Se ha pasado media mañana sentado en el escalón de la entrada esperando verla llegar, con la vista fija en la calle principal de la urbanización, pero casi sin ver, de lo abstraído...
. * Mañana día 22, a las 20h, presentación y firma en Carrefour Castellón.
* Viernes 29, a las 20h, presentación en Zaragoza, Librería El Pequeño Teatro de los Libros.
43 comentarios:
Mucha suerte en la firma y en la presentación. Yo voy ese día de turno de tardes y termino a las 23:00 En cualquier caso, ya hablaremos. Un abrazo.
No hay nadie que retrate lo cotidiano como tú. Lo vistes de fiesta.
Suerte en las presentaciones :)
Besos desde el aire
Pintas con palabras mundos hooperianos.
El padre hace mal en darse la vuelta. Este niño sin duda protagonizará otros relatos tuyos, ya de más mayor.
Sí, lo de Hopper son relatos, incompletos para que el espectador los concluya
¿Lo del titulo es porque el relato tiene ese no se qué de los cuadros de ese magnifico pintor? No lo habia pillado, pero es verdad....
Te has hecho de esperar pero has vuelto en plenas facultades, jajajaja...
Muchos éxitosss!!
María.
La soledad protagonista (ahí está Hopper). Para el niño lo primero fue el abandono, pero para el padre... quizás la soledad ya estaba implantada antes.
Un abrazo!
Hooper o como remover las tripas desde la quietud.
primero, me muero de ganas por ver la exposición de Hooper que está ahora en el Thyssen (12 Jn- 16 Sep), tendría que hacer una escapada porque Hooper es uno de mis pintores favoritos.
tu relato tiene la misma quietud inquietante que tienen sus cuadros... que parece que no pasa nada porque las figuras no tienen movimiento pero pasan ¡tantas cosas!
biquiños,
Un estupendo aperitivo antes de ver a Hooper en el Thyssen. A ti está visto que nunca llego a encontrarte. Algo siempre me lo impide y otra vez volvió a ocurrir en la feria del libro. Deberías escribir un relato sobre esto.
Un abrazo
Ayss ...el que espera, desespera
Un retrato muy apropiado para citar a Hooper, quiero decir relato.
Un abrazo, Raúl, igual o más que al escuchar tú voz.
Se nota que tienes la suerte de conservar el niño que fuiste.
Saludos.
Cuál de esas solitarias mujeres hopperianas será ella, la ausente: la mujer que lee en un compartimento de tren, la que espera junto a las cortinas de un cine de Nueva York, cualquiera de esas mujeres que toman baños de sol en habitaciones vacías, cerca de ventanas abiertas de par en par, acaso esa otra que acompañada de un tipo enjuto y con sombrero toma una taza de algo en un café para halcones de la noche… Ella, que también añorará al niño, a su manera.
(Impresionante tu tour anacondido…)
¡Excelente, Raúl!
Un relato intimista, duro, -crudo, debería decir- de los que se hunden en el corazón como el puñal en la mantequilla.
Buena ventura en las firmas. ¡Que te quede sin tinta el bolígrafo!
Un saludo,
Esta desolación... ay ay ay...
¡qué bien pintas con tus palabras!Veo un lienzo de Hooper, veo esa mirada perdida, esa espera y la incógnita que dejas en tu relato es la misma que siempre me hago cuando veo uno de sus cuadros ¿ qué espera ?, ¿ aquién espera? ¿espera a alguien?... ¿o acaso se distrae con la ausencia?
Al igual que Hooper dejas ver la soledad-
Un abrazo y éxitos
Estupendo relato sobre la soledad cotidiana. Casi puedo ver a tus personajes en una tela de Hopper. Por cierto que escribi un post sobre la exposición. te dejo el enlace por si te apetece visitarla. Un saludo. http://wp.me/pwJx2-2ez
Mas bien un «niño-hachiko». Saludos.
Sin duda la mujer que lee en un compartimento de tren. Siempre me resulto evocadora esa imagen. Por cierto he leido tu segundo libro. Me ha gustado...Cuidate y sigo viendote en forma, tiempo sin pasarme por aqui.....
Dos miradas, la del niño que espera ilusionado quizás y algo triste, la del que lee y piensa, pobre niño iluso, ella no va a volver nunca.
Muy grande Eduardo para sugerir historias. Y no menos Raúl Ariza para contarlas.
Maravillosa recreación de lo cotidiano. Eres un as en esto.
Por cierto vi en la prensa que has presentado tu libro "La suave piel de la anaconda" en Carrefour... me alegro de que te vaya bien con esta tu nueva publicación.
Un abrazo.
Triste y larga espera la de ese niño, por lo menos él tiene intacta la esperanza. El pobre ya le cerró la puerta hace tiempo.
Besitos.
Cuando no sé de qué escribir... Edward, siempre!!!
Besicos
Pintor cinematográfico para texto filmico!!
Espero que la firma y venta de libros vayan viento en popa a toda vela!!
Un abrazo
Aunque no tenga ese título has conseguido que sea inevitable pensar en Hooper. Esa soledad y esa espera sin esperanza están retratadas en tus letras de la misma manera que Hooper lo hacia en sus telas.
Besitos
Brillante,como siempre.Mira,te cuento.Los personajes del gran Edwar Hooper siempre están mirando hacia un lugar que el pintor no nos deja ver.Es el misterio.Miles de libros de ensayos se han escrito respecto a esos lugares que no vemos.No sabemos ni tan siquiera en lo que están pensando.Tras tu relato me confirma algo.Creo,que tanto los personajes de Hooper,allí,congelados en sus paisajes,como nosotros,no están ni estamos mirando absolutamente nada.
Un abrazo,amigo.
Un magnífico relato que transmite perfectamente lo que has querido comunicar con el título que le has puesto.
Como ya te han dicho antes, tu cuento está impregnado de la misma desolación que el pintor le imprime a los personajes de sus cuadros.
Muy, muy bueno.
Hay mucho de narrativo en los cuadros de Hopper, y hay algo de pictórico en tus magníficos relatos, lo suficiente para aporatarles una nueva luz (o una nueva sombra) que los hace más complejos pero sin caer nunca en lo esteticista.
Un saludo.
Tras la huida de esa soledad compartida hay un niño esperanzado..
Pintar con palabras es lo tuyo Raúl.
Ni un respiro nos das.
¡Feliz gira y mucho éxito con tu libro !
Un abrazo
Que triste y que bien escrito.
Me alegro de que sigas al pie del cañón, regalándonos trocitos de historias tan emotivas como ésta.
Un abrazo.
con este título es imposible situar a los personajes de tu relato en un cuadro de hopper.
...o bien describes varios cuadros de Hopper que me has traído a la memoria.
me muero por ver la expo del Thyssen.
un abrazo.
Triste infancia rodeado de decadencia y soledad, pero otros buenos minutitos saboreando tu relato, un abrazo.
"Esperaría de pie esa sensación de encontrarse con las cosas por segunda vez"
Siempre me conmueve algo que llevas dentro, que expresas y que conozco.
Abrazo
Nunca me lo han dicho y tampoco lo he preguntado, pero ahora que lo he leído en este relato me pregunto: ¿Me habré sentado yo a la puerta alguna vez esperando que mi madre volviera?
Raúl, siempre me haces disfrutar tus escritos.
Como es habitual, terminamos convertidos en ese niño, o en su soledad, o en su esperanza. Es esa capacidad que tenés de dejarnos atrapados en tus relatos.
Un abrazo, querido Raúl.
La esperanza de un niño, no tiene límites y para este es su único alimento.¡Qué hermosa forma de contarlo!
Un abrazo
Meditada situación la del personaje.
Saludos
David
deberá vivir ese proceso, esperarla hasta que quizás comprenda que ya no regresará, no por lo que le cuenten sino por su propia suma de esperas...
Lo importante quizás, simplemente que llegara....Tiempo sin pasarme por aquí y te veo en forma. Cuídate
aunque no me fije en la fecha, ni que ya lo había contestado, en fin......simplemente esperando. Cu8idate
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