jueves, 24 de septiembre de 2009

Isobaras

Las luces de la mañana prometían. Un tímido sol, tan otoñal como los anuncios prenavideños,...

82 comentarios:

pepa mas gisbert dijo...

A veces el día por una extraña simbiosis se comporta como nuestra alma, empieza siendo luminoso acompasado a nuestra esperanza, pero poco a poco la luz deviene nube oscura y hace compañia a nuestra nostalgía, o ¿será al revés?.

Un abrazo de quien se alegra de leerte hoy

Josep dijo...

Muy bonito este relato; poético, incluso.

El día nos acompaña siempre y me parece que desde dentro lo apreciamos según el humor que llevamos o padecemos.

Esa distancia anímica anunciará nubarrones cada tarde, me temo.

Saludos.

Lala dijo...

Eso mismo es lo que me ha pasado a mi hoy...
Y así ando, en esta gélida noche en mi corazón.

Mejor vuelvo en otro momento.


Besitos


Lala

iliamehoy dijo...

Es que me matas... Tus dos últimos párrafos me dejaron calculando el precio de la nostalgia. Tras esa dulce y minuciosa descripción de una aparente apacibilidad, asestas ese golpe, mortal de necesidad.
Una sonrisa congelada

A.L.Zarapico dijo...

Ese otoño que ante cualquier imprevisto nos vuelve melancólicos.Gracias Raúl.

Feliciti dijo...

Cuando todo parece estar perdido suele asomar un resquicio de luz,mortecina,cierto,pero luz a fin de cuentas.Gracias por tus amables visitas Raúl,a veces me cruzo contigo casualmente en alguna bitácora y quizá no apreciamos del todo la magia de ese instante.Un beso,llegarán editoriales y días soleados porque la vida es una tómbola compañero(amaia tarareando...).

PD: Si te cruzas con Alma dile que no puedo entrar en su bitácora,problemas de aplicaciones o programas no instalados,qué sé yo,un asco!

Feliciti dijo...

Por cierto:volver a tener un día apacible.

Carmen Graña Barreiro dijo...

El precio de la nostalgia a veces es muy alto y nos deja empapados de tristeza, como una tormenta inesperada.
Un abrazo

Alexia dijo...

El otoño trae consigo días impertinentes de momentos cargados de un halo de nostalgia ...yo también extraño un día apacible, pero me toca apechugar con los vaivenes de añorarse esperando que vuelva pronto a mis mares del norte, estupenda manera la suya de escribir su iluminada derrota...besos

Iris dijo...

Raúl a veces apareces en mi mapa de isobaras borrascosas y te echo de menos, mucho...

Excelente post, de esos que llegan al alma.

Un beso nostálgico

malena dijo...

Preciosa la descripción del día, como va cambiando de bueno y soleado a gélida noche.
Me gusta
un saludo

39escalones dijo...

Ay, el otoño (estacional o diario), cómo nos pone... No sé qué me gusta más, si el relato o el pedazo de trozo de cabecera de hoy, la película que más me gustó del curso pasado. Sencilla, directa, sensible, magnífica.
Un abrazo.

Ruinas y Deseos dijo...

Besos en estos días húmedos y de manos que empiezan a ser frías.
Con cariño. Lo

Anónimo dijo...

Ya lo ha dicho alguien antes. Habría que estudiar seriamente la relación existente entre lo climatológico y los estados de ánimo. ¿Que fue primero, el huevo o la gallina?
Escribes muy bien.

Babel

Myra dijo...

Es curioso lo que el clima puede influir en nuestro ánimo, incluso en nuestras decisiones. A mí, al contrario que al protagonista de tu relato, cuando el día se enfada mi ánimo se viene arriba. Me gusta el otoño y disfruto con estos días grises que han visitado últimamente nuestra comunidad.
Pienso que para echar de menos a alguien, lo mismo da que el día sea luminoso o gris, pero me ha emocionado esa frase en la que se echa de menos a Laura.

Un beso

ALEX B. dijo...

No sólo me encantan tus relatos Raúl, sino que me quedo con muchísimas ganas de saber más.
¿ no te apena dejar solos a tus personajes, o es que no los dejas?
Un beso algo nostálgico como el relato.

antonio dijo...

Donde tu vives Raul, un dia os van a llover ranas.
Eso tiene vivir donde vives, no todo tenia que ser estupendo......
Me alegra que estes de nuevo aqui.
Saludos isobaricos desde un lugar que se define en 990 milibares.
Ciao.

Anónimo dijo...

Son complicados estos climas de transición de estas estaciones de transición. Que nos bajan, pero luego nos suben antes de volvernos a bajar...

Pero al igual que después de la tempestad viene la calma, todas las calmas acaban en tempestad. O algo parecido.

Todo llegará y todo pasará.





John W.

Anónimo dijo...

Puedo imaginarme perfectamente a ese hombre de noche, abatido, solo y llorando, mientras confiesa (se confiesa) cuanto echa de menos a su Laura.
Todos tus relatos blogueros tienen un deje de ternura increible que se mezcla con ese no se qué, que impide saber si tus personajes son buenos, malos, regulares....Bueno,....yo ya me entiendo. Jajajajaja.

María

Bárbara dijo...

Y es que cualquier melancolía sumada al otoño resulta sin duda excesiva.
Qué gusto leerte, también en otoño.
Besos posados como hojas.

ÁFRICA dijo...

Que bueno es echar de menos.
Y que reto entrar en el otoño.

Jaht dijo...

La luz y la oscuridad y en medio las escalas de grises. Los estados de ánimo que suben y bajan como un termómetro. Las ausencias que se afianzan como garrapatas. La vida.

N Ó M A D A dijo...

Isobaras. Como líneas imaginarias de norte y meridianos. Los círculos polares, las rutas oceánicas. Isobaras. Isobaras y cielos. De dónde, hacia dónde?

Últimamente todo está entre una y otra parte. Entre el caos y el ruido que castiga incesantemente los oídos. En la migraña de luces que agotan mis ojos. Deslizándose bajo las flotantes isobaras.

Últimamente todo se revuelve. Las palabras, las cartas, las nostalgias. Contramarea y contra el tiempo. Y este ser crudo que me habita, se agita impaciente. Como si algo debiera suceder. A un paso. Como un precipicio.

Anónimo dijo...

Me hiciste recordar a Verlaine:
"Los largos sollozos
de los violines
del otoño
hieren mi corazón
con monótona languidez"

Hoy, en tu “canción de otoño” particular me gusta lo que no está escrito, la sensación, el otoño, a tu protagonista le recuerda que la ciudad todavía le sigue siendo hostil… él se esconde detrás de una estación y yo vislumbro su estado del alma…
Besos,
Mavi

MarySandel dijo...

El otoño no unicamente una estacion, es un estado mental...
Laura se pudo haber ido pero al menos todavia quedan dias por venir, aun este en pleno otoño la ciudad

Raul Gracias por la visita
es todo un honor leerte y recibirte!
saludos desde Costa Rica

Mary

Eva dijo...

Son muchas las cosas que actuan de catalizador para dejar a flor de piel la nostalgia de alguien, un aroma, un día tristón,un CD...Me encanta como has ido sumergiendonos en ese clima de decaimiento, de melancolía, de nostalgia,de soledad a fin de cuentas.
Muy bello.

Belén dijo...

Muchas veces el tiempo si que nos hace sentirnos de una determinada manera...

Besicos

Anónimo dijo...

Acabo de llegar aquí, y lo primero que me ha gustado ha sido la imagen de tu blog, esa película, que ahora no me acuerdo como se llama, es una preciosidad.
Bonito escrito sobr el otoño.
Un saludo
Teresa

Luis dijo...

Ah mi amigo, asi son las luces diurnas nos afectan, nos mueven y nos moldean. Como estoy en el otro hemisferio he empezado a resucitar, todo es más claro, dan ganas de comenza el día y no permanece remolón en cama, las noches son más cálidas así qe no se siente la falta de un cuerpo al lado.
Un abrazo
unaimagenpalabrasmil.blogspot.com

L dijo...

Como siempre, el buen don Raul sorprendiendo con su prosa. Ya extrañaba leerlo. Un saludo :)

-L.

Cuentista dijo...

Si el precio de la alegría es la nostalgia, amante expontánea y traicionera, el precio de la nostalgia es...
No me sale esta regla de dos.


Precioso, no solo este,sino todo lo que leí.

Uno dijo...

Yo siempre he dicho que para sufrir siempre viene bien un poquito de frío.

Lucía dijo...

No deja de asombrarme cómo el tiempo puede influir en nuestro estado de ánimo. A mí por lo menos me afecta.
Cómo me gustó The visitor, todavía la recordé el otro día y pensé que tenía que comprar el dvd como fuese.
Un abrazo.

lopillas dijo...

Ya puedo poner letra a mis paseos mañaneros camino del trabajo. Es exactamente como lo has descrito! Hasta los bostezos simpáticos que la ciudad me contagia.
Precioso.
Me vuelvo a leerlo otra vez :)
Un besote

Miguel Baquero dijo...

No acierto la película, seguramente sea muy fácil, pero me ha gustado mucho esa descripción de la mañana a la noche desde el sentimiento que se va tiñendo de nostalgía. Un gusto, como siempre, leerte

aDih dijo...

Comencé a leer con una sensación indiferente y para cuando termine el texto la indiferencia se convirtió en un estado raro, algo cómodo y algo familiar tal vez.

saludOs

Carlos Elipe dijo...

siempre genial.

Araceli Esteves dijo...

¡Qué hermoso relato,Raúl, es un auténtico placer leerte!
Y releerte...ahora mismito me pongo.

Anónimo dijo...

Leyéndote, entiendo el motivo de que tengas tantos seguidores.
Saludos extremeños.

Marcos Callau dijo...

Me ha encantado. Perfecta descripción del desamor otoñal y coincidencia conmigo en que se eche de menos a "Laura", me ha llegado al corazón. ¿Qué tendrán las "Lauras"?. Yo creo que desde la película de Otto Preminger ese nombre adquirió un simbolismo de "mujer fatal" irresistiblemente encantador. Mis felicitaciones a todas las Lauras, pues. Pero, sobretodo, mis felicitaciones al autor del texto desde un nuevo seguidor.

Juanjo Montoliu dijo...

Los diluvios me gustan. No soporto, en cambio, el cielo cerrado y la lluvia cobarde y blandita cayendo durante días. Esa sí me deprime.

Te ha salido un relato muy otoñal. Las lluvias, me temo, han hecho su efecto.

^MinervA^ dijo...

Si lo pensamos durante un momento toda paz llega despues de un enfrentamiento; la forzada necesidad que ofrece la debilidad de razonar y curar heridas para no morir entre el pasado. No tenemos alma para perdonar, tenemos un agotamiento profundo que impide odiar mas. No importa que llueva, truene o nos lleve el viento, el corazon y la cabeza se aferran a ese dolor que se repite en los oidos y esa lluvia que llega al alma y que definitivamente no pueden calar mas en en el resentimiento.
La paz asola nuestro pasado y le da vida.
Besos

Anónimo dijo...

Francamente me sorprerndió lo que acabo de leer... te mando mis saludos... que estés bien... espero verte por mi blog.

Francisco Ortiz dijo...

Todo es cielo cuando uno se ha quedado solo. Un cielo vacío, unas nubes enemigas, una vulnerabilidad andante es uno. Qué bien haces llegar las sensaciones, Raúl.

BEATRIZ dijo...

Raul,

Se van conmoviendo las horas al correr el día del personaje, de la diversidad que despierta en movimiento de vida hasta la gelidez nocturna de la soledad.

Un día entero fue como ver cambiar las muecas en el rostro.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Bonito relato =) http://theviernes.blogspot.com/

Daniel Marmolejo dijo...

Sencillamente magistral.

Mario Sanchez dijo...

Está genial! eres un artista. Oye pasaos por mi bolg que esta interesante gracias (:

http://tutorialessk8.blogspot.com/
http://tutorialessk8.blogspot.com/
http://tutorialessk8.blogspot.com/

Tesa dijo...

Me gusta mucho ese primer párrafo, de frases cortas y concretas. De acción rápida.
Es suficiente cebo para seguir leyendo el resto.

Besos, oiga.

Merche Gallart dijo...

Que bello relato, una vez más Raul calaste hondo, como esa lluvia que cayo al atardecer ....Un abrazo.

narita dijo...

comienza a salir el sol, comienza a hacer calor
y cuando comienzas a amodorrarte en el calorcito del momento...
una maravillosa tormenta rompe el momento
¿por qué nunca nos terminamos de recuperar cuando volvemos a caer?

mua

Jorge Hontoria dijo...

No hay problema, ponte a dormir. Mañana volverá a amanecer.

Vivian dijo...

Fascinante, como consigues ese paralelismo entre el estado de ánimo de tu protagonista y los elementos, por instantes he conseguido verlo, empapado, bajo la lluvia, recordándola…
Todo el texto me parece precioso, cargado de sentimiento, y las dos últimas frases se convierten en el broche perfecto de ese día lluvioso de tu protagonista, con tormentas en el exterior y tormentas en el interior…

Un abrazo muy fuerte.

Be dijo...

La foto inicial es fantástica.
:)

Elena dijo...

Qué gusto da volver a leerte, qué delicia dejarse mecer otra vez por tus palabras. Me alegro de verte otra vez por aquí.

Gran película la de la imagen de tu cabecera. Una de las mejores que he visto en mucho tiempo.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Tan bien descrito ese momento...cuanto nostalgia, cuantas veces uno vuelve irremediablemente a extrañar a alguien. O a la idea de ese alguien, es lo mismo.
un beso

daniel rico dijo...

Lo peor de que te dejen es el patetismo en que uno cae y recae a pesar de todo el animo que se de o que le den.

Por eso no hay que escribir poesia con el dolor sino con el recuerdo del dolor.

Exelente tu sitio, saludos.

Anónimo dijo...

MuY bonita entrada, me facinó jeje. pasa a mi blog porfa si?! ^^ un beso!

hahaha!! dijo...

en particular dias como ese k describes me iaman la atencion, ya k s pued reflexionar muxo, lastima k komo lo describist. si caes en la nostalgia!!! (sients ese cumulo de lagirmas en tu nariz y una bola de saliva en la garganta)en verdad iegast a mi broer con tu relato....

Zayi Hernández dijo...

excelente entrada...he caído rendida a tus pies!!!.
Besitos.

Nómada dijo...

Muy, muy, muy buen blog, escribes de lujo, tienes muy buenos relatos enhorabuena :)

Camy dijo...

Hoy me salto el comentario a tu relato, si puedo, y con una cálida sonrisa, me atrevo que a añadir que veraniega aún, celebro tu vuelta que como no podía ser de otra manera, ha sido de aplauso continuo.

un beso

Elena Casero dijo...

qué bien te mueves en las distancias cortas. Qué romántico y qué bien escrito está.

Un beso

Apostata dijo...

Enhorabuena. Es usted un escritor formidable.

pepa mas gisbert dijo...

Poema para hoy de Juan Gelman:
Presencia del otoño
Debí decir te amo.
Pero estaba el otoño haciendo señas,
clavándome sus puertas en el alma.
Amada, tú, recíbelo.
Vete por él, transporta tu dulzura
por su dulzura madre.
Vete por él, por él, otoño duro,
otoño suave en quien reclino mi aire.
Vete por él, amada.
No soy yo el que te ama este minuto.
Es él en mí, su invento.
Un lento asesinato de ternura.


El otoño clavando sus garras en el alma asesinando la ternura, con lo que me gusta a mi el otoño con su lluvía refrescando el cuerpo


Te abrazo y te beso

pepa mas gisbert dijo...

Otro poema para hoy, de Alma:

Ha dicho el hombre del tiempo
que la borrasca nos amenaza
todo a causa de las isóbaras
que equivocado está
la culpa es de nuestro ánimo
hemos amanecido sin sonrisa
y con el alma encogida
esperando que llegue el viento
que destroce la isóbara
que llena de hastío nuestro corazón.

Te abrazo y te beso otra vez

el hada grunge dijo...

hey sr. cuentista!
le aviso que tomare su blog y su link con fines de investigación.

gracias!!

Anónimo dijo...

A veces llueve bajo la sombrilla, a pesar que la tormenta ha pasado.

Susy dijo...

El día contiene en sí muchos y variados estados de ánimo, y al anochecer suele envolvernos una capa de tristeza, extrañamiento y melancolía.

Muy hermoso, mucho.
Un beso.

lourdes dijo...

Al fin y al cabo, somos naturaleza, aunque nos empeñemos en evitarlo...

Ningún aguacero nublará la alegría de volver a leerte.

Besos

Lourdes

Aaron dijo...

Fragmento de Darknees, Byron;

La mañana llegó, y se fue, y llegó, y no trajo consigo el día,
y los hombres olvidaron
sus pasiones ante el terror
de esta desolación;
y todos los corazones
se congelaron en una plegaria egoísta por luz [...]

Me dedíco a ser nexo con vuestras palabras.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

A mí nunca me ha gustado la lluvia. Será por esa facilidad que tiene de removerme ‘Todo lo malo’; o tal vez, porque nunca me compré unos zapatos aptos para charcos. Muy buen relato.
Un abrazo

Elisabet Diamond dijo...

En alguna ocasión que otra, cuando tengo un mal día me parece que este también se pone de acuerdo con el tiempo, estando así acorde con mi estado de animo...
Sinceramente, me ha gustado el relato, me ha hecho recordar mis días nublados.

Soledad Arrieta dijo...

Hermoso relato.
Un gusto haber llegado aquí.
Cariños.

Betuel Mercado dijo...

Muy sobrio, delicioso.

Mayte Llera (Dalianegra) dijo...

Una maravillosa y bien gestada descripción de la evolución, a lo largo del día, del tiempo atmosférico que acompaña al estado anímico del narrador. Un besote fuerte, Raúl.

Maria Coca dijo...

Sensaciones que van cambiando bajo la influencia de un tiempo que siempre nos afecta.

Muy bueno.

Hank dijo...

Ah, qué magnífica metamorfosis del día. Casi lo habría disfrutado más en sí mismo, sin ese recuerdo dramático del final. Me habría gustado leerlo sin esa referencia, creo que habría dejado una huella más duradera, quizás por asimilarlo a alguna experiencia propia. ¿No crees que a veces ese juego ambiguo entre el escritor y el lector es el mayor logro de la literatura?


Cacho abrazo para ti, colega.

El Doctor dijo...

Ya lo dijo Borges en un poema;que todo amanecer nos finge un comienzo.Nos lo promete,pero nada más.Incluso a algunas mujeres.

Un fuerte abrazo,amigo.

Fanny Castillo dijo...

a veces los recuerdo nos invaden, son como una larva que comienza en lo recondito de nuestro ser y poco a poco se extiende evocamos personas del ayer por un rayo de sol por una simple sonrisa...

muy buen relato he dejado otro comentario es mi deber decirle que lo que usted escribe me motivo a crear mi blog. muchas gracias

ARA dijo...

Sin duda!!! me parece muy interesante tu sitio!!! Con Cariño!!!

Angela dijo...

Me encanta la comparacion del viento y el niño, aunque personalmete adoro ese viento previo a la tormenta