jueves, 17 de marzo de 2011

Tiembla la tierra bajo sus pies

Se le ha abierto el vientre a la tierra, justo después de que sufriese un temblor brusco y pronunciado, como si tiritara de frío. O de miedo.
A esa misma hora, en...

58 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, ola de mar...
Casi sin querer llegué a las doce de la noche de tu jueves que se termina Raúl.
Hace poco he estado viendo las noticias en internet. Ha sido terrible.
Tu historia es real, hace la tragedia , más real.
Vemos imágenes de los destrozos. Pero no podemos imaginar la imagen de las familias destrozadas para siempre, del miedo que se ha instalado para siempre en la vida de miles de personas, millones. No podemos verlo...y si lo viéramos, probablemente no lo soportaríamos. Si acaso,e sta imagen..imágenes como la tuya.
Un beso, del Aire

roberto dijo...

Gran cuento trágico para estos días tremendos que vivimos.

Antonio de Castro Cortizas dijo...

Es como el fin del mundo.
Tu cuento pasa de lo colectivo a lo individual con una gran sensibilidad y con la precisión y la dureza de siempre.
(Mientras tanto, en tve cierran los telediarios con imágenes espectaculares de la catástrofe: que siga el espectáculo.)

Lansky dijo...

Pues yo no creo que seamos tan solidarios con las desgracias tan lejanas y las gentes tan ajenas en cierto modo como las japonesas; más bien, creo, domina el alivio de saber que eso les pasa a otros, disimulado hipócritamente por una supuesta compasión.

Japón, en zona sísmica y llena de centrales nucleares tenía un montón de boletos para esta tremenda rifa.

Una dijo...

Real, por desgracia tan real como la misma vida, sin un final feliz. Todos somos un poco el protagonista de tu relato, que mira aterrado las imágenes que hablan sin palabras, aunque afortunadamente nosotros no tengamos un nombre al que aludir.
Lo has descrito con la sensibilidad y el tacto que te caracteriza.

Ro dijo...

El dolor que la distancia no aminora.
Como si alguien levantara el manto del mar y lo sacudiera.
Ayer en un polideportivo un anciano mostraba una especie de escapulario de plástico con las fotos de sus dos nietos.
Ese relato y el tuyo humanizan la tragedia y evidencian nuestra fragilidad.

Mixha Zizek dijo...

Una historia que
linda con lo real con mucha sensibilidad algo tan fuerte, besos a lo lejos

39escalones dijo...

El mundo sólo tiene una cara, me temo.
Que ni pintado.

Maite dijo...

Solo me sale una palabra ¡bravo!
Es un relato que refleja muy bien las tragedias, las grandes y colectivas, y las pequeñas y particulares.
La narración me ha parecido fluida y exquisita. Vamos, que me ha gustado mucho.
Abrazos.

iliamehoy dijo...

Trágica comunión de temblores internos y externos.Todos los mundos se hunden, tragados por una fuerza inevitable de miedo y desamparo.
Escenarios de una muerte anunciada para cuerpos y almas que esgrimen sus "muecas esdrújulas" ( qué hermosa frase!)
anunciando la catástrofe.
Trágica poesia, hermosa desde la primera palabra.
Una sonrisa

Anónimo dijo...

¿Será cierta finalmente la maldición bíblica de vivir en un valle de lágrimas?
-a lo mejor no es maldición-
Me niego.Un beso

ÁFRICA dijo...

Hola Raúl, pienso en esas casas que flotan como si fueran de papel, pero mirando por alguna ventana, grita un nombre de mujer.

Un beso

Anónimo dijo...

Lo que siempre digo yo: No hay más dolor más grave que el mío.
Considero tu relato un un retrato magnífico del egoismo humano.
¡¡Excelente cuento!!

JC.

Concha Huerta dijo...

Dolor e impotencia ante tragedias lejanas que resaltan nuestras pequeñas grandes tragedias. hermoso. Un saludo

Filoabpuerto dijo...

El dolor siempre es empático...

El otro día leí que es más fácil empatizar con el dolor ajeno que con la dicha.... Me pareció tremendo, porque entonces es que alegrarnos de verdad por la alegría ajena le sigue resultando muy difícil anuestro "ego"

Saluditos

Merce

"Se le ha abierto el vientre a la Tierra" Inicias tu relato con un impactante parto !

awacat.es dijo...

Hoy no cuentan, para mí, las palabras. Cada vez que sucede algo como lo que está pasando en Japón, hace nada en Haití, algo se nos muere a todos y debemos de colaborar.
Tú ya lo has hecho con este post.
Un abrazo!

Tesa dijo...

Como decía mi madre:
Que Dios nos ampare.

Manu Espada dijo...

Buen homenaje, Raúl, seguro que hay alguna historia similar estos días por allí, quizá no le haya pasado nada a la chica de la foto, o puede que aún no le haya ocurrido. Quién sabe.

Manu Espada dijo...

Lo había interpretado de otra forma, Raúl, cierto, he estado condicionado por la experiencia, mi propia experiencia, ya que estos días hemos hablado con gente que tenía pareja en Japón y habían desaparecido, así que he unido eso a tu relato, que va un camino totalmente diferente. El dolor propio y el ajeno, y la capacidad de anestesia televisiva a la que hemos llegado por el bombardeo de imágenes.

Uno dijo...

Efectivamente hay muchas maneras de que el mundo se venga abajo. Estupenda historia.

Beatriz dijo...

El hombre frente a situaciones que lo quiebran. La impotencia frente a la tragedia, ante la fuerza desmedida de la naturaleza.
Y el dolor, el punzante dolor de la soledad, el aullido de la ausencia.
Eres único para emocionarnos.

Un gran abrazo

Belén dijo...

Las imágenes que vienen de según qué sitios parecen pornografía. ¿verdad?

Besicos

pepa mas gisbert dijo...

Veía las imágenes de la gran tragedia
del horror universal
del espanto de lo múltiple
y sintió dolor
y sintió verguenza
porque solo lloró
por su propia y pequeña tragedia.

Maria Coca dijo...

Un relato tristemente realista. Cuánta tragedia...

Sigues escribiendo como los ángeles. Me encanta, pese a la tristeza...

Besosss

Juanjo Montoliu dijo...

Hay determinados temblores a los que nunca nos acostumbraremos, aunque se repitan y repitan.

Y el último siempre parece haber roto la escala Richter, así que habrá que esperar a que la tierra deje de temblar para evaluar los daños y comprobar si era verdad que nuestro cuerpo esta vez sí que estaba preparado para sismos.

Mientras tanto, sólo cabe abrazarse al sofá más cercano. Las fotos se resquebrajan con todos los terremotos.

Un abrazo.

EL QUINTO FORAJIDO dijo...

¿Habrá un antes y un después del gran terremoto de Japón en el planeta?

Un abrazo.

senses and nonsenses dijo...

la aldea global (como en el 11S) permite vivir simultaneamente el dolor de alguien querido que vive en el otro lado del mundo.
el horror es insoportable. hasta para nosotros...

un abrazo.

Marcos Callau dijo...

Te ha quedado estupendo Raúl. Un paralelismo de sufrimientos muy interesante. Me ha encantado, amigo. Enhorabuena.

matrioska_verde dijo...

Fantástico relato, Raúl. Muy triste, claro está pero hermoso. No podemos evitar que la tierra siga retorciéndose de dolor y nos escupa su odio por todos los castigos a los que la sometemos. Y comparando esa tragedia inconmensurable con el dolor del hombre abrazado a la foto es un acierto.

¿Te has dado cuenta que con la foto que has puesto ahora para tu título parece que dice: EL, ALMA DIFUSA? Y me gusta ese matiz.

Biquiños,

Josep dijo...

Que bien lo escribes, Raúl.

Diría lo que dice Alma, pero ella ya lo ha escrito y no hay más.

Un abrazo.

LaCuarent dijo...

Enlazando tristezas y pérdidas ambos desastres provocan un profundo dolor. Tu relato refleja lo que muchos sentimos.
Un abrazo

Irreverens dijo...

Cada cual con su dolor, que no entiende de comparaciones.

Me ha gustado especialmente esta frase: "un joven se desconsuela hecho un ovillo en un sofá tan largo y estrecho como una isla."
:)

Un abrazo

Francisco Ortiz dijo...

Me quedo esta vez con la creatividad de la prosa, superior a la historia, algo inferior, ¿no?
PD: Espero que hablemos un día de estos. Disculpa la ausencia, ya sabes, esta evasión forzada a un mundo sin tiempo.
Un abrazo.

MTeresa dijo...

Son las catástrofes íntimas
que también dejan asolado
el corazón;
la sísmica estremece a todo el
mundo, estamos con Japón
con nuestras oraciones.
Un abrazo

Miguel dijo...

A veces la realidad parece ficción. ¡Pero es real!

Un abrazo paisano.

Anónimo dijo...

Creo que tienes razón: el hombre es egoista en el dolor, y aunque objetivamente el suyo no pueda compararse con el de los demás, la prioridad nos exige atender a nuestras penas primero.
Un 'sencillo' y emotivo cuento.

María.

Zayi Hernández dijo...

Cada quien sufre su propio apocalipsis. El dolor es uno, la tragedia es la que cambia.
Un besito.

Andrés Bastardo Grenouille dijo...

¿Acaso las tragedias tienen largo y ancho? ¿son conmensurables? ¿acaso el número de cuerpos ajados definen su grado de infortunio?.. No lo creo, las tragedias son idénticas, terriblemente idénticas.

Hermoso relato, triste realidad.

Carme Carles dijo...

El mundo y el hombre empeñados en destruirse el uno al otro. Cada uno pone cada vez más empeño. Y el cielo de testigo.
Salut

AdR dijo...

La sacudida ha sido mundial. Y todavía perdura.

Abrazos

Annie dijo...

Raúl ya te dejé mi comentario en tu facebook, pero te lo reitero aquí.
Tus letras me hacen temblar de emoción...

Sonrío

campoazul dijo...

Un triste, muy triste relato para estos tristes días que vivimos, con el alma encogida otra vez mas…, la tierra tembló.

Besitos.

Unknown dijo...

el dolor que llega de todas partes e inunda, ángulos que encuentran en su vértices identidades del propio sufrimiento.Un relato que angustia,una fotografía que desprende sin tener imágenes, todo lo sórdido que nos puede ocurrir aún estando a dos puntas de situaciones tan diferentes. Gracias, siempre gracias, por hacer que se mueva este piso que se me figura tan inquebrantable.

leo dijo...

Al final, cada uno a lo suyo.
:´-(

Miguel Baquero dijo...

Qué bueno, tío, qué manera de ver, al hilo de la noticia, que todos estamos rasgados por grietas profundas

Diana H. dijo...

Tiembla la tierra y ese sillón donde él retuerce su dolor en el nudo de su cuerpo no tiembla menos. Un dolor es miles de dolores, y eso nos hace sentir tu cuento.
Un abrazo, Raúl.

Diana H. dijo...

Raúl, he vuelto para compartir aquí el placer de tener en este momento tu ELEFANTIASIS en mis manos, con tu cálida dedicatoria en cursiva,por obra y gracia de mi queridísima Beatriz.
Estoy muy feliz y apenas puedo creerlo... este mundo de distancias físicas y vínculos estrechados por la palabra también nos brinda estas alegrías.
Un beso.

Isabel Barceló Chico dijo...

Hay nombres que están tan tiernos, que producen un terremoto en el alma cada vez que asoman a los labios. Pero también las placas tectónicas del corazón se asientan... Un abrazo muy fuerte.

ethan dijo...

Estamos atendiendo más al accidente nuclear que a las más de 20.000 victimas reales de la mayor tragedia de Japón desde la guerra. No hay derecho.
Muy buen relato, y muy oportuno.
Saludos!

J.M. Ojeda dijo...

¡Hola!
El dolor es capaz de retorcer el alma.

Saludos de J.M. Ojeda.

Ave Mundi Luminar dijo...

¿Quíen puede priorizar el sufrimiento?... cientos de mundos se superponen y la coherencia de las funciones de transferencia pierden su sentido cuando se amplia el zoom a la escala de una sola vida.

Gracias.

Anónimo dijo...

Las tragedias nos visitan en diversas formas.
No cabe tanto dolor en las pantallas de la TV.

Un saludo,

ROJO CABAL dijo...

Me encanta la manera que tienes de mostrar las cosas,,,,cuando leo tus escritos no puedo evitar perder el control de mis emociones,,,,,,,

Anónimo dijo...

Los seismos del dolor y las ruinas del alma nos convierten, a veces,el corazón y el cuerpo entero en "zona catastrófica" difícil de controlar con sondeos.

Werty dijo...

AL FIN PUEDO LEER!!!!
Hace como 1 mes y algo volvi a las redes y entraba a tu blog y no podia leer nada. No podia leer todo porque la barra para bajar quedaba como trancada!
Ahora pude. La verdad que esto que esta sucediendo es terrible. Me causa mucho dolor. Pero al mismo tiempo me impresiona. El poder de la tierra es increible. Lo tenemos merecido? Yo creo que en gran medida si....

Isabel Barceló Chico dijo...

Alma difusa ¡manifiéstate! ¿Vendrás a la Feria del libro de Valencia? Un abrazo.

César dijo...

¿Has querido expresar que no hay más dolor que el propio, que no hay más patria que el garaje o que el mundo es un pañuelo que recoge excrementos por todos los lados?

FJavier dijo...

Inevitable hablar de esta tragedia que, como todas, sólo nos conmueve lo suficiente cuando nos toca. Tus palabras lo ponen de manifiesto con el talento que te caracteriza.

Un abrazo.