jueves, 26 de abril de 2012

El viajero imaginario

Tardé mucho en decidirme a viajar. Hasta que sucedió lo pensé, lo imaginé al detalle, proyecté cada uno de los pasos que iba a dar y disfruté con cada uno de los jalones y...
.
El 11 de mayo viajamos a Valencia. Sigue AQUÍ la actualidad del libro.

39 comentarios:

Uno dijo...

¿Te gustaría conocer Paris?, le dije a mi abuelo.
-Ya lo he visto en la tele, me contestó.
Hay que adelantarse al reuma.

Santi S. dijo...

Parece que vayas a encontrarte algo distinto, fantástico o mitológico pero al final, con cuatro palabras justas, aparece tu estilo inconfundible y contundente.
El miedo es un lastre que no deja avanzar al ser humano.

39escalones dijo...

De Shangri-La al puré de patatas de sobre del comedor colectivo... La triste realidad que incluso para dentro de unos años puede ser parte del sueño, tal como van las cosas.

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Demuestras un gran conocimiento de la especie humana, siendo lo joven que eres, al ponerte en la piel de un anciano.

Saludos

Camy dijo...

Para saborearlo desde el sofá...

Un beso

Lo Siento por Interrumpir dijo...

Me gusta lo que dice Santi S.
Uno intuye desde el principio que el tipo nunca viajó. Sin embargo, ese final, ese viaje patético, nos sobrecoge como siempre. Y pensamos que nosotros también vamos a dejar de perder el tiempo, que vamos a hacer realidad nuestros sueños porque esa plaza (soleada y todo) está a la vuelta de la esquina. Pero no, aquí seguimos frente al ordenador.

Araceli Esteves dijo...

Qué triste, amigo. Me ha recordado a aquello que decía Hopper, que los más insólitos viajes los había hecho recorriendo el salón de su casa.

matrioska_verde dijo...

¡¡que triste!! pero seguro que cierto en muchos casos.

hay que vivir el momento sin hacer demasiados planes, hace tiempo que lo aprendí.

biquiños,

lopillas dijo...

El futuro se presenta de repente. Así es.
Besitos Raúl

abril en paris dijo...

La vida es el viaje y no los del INSERSO.
Vivimos preparando maletas que nunca usamos.
Un saludo, viajero.

mientrasleo dijo...

Un relato precioso, y triste, con regusto nostálgico a vidas pasadas.
Me gusta el uso que haces de tus descripciones pausadas y fluídas.
Un abrazo

roberto dijo...

El viaje a ninguna parte...

senses and nonsenses dijo...

no hay mejor viaje que el de la imaginación.

un abrazo.

Anónimo dijo...

Es verdad. Se nos pasa la vida imaginando mundos más felices pero no somos capaces de mover el culo del que habitamos.
Me ha encantado!!
Besos!!

María.

awacat.es dijo...

Qué bueno, Raúl. La cantidad de gente perdiéndose la vida en imaginaciones.

El banner impresionante también. P, ya me invitarás.

Besazo!

MTeresa dijo...

Qué relato tan interesante,
describes la realidad
de muchas vidas
que se quedan en proyectos
que jamás se atreven
a llevar a efecto
un abrazo

Juanjo Montoliu dijo...

Es cierto que, con el tiempo, va pesando más lo no vivido. Llegará un día, imagino, que tendrá más valor, incluso, que lo acontecido.Pero puede que para entonces no tengamos tan claro como tu personaje aquello que sucedió y lo que no ha pasado.

Un relato de los que me gustan, Raúl, de esos que tienen varias historias detrás, aunque sean inventadas.

EL QUINTO FORAJIDO dijo...

Siempre ilustras de manera magistral tus relatos, no está mal imaginar pero viajando de verdad conoces gente.

Tesa dijo...

A veces, ni siquiera vale mas tarde que nunca.

Miguel dijo...

Los viajes pueden viajarse de muchas maneras. Todo está en la mente. Y tú has hecho un buen retrato de ello en este post.
Hoy pasaba por delante de la carpa de la feria del libro e Castellón y he oído que estabas firmando libros de "La suave piel de la anaconda" No he podido entrar porque iba con la perrita de mi hija. Espero que hayas firmado muchos.
También he visto (en el ordenador)la presentación previa que Esther Tárrega (antigua alumna de mi instituto) hizo en Benicássim.
Te deseo que tengas mucho éxito.

Un abrazo.

Beatriz dijo...

Tus relatos tienen como dos capas superpuestas, y mientras vas avanzando en su lectura,una va desapareciendo con la pausa justa que necesita la reflexión y aparece de repente esa otra imagen tan bien descrita que nos lleva al asombro, a la emoción de lo inesperado.

HErmoso relato

Me has hecho recordar el último día de mi padre, cuando consciente de su final sintió la necesidad de desandar sus pasos y me pidió que le cantara:
"Caminito que el tiempo ha borrado,
que juntos un día nos viste pasar,
he venido por última vez,
he venido a contarte mi mal.
Caminito que entonces estabas
bordado de trébol y juncos en flor,
una sombra ya pronto serás,
una sombra lo mismo que yo"...,Y él aún pudo cantarlo conmigo.

La escritura tiene esa magia que hace que el lector muchas veces se sienta habitante del relato.

Y tú lo consigues.

Un beso

mpazsoler dijo...

Quizás no viví como alguna vez imaginé aunque viví cosas que jamás soñé.

Un beso

campoazul dijo...

A veces tardamos demasiado en decidirnos a realizar ese sueño por el que vivimos...
A veces es suficiente soñarlo para contarlo una y otra vez porque en la mente casi fue real.

Besitos.

Josep dijo...

Soñar, imaginar, tienen visos de futuro, de algo que podría llegar: mejor pisar, patear y andar mucho para llenar el saco de recuerdos que pueda uno agitar cuando llegue al final, si llega.

Por eso debe ser que tú, sabio, te pateas la península y más con la excusa de tus buenos libros.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Es muy bonito
Besos

J.M. Ojeda dijo...

¡Hola!
Cosas del alma...

Saludos de J.M. Ojeda.

Deigar dijo...

La vida se va y la juventud es muy corta.

Un fuerte abrazo.

Anónimo dijo...

Raúl, mi amigo. Disculpa que no viniese a leer tu blog antes. He estado muy ocupado, y tampoco tenia ordenador.

Me ha encantado como todo lo que escribes. He de confesar que hasta el punto en que dices: "Un edén bañado por el río de la vida y quizá, incluso, del amor" lo sentí como si fuera la letra de una canción de Nach.

El final me motivó a luchar por realizar ese viaje a España que tanto he deseado y luego establecerme en Canadá, tierra de clima fresco y verdes bosques, donde pueda respirar la paz y dormir confiado en la seguridad del habitad rural.

Hasta pronto;

LA ZARZAMORA dijo...

Perdemos tantos y tantos trenes que el sofá ha perpetrado la huella de nustras posaderas sin habernos dado cuenta.
Kafka viajó así toda su vida y no por ello dejó de visitar América...

Nunca es tarde para realizar ajados sueños.
Y a estos mayores les queda siempre Benidorm y el Imserso ;-)

Un beso, Raúl.

P.S. Casi, casi te pillo en Valencia otra vez para esa presentación. Te deseo toda la suerte del mundo.

Juan Herrezuelo dijo...

Ay, cuánto me identifico con ese viajero: soy como George Bailey, siempre con los folletos de viaje en el bolsillo y una gran maleta sin una sola pegatina internacional. Si tuviera un millón de dólares… Bah, otra vez perrito caliente.

(Sigo administrándome dos “anacondas” al día, uno al levantarme y otro al acostarme, y qué magníficamente me está sentando el tratamiento)

pepa mas gisbert dijo...

No hay que mitificar el hecho de viajar, el verdadero viaje es el tacto de nuestras manos y el otro.

LaCuarent dijo...

Aunque el viaje comienza cuando empezamos a imaginarlo no hay que esperar tanto para iniciarlo

Un placer

Marcos Callau dijo...

Todo un viajwero, al menos, con la mente. Te deseo lo mejor para esta piel de la anaconda que ya estamos deseando acariciar. Un abrazo, Raúl.

Diana H. dijo...

Qué bien se siente transitar esta piel de anaconda sin equipaje ni aduanas. A mí me pierden estos viajes imaginados pero parece que al fin voy a surcar un poco sobre los aires y pisar el polvo de los caminos este año. Para que llegada la hora de compartirlas en la plaza, las historias tengan al menos un blend de ficción y vivencia.
Un beso grande, con mucho cariño. Y que sigas disfrutando de las presentaciones.

Belén dijo...

Viajar abre mucho la mente, entre otras muchas cosas....;)

Besicos

ethan dijo...

Casualidad. Hace unos días me he visto en esa tesitura de dejar a una persona mayor en una residencia (yo no, pero sí familia cercana) y no es nada agradable, pero a veces no hay más remedio, al menos así lo han decidido personas a las que quiero.
Un abrazo.

Marta Barbera dijo...

Pues a este paso a mi me pasara lo mismo.....

Antonio de Castro Cortizas dijo...

Bonito texto.
El ocaso al final del camino, y una estela de frustracion que queda atras.

Anónimo dijo...

Lo peor es que hay quienes pasamos la tarde en esos jardines, entre achaques y dominós. Porque cumplimos la tarea de lánguidos acompañantes, viajando forzadamente con la imaginación, aunque ni siquiera lleguemos a los cuarenta y cinco.
Saludos