamb to the Slaughter de Dahl que a diferencia del relato original, al final no consigue ni ser tan perfecto (su crimen, digo)como hubiese debido serlo, de no haber sido tan golosa en esto de los maridos ya que reincide de nuevo con el mismo arma y la pillan al final. El guiôn se lo escribiô también R Dalh y la actriz Barbara Bel Geddes,la mamà del J.R. de Dallas, està para comérsela en el papel.
En 2002 saliô un largometraje del relato de Dalh de Nicole Barnette, pero ése no lo vî.

En el caso de tu cuchillo jamonero veo màs difîcil que el crimen sea "perfesto" dado la talla y la hemoglobina que debiô de esparcirse por las paredes.

Y resumiendo, pienso que todo eso fue por un sujetador...!! y en qué pensamos a veces, las mujeres dejando ciertas prendas fuera de casa. Un pendiente hubiese quedado màs fino, eso sî, màs visto y leîdo, también...
No me esperaba el final y me reî un
buen rato.

Un beso, beso.