jueves, 23 de septiembre de 2010

Sábanas silenciosas

Una vez cae rendida al sueño, Quique le acaricia la espalda en un gesto ciertamente amoroso.
Bárbara lleva un tiempo...
El próximo 8 de octubre, el mundo elefantiásico se desplaza a Lleida.

63 comentarios:

Marcos Callau dijo...

Suerte para Lérida. Tu relato, estupendo. Sobretodo me gusta la reedición de caricias. Muy bien expresado lo inexpresivo. Un abrazo Raúl.

Anónimo dijo...

De madrugada, vengo a verte de madrugada, como mejor se te lee.
Otro magnífico y turbador relato.
Buenas noches.

María.

Luis dijo...

Tu historia me recordó la letra de un tema de Silvio Rodriguez: "Canción de Invierno"
"Cuando todo pasa te crees segura
mientras con tus horas revuelves cenizas
presientes muy dentro pasiones prohibidas
no importa mentirse para ser felices
hasta que un deseo se meta en tu lecho
mas ¿qué estás pensando? te tapas el pecho"
Un abrazo

*melancolic/colours* dijo...

escelente, hermoso
un relato bien tramado
con enramaje delicioso

manu dijo...

La vida es simple, pero cuando se llena de nudos, es imposible desatarlos.

Con tu relato fue fácil imaginarlo todo. Me gustan los finales cíclicos, mucho.

Abrazo!

Annabel dijo...

Bárbara sabe cómo complicarse la vida, sin duda. Que focalice su energía en otras facetas de su vida y se deje de tonterías y de líos. Ale. :P

39escalones dijo...

Los muros más difíciles de saltar son los del silencio. Excelente, muy emotivo.

Odiseo de Saturnalia dijo...

Cuando cambia el contexto cambia la forma de verlo...

Y la prueba ha sido puesta de manifiesto con tu historia. No todos miramos desde la misma lente, y aún siendo la misma lente no nos muestra lo mismo.

Suerte en Lérida.

Unknown dijo...

Impresionada, como la primera vez que te leí. Gracias Raúl.

Mcartney dijo...

Raúl:
A algunos nos cuesta mucho decir, decirnos, fue bueno mientras duró.
Y así nos va.

ÁFRICA dijo...

Lo peor es que se te olvide sonreír, Bárbara, esta transitando un momento muy difícil, solo ella, encontrará alguna salida.

Un beso muy fuerte Raúl.
¿Y porque no Valladolid?

Beatriz dijo...

La sutil y despiadada "elocuencia" del silencio y de los gestos. ¡Cuántas palabras apagadas y sin embargo que desgarro transmites!
Excelente relato. Lo he leído varias veces.
Esto sucede con pocos textos que disfrutas y descubres nuevas imágenes en la relectura.
Es un placer leerte-

Josep Lloret Bosch dijo...

¿La cabecera cambia automáticamente, o mi memoria es de pez?
Esta madrugada dejé un comentario, creyendo ser el primero, y ahora ni comentario ni cabecera.
Porque hoy es jueves, ¿verdad?

Pues nada: que me encanta ese gesto de Quique, ese amor que ella recibe sin sentirlo, que está ahí, quizás en sus sueños, pero que no sabe reconocer.

Bárbara, está claro, tiene dos problemas...

Tesa dijo...

Bárbara debería plantearse ir haciendo las maletas.

Belén dijo...

Mal plan...

Besicos y mucha mierda para Lleida!

Uno dijo...

Qué dificil es volver atrás. Ni aunque quieras.
Excelente.
Un abrazo

Manu Espada dijo...

Muy buena estampa psicológica, como siempre, Freud debería haber sido escritor para plasmar cosas así.

Cris (V/N) dijo...

Yo también fui una "Bárbara" más....

Eres una pasada, amigo Raúl, gracias por TANTO :)

Annie dijo...

Raúl reflejas maravillosamente ese abismo entre dos que ni una caricia cargada de entrega logra salvar...
Me encantó!!!!!

Besos brujos

Ave Mundi Luminar dijo...

La impotencia de resucitar a un muerto, la entrega del que no sabe que una parte de lo que fue ya no existe, el inmenso vacío que uno se empeña en no querer ver....

...sensaciones tan familiares...tanto...


Un texto impecable e inevitablemente doloroso.

Gracias.

Alex B dijo...

Bárbara padece de una insatisfacción silenciosa que ya ni se aplaca con lo prohibido.
Quizá Quique debiera despertala sutilmente cuando él la acaricia tan amorosamente sin que ella se entere.
Excelente relato Raúl.
un abrazo

El tio del saco dijo...

Es una putada cuando te entregas y te hace el vacío.
Suerte Raul en Lérida.

Anónimo dijo...

Es que llora por ella misma,¿no?
Entonces es difícil que pueda darse cuenta de las caricias nocturnas de Quique.
Yo soy de las que hacen las maletas rápido.
Besotes

Anónimo dijo...

Me ha gustado como siempre este relato. Creo conocer personalmente la sensación de Quique asi como la de Bárbara tambien.

Es horrible!!!

Me gusta ese banner tambien.

Gracias por tu comentario en mi blog.

A proposito. Leí tu entrevista en El Heraldo de Henares.

Naciste para brillar en esto tio

FJavier dijo...

Elucubro.
Seguramente Bárbara ignore que el otro es siempre un pretexto para conocerse. Puede que poco más. Quique evidencia en ella su propia incapacidad, al tiempo que se descubre a sí mismo como un inventor de caricias para náufragos.
Desencuentros con el otro que ponen a prueba nuestro talento.
Agradable y fluida composición, Raul.
Saludos.

roberto dijo...

Excelente relato, Raúl.

Por cierto, me encanta la foto de arriba de "Jamón, jamón". Gracias a la magia del cine (y de la vida), ahora serán papis.

pepa mas gisbert dijo...

Como estoy de vacaciones seré breve: Quique es un panoli que no se entera de nada y Bárbara no sabe lo que quiere, peor, sabe lo que quiere, y hasta conseguir eso le aburre.
Por supuesto tu lo dices con mucha más poesía.

Juanjo Montoliu dijo...

Lo peor de todo es estar aburrido de uno mismo, rendirse; pero mientras hay lágrimas, hay esperanza.

Gran relato, amigo.

EL QUINTO FORAJIDO dijo...

Hay personas para las que la rutina es peor que el veneno.

Elena Casero dijo...

Pues pobre Quique.

Besitos.

Miguel Baquero dijo...

Más que de entrega, quizás de rendición. El hombre ha dado de sí cuanto podía y sabe que ya no volverá nunca a ser el de antes, el del principio

LaCuarent dijo...

Reditar caricias, buscar puentes en el abismo de la desidia cotidiana, me encanata como los detalles te llenan.
Mucha suerte en Lleida, ¿para cuando Sevilla?

Alís dijo...

Me dan muchísima pena los dos. Quique por entregarse entero a quien ya no quiere recibirlo y Bárbara porque se perdió, y no podrá encontrarse mientras perpetúe ese vacío.
Magnífico relato, Raúl

Besos

campoazul dijo...

...Aun a pesar de que Bárbara ya no sabe lo que quiere o desea, tiene mucha suerte de tener esas caricias en la espalda, que sin decir nada lo expresan todo, el la esperará y está a su lado..., cuando ella desee volver...

Besitos.

iliamehoy dijo...

Quique sigue echando flores al abismo. El mismo en el que se sumerge Bárbara abrazada a las dudas de una existencia varada.
Cuando las sábanas callan....
Una sonrisa

Elena dijo...

Eso no hay caricia que lo arregle. Estoy con Tesa en eso de hacer las maletas.

malena dijo...

Escelente relato, me ha llamado la atención eso de reeditar las caricias, como los DVD con extras, pero en este caso, sin ellos, muy significativo.
Un saludo

Araceli Esteves dijo...

Excelente, amigo Raúl.

N Ó M A D A dijo...

Hoy querría no haber leído ese silencio.
Hoy, querría no haberlo conocido. O haberle gritado, hasta echarle el alto al tiempo.

matias dijo...

antes de todo: muchas gracias por tus comentario.Con respecto tu texto extremadamente genial puedo decir que me recuerda a una primavera lechosa con algunas lloviznas de histéricas ricas llenas de llantos y oro en los ojos...

saludo y un abrazo grande, que tengas un buen día

Miguel dijo...

Sexo, amor, relaciones turbulentas, equívocas... tus relatos son joyas que le hacen a uno pensar que a veces uno está metido en el argumento de un guíón cinematográfico, y no lo sabe.

un abrazo.

Zayi Hernández dijo...

Á veces el amor deja sitio para que entren otros inquilinos a visitar y a llevarse de souvenirs a la pasión. Cuando el inquilino entra, casi nunca se va sin llevarse algo o a alguien.
Un besito.

sebas dijo...

Me encanto, Raúl, como el sentimiento del amor empieza con tanta fuerza y con el pasar del tiempo se va debilitando. Me gusta creer que este angustioso desenlace, en algunos casos, a pesar de ser la moda, no es un determinante. Repito, que buen escrito.
Un saludo desde Colombia, Raúl.

Isabel Pérez del Pulgar dijo...

El silencio puede ser tan gratificante como mortificante pero siempre elocuente...

Un abrazo amigo Raúl

Ricardo Miñana dijo...

Lo peor en el amor la rutina y la monotonia, un precioso escrito.
un placer pasar a leerte.
que tengas una feliz semana
un abrazo.

Leticia dijo...

... y yo diría...
"se les acabó el amor de tanto usarlo"

Hola Raúl, hace muchisimo tiempo que no me pasaba por este gran rincón!

tenía muchas ganas de hacerlo y ya por fin me pasé por aquí.

Tu texto me ha gustado una Barbaridad, es tan cierto y tan actual...

Ahora me pasare más a menudo por aquí.

un saludo enorme desde el otro lado!!

Juanma dijo...

Que tristeza y miedo me provoca la desazón del desamor, de la rutina callada y llorada.


Salud.

Anónimo dijo...

Esto debe ser una peli de terror... qué angustia por parte de los dos. Las caricias reeditadas sólo son efectivas con un amor profundo. Si no, a la segunda edición se agotan, y ni el más experto las salva. Creo...ja ja
Me gustan mucho tus textos, Raúl.

Carme Carles dijo...

Un par de almas difusas que se empeñan en seguir borrándose.
Salut

Torcuato dijo...

Eres un artista describiendo sentimientos de pareja.
Un abrazo Raúl.

EL QUINTO FORAJIDO dijo...

Ya me dirás cuando presentas tu libro por Cádiz o Córdoba, llevarás una bunena remesa ¿no?

senses and nonsenses dijo...

Quique es un amor.
...y si llega un día que Bárbara no perciba el gesto.

enhorabuena por Elefantiasis.
aterrizando por la blogosfera, pero ya con un pie dentro de esta red que nos atrapa.

un abrazo.

Zizí dijo...

Muy bueno.
A veces es peor el deterioro que la ruptura. Suerte a ambos.
Besos.

Betuel Mercado dijo...

Que bueno es tenerlo de vuelta!
ya se extranaban sus cuentos!
saludos!

Andrés Bastardo Grenouille dijo...

El amor es un presupuesto, un deseo inteligible... he aquí la razón que motiva a los cazadores del ahora.

Qué bueno es volverte a leer. Abrazos.

Anónimo dijo...

Vengo en busca del relato del día 30 pero, afortunadamente, me encuentro con este de hace una semana. Es sencillamente genial. Un drama silencioso.

Sonia

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

Estupendo relato sobre esa apatía emocional que a veces se instala en el alma sin saber el porqué. Un beso, Raúl y muy feliz finde.

Pablo Copola dijo...

Se me ha atragantado el cariño fiel y la entrega estériles. El último párrafo lo remueve todo y sin saber cómo te hace parte. Muy bien Raúl, que todo siga así, un saludo.

Maria Coca dijo...

La narración de una relación plagada de silencio y miedos. El título es perfecto. Y describes el estado emocional de ella con mucha maestría.

Un beso.

Lourdes dijo...

Me gusta pensar que cuando amanezca el sol rebotará en la mano de Quique...

;)

Antonio de Castro Cortizas dijo...

El triste y certero retrato de la disolucion de una pareja por culpa de aquello tan venenoso y dificil de definir, "el paso del tiempo", pese a la buena voluntad (o falta de mala fe) de ambos.
Un saludo.

Javier Puche dijo...

Da rabia que funcione así. Las relaciones deberían ser apasionadamente imperecederas. O imperecederamente apasionadas. Pero no. Van mutando, se van degradando, mueren. Y es terrible. Tu narración lo expresa de forma emocionante. Siempre hay ternura en lo que escribes. Un abrazo, Raúl.

Anónimo dijo...

Solo un ruido ruín llegó desde lo lejos y ya hace tiempo que no hablo con mi amigo. Quizás algún día le diga algo.

Klee