Durmiéndome pero fiel a mi cita contigo todos los jueves de madrugada, hoy espero a ese tren que no me llevará a ningún final si no al principio de todo.
Yo no se como la Jones podía dudar, sin duda Roma y Clift.
Besos, que grande de Sica
Mañana vuelvo como un tren siempre a su punto de partida, tu y tus relatos
las despedidas son terribles, más aún cuando cae sobre uno el peso de ciertas verdades, de ciertas realidades. cuando amamos pero lo que sienten por nosotros es una locura pasajera. todas esas cosas son tan desagradables, pero tan importante vivirlas.
eres un gran relatador. desde la primera oración tienes toda mi atención.
Soy nueva en el blogger. Y paseando y familiarizándome con este nuevo mundo por los rincones encontré el tuyo, y quedé atrapada por las historias que emanan desde aquí. Va también un saludo para vos.
"...desconcertante amancebamiento entre el deseo y el remordimiento" No se puede describir mejor.Los que sabeís escribir, teneís una habilidad especial para encontrar las palabras justas¡Touché!
Como te dije en mi último comentario, lo peor de todo siempre es el remordimiento.
Alta historia, mucha tensión y poca histeria. Me hace acordar a la película: "el eterno resplandor de una mente sin recuerdos", y la desesperada estampida por no olvidar. Me motiva y emotiva, me ansía.
Ella es más mayor que él...Ella , además, ha de luchar contra la sosa razón de la obligación. Ella se conforma con un tiempo para la pasión, más parece ser que las féminas no puede o no quiere romper totalmente sus ataduras. Ah, veo esa estación envuelta en el romántico humo de la locomotora...
Son cosas que pasan todos los días en casi todas partes. Pero en las estaciones siempre supone algo especial. Y en Termini, mucho más.
Lo cual me recuerda esa estación británica en la que han prohibido a la gente besarse en las despedidas. Poco a poco volvemos a la caverna. Ni besarse dejan ya.
" todas sus esperanzas se han desvanecido en esa hora imprecisa en la que se debaten las despedidas, en esa hora en la que los trenes anuncian su irremediable marcha, y en la que los relojes palpitan emocionados."
Siempre hay alguna frase que me parece de lo más acertada, en este texto es: “no es capaz de ocultar que anda confusa por culpa de ese, siempre, desconcertante amancebamiento entre el deseo y el remordimiento” Es verdad que deseo y remordimiento andan todo el rato en un ir y venir de pensamientos, sentimientos y quereres....
Las estaciones de trenes son uno de los escenarios más cinematográficos que conozco. Recuerdo, por ejemplo, Los intocables de Eliot Ness, aunque no tenga nada que ver con ésta. Me ha encantado tu relato. Se palpa perfectamente desde el primer párrafo, cual va a ser el resultado final de ese encuentro. Muy bueno, como siempre.
Los trenes siempre han dado mucho juego, cinematográficamente hablando. Hace poco han prohibido en una estación del Reino Unido besarse en los andenes, hasta el punto de que han habilitado una zona para besos en la estación. Dicen que los besos entorpecen la marcha y provocan retrasos. Como se extienda esta prohibición, pronto escenas como las que tan exquisitamente describes serán piezas de mueseos, reliquias arqueológicas. Los carteristas del mañana no urgarán en los bolsos de las señoras, aprovecharán un descuido para, tímidamente, rozar los labios de las señoritas con los suyos.
(Me descuadra la palabra "amancebamiento", le tengo cierta manía, pero reconozco que se trata de un prejuicio sin pies ni cabeza).
A lo que iba: ni idea de la película, pero, para el caso, es lo de menos: he disfrutado con el texto.
No sé qué tienen los trenes para ser tan líricos que no lo tiene ningún otro medio de transporte salvo el tranvía. No me imagino tu historia, por ejemplo en un aeropuerto mientras espero un avión o un taxi, por no hablar de una moto.
Perdón .. hacía un tiempito que no pasaba verdad??? Bueno se que no soy imprescindible pero queria estar... Y pienso enla tristeza que me provocan las estaciones, sobre todo las de trenes, esas antiguas, donde siempre hay un reloj, un espacio con historias, como esta y como tantas parecidas, con despedidas que duelen y quedan ahogadas en la garganta!!! Besos cielo!!! Llenos de luz como siempre!!!
Muy bien escrita esa rememoranza de uno de los finales más románticos del cine clásico, que hoy no podría darse no porque como algunos apuntan ya empiean a prohibirse los besos en los andenes, si no porque hoy parece que todos los finales deben ser felices, olvidando que la mayoría de las narraciones románticas de siempre acaban en una despedida en ocasiones más irreversible que ésta.
...yo pienso que los amores que duran toda la vida son aquellos que no se concretan y se nos vuelve, a la larga, inspiración... me encanta la manera tan sublime que tienes para no hacer parecer a los finales como irremediables y desoladores. Me encanta como escribes...ya te lo he dicho, pero igual te mereces cada elogio... besitos.
Mi Monty, De Sica, y una estación… Curiosa la relación de De sica con las estaciones, recuerdo ahora otro final, de esos que provocan un nudo en la garganta, el de “Los Girasoles”, me encanta esa película y me emociona ese final, como tu texto… Me gustó especialmente el tono de desencanto y derrota que desprende el final…
Un beso
P.D: Jo que rachita, primero Allen y ahora Amelie, en fin, vendrán tiempos mejores para mí ;)
Como yo soy un tren de ida y vuelta y prometí volver, aquí estoy.
Estación Termini, noviembre de 1975, un adolescente conoce a un director de cine, cenan en un restaurante y despues le asesina en una playa. ¿Cuantos finales tristes habrán ocurrido y ocurrirán en esa estación?.
Estación Termini
¿Que pasó Pasolini con los últimos pasos que dio la vida por usted? No puedo creer que exista un final en la Estación Termini, el más cruel de los poemas, bajo las odiosas llantas adolescentes de un Alfa Romeo 2000. Un final de Pasolini, Señor director, donde usted ignora la escena y deja correr el último rollo, como si se tratara de otra película.
Las historias de amor con tiempo son las más apasionadas, sin duda. Ya decía Proust que sólo se ama lo que no se posee totalmente. Puede sentirse el dolor desgarrador de él. Esta vez no tengo ni idea de en qué película te inspiraste. (habrá besos, eso sí, que haber es impersonal, el muy verbo...).
El recuerdo de la última caricia, siempre, siempre me provoca la irremediable sensación de desamparo, quizás por la certeza de ser la última, el final de la historia.Claro que si esto pasa en la estación del Ave, a él ni le dejan pisar el andén por no tener billete y hubiera tenido que mandarle un un telegráfico sms. Por suerte, esta peli, cuyo nombre no adivinaría nunca nos recuerda que hubo un tiempo en que las caricias no tenían prisa.
Primero, darte gracias por tu visita y el comentario. nos sentimos halagados. Segundo, todos somos estaciones, vivimos estaciones y tenemos estaciones. Ganar o perder, es parte del destino que deseamos. La eterna respuesta de los seres humanos... ¿Qué queremos, qué debemos? Saludos.
Le vengo echando algún que otro vistazo desde hace tiempo a tu blog. Me encanta el cine. En cuanto a esta película, me suena mucho el título pero no creo haberla visto. Al leerte, me he puesto a pensar en aquellos amores de juventud que terminaban al final del verano. ¿Quién no ha sufrido por una despedida?. Cuando hay amor, ese dolor del adiós aunque luego pase, es insufrible. Casi que no describes la estación, y sin embargo soy capaz de imaginarmela perfectamente.
De esta película me gusta como De Sica consigue transmitir al espectador la sensanción incomoda de los protagonistas, que no pueden evitar vivir en un mundo hostil. Se siente perseguidos y aunque se escondan no pueden escapar... Saludos!
Será por la atracción que siento por los trenes, no sé, pero me ha parecido que este texto está muy bien. Excelente, diría yo. De lo mejor que recuerdo.
también en mi vida hubo despedidas desgarradoras, llantos y separaciones que creíamos imposibles de superar... Todo pasa, y aunque no se olvide, se convierte en recuerdo huidizo, haciendo de ese dolor aparentemente insuperable una pequeña cicatriz en la memoria que muchas veces ni siquiera escuece.
Me hace pensar,no sin una cierta sonrisa,el antes y el después de los espacios comunes de las grandes despedidas.Como bien dicen Alfredo y Vivian,en otros tiempos era posible despedirse en el mismo andén,puerto o aeropuesto,incluso muy cerquita del medio de transporte.Hoy,mi querido Raúl,solo se puede acceder al andén con el billete de tren.Después están todas esas cámaras de seguridad,todos esos seguratas con perros y porras que no te quitan el ojo de encima.Por otro lado,las ventanillas de los trenes son de cristal ahumado y el desolado o la desolada que se queda en tierra no puede mirar por última vez el rostro del amante o de la amante.Y luego,claro,los trenes salen de la estación despedidos como balas.¿Quién se atreve a aligerar,junto a la ventanilla, el paso para exprimir los últimos minutos del saludo? Y ya ni te cuento si te hablo de los aeropuestos.Es el fin de las grandes despedidas.
Raúl, ahora me he fijado en esto de los comentarios que pones" lo saborearon! y chico, claro que sí, si es que cada vez que publicas una historia.. una se queda viendo las imagenes..y soñando despierta!!! un placer guapetón! feliz fin de semana;).
Amigo Raúl, es cierto que llevo unos días alejado del blog. Un proceso febril, ya se sabe, los resfriados de esta época, y un intento de poner orden a ciertas ideas me han transformado, por unos días, en una suerte de ermitaño. Pero ya voy recuperando el ritmo normal...
Ummm, recuerdo una despedida en un tren... desde luego no tan dramática como esta pero emotiva. Que ella sea mayor que él es estupendo, qué lástima los corsés que nos enfundamos, ¿no?
El amor y el desamor y desencuentro de dos seres que se aman pero no concretan porque algo impide que ellos terminen juntos y cada uno toma su propia ruta. Esta historia me gustó mucho, besos
No sé por que las despedidas me dan nostalgia. Sea con quien sea, y como sea. Es más, cuando salgo de viaje sola, y regreso a mi ciudad, voy mirando la ruta como dejo la ciudad visitada, y me da una sensación totalmente inexplicable -y hasta algo tonto-, de tristeza y una especie de abandono, es rarisimo, me quedo un poco tristona por lo que queda atrás,... Muy buena la narración que hiciste...
Fijate que a mi me ha venido todo el tiempo de lectura a la mente la película de Breve encuentro de Lean. De la que habla en su blog Francisco. Porque pones la película, sino podría ser perfectamente. Mi amor, yo tampoco he acertado apenas los Oscar. Es que nosotros pensamos cine. Un beso cuentista.
Muy bueno, sí señor. Me gusta la forma en la que escribes: muy gráfica y mediante detalles significativos: el reloj, la noche fría, esa sonrisa primera de alivio... sin difuminar el foco con otros detalles ni con adornos. Yo creo que escribir es como el cine: saber captar el detalle crucial, que no haya nada, ni siquiera en el decorado, superfluo o inútil. Muy bueno, repito.
Oye, ¿aceptas retos?, ¿se te pueden proponer pelis para ver cómo las escribes?
Mmmm... algo me falla... pero no sé qué es. El texto no, pues está más que bien escrito. Pero encuentro algo contradictorio (puede que la intención sea esa). Por un lado el romanticismo de la situación, del contexto: una estación, el tren que se va, el momento frágil de la despedida, quedarse sólo en una estación abarrotada de gente. Pero la despedida me suena tan... tan vana (incluso banal). Casi como si siguiera un argumento preescrito, y así lo expresas: Te ibas. Lo siento. Te quiero. He de irme. Por favor quédate.
No he visto la peli, así que pregunto: ¿se trata de una despedida realmente sentida? Un abrazo
PD. ha sido una grata sorpresa verte pasear junto a Tacirupeja Jarro. Te envía galletas y una jarrita de miel.
... que tendrán las estaciones de tren que inspiran tanto? Son románticas, melancólicas, las despedidas en ellas siempre se hacen más difíciles, son más sentidas.
Termini ya no es una estación, es un mundo. Yo incluso me alojo en la zona, así que siempre veo a gente que viene o se va que se reencuentra o se despide.
Vittorio de Sica cuando quería era exquisito y cuando no, también.
Hoy, a medida en que iba leyendo tu hermosura de entrada, me iba poniendo malita, malita, malita... Ainss... Son horrorosas las despedidas sin querer despedirse, teniendo que despedirse...
A PESAR DE MI SOLEDAD, INTENTO NO PENSAR UN SEGUNDO MAS EN LO Q FUE NUESTRO AMOR. LAS COSAS SE ACABAN Y NI EL MAS MINIMO ESFUERZO PODRA HACER VOLVER ESE AMOR INNATO DE UN COMIENZO INCIERTO.... AUN TE AMO PERO SIN ESPERANZA NINGUNA
Raul, te invito a ver mi blog. Me gusta el tuyo. Suelo refugiarme en la poesia para evadirme de esta brutalidad que nos invade de manera prosaica e indecente sin pedir permiso en un interminente y pausado cotidiano. madreselva-rebelde.blogspot.com
Las escenas de despedida en un andén siempre me han fascinado. Son muy románticas y la vez están llenas de tristeza, de soledad. Lo has recreado espléndidamente en tu relato.
Hola, Raúl!! Este texto me ha gustado mucho! Tiene momentos sublimes y ese lenguaje lírico y elípticamente condensado que te caracteriza. Muy bueno el contrapunto él, ella. Ambos loran robarle una hora al tiempo, ambos la saborean a su modo. Cariños
Que tristes las despedidas son, he recordado la despedida mas actual que he vivido, tan triste, y solo queda pensar que las cosas no volveran a ser igual, pensar que no volvera.
Muy buena entrada y muy buen blog, estare por aqui frecuentemente.
La despedida es fatal, y lo que viene después de ésta es una muerte lenta, el conocerse solo y en espera de algo que talvez no regrese... Escribes fenomenal, gracias! Un saludo!
Hola..ola que vuelve..y ademas se alegra d encontrar nuevos relatos para leer bajo las sábanas,antes de despertarme del todo. Lo mejor de la historia..es que ese amor nunca se hará monótono y nunca tendrá ese sabor de los amores cansados. También servirá de tema de ensueños e idealismos a los amantes. Un beso..del Aire
Blog abierto en 2006.
Autor de 3 libros de relatos: ELEFANTIASIS, LA SUAVE PIEL DE LA ANACONDA, y GLÓBULOS VERSOS y de 3 novelas: UN VIAJE SOLO PARA HOMBRES, ANTES. ENTONCES. NUNCA y POR MI GRAN CULPA, obra ganadora del XXIV Premio de Novela Negra Ciudad de Getafe 2020. Aficionado al cine, buscador de cosas,... En fin.
77 comentarios:
Durmiéndome pero fiel a mi cita contigo todos los jueves de madrugada, hoy espero a ese tren que no me llevará a ningún final si no al principio de todo.
Yo no se como la Jones podía dudar, sin duda Roma y Clift.
Besos, que grande de Sica
Mañana vuelvo como un tren siempre a su punto de partida, tu y tus relatos
las despedidas son terribles, más aún cuando cae sobre uno el peso de ciertas verdades, de ciertas realidades. cuando amamos pero lo que sienten por nosotros es una locura pasajera. todas esas cosas son tan desagradables, pero tan importante vivirlas.
eres un gran relatador. desde la primera oración tienes toda mi atención.
un beso
Te esperaba...
Y no llamo a tu puerta
vista la hora...
Eres un excelente escritor
y haces palpitar los relojes
y le das mucha más vida,
a la hora de las despedidas,
donde hasta los trenes vibran
con sus corazones oxidados,
precipitando besos enamorados.
siempre exquisito
♥♥♥besos♥♥♥
Soy nueva en el blogger. Y paseando y familiarizándome con este nuevo mundo por los rincones encontré el tuyo, y quedé atrapada por las historias que emanan desde aquí.
Va también un saludo para vos.
"...desconcertante amancebamiento entre el deseo y el remordimiento" No se puede describir mejor.Los que sabeís escribir, teneís una habilidad especial para encontrar las palabras justas¡Touché!
Como te dije en mi último comentario, lo peor de todo siempre es el remordimiento.
Alta historia, mucha tensión y poca histeria.
Me hace acordar a la película: "el eterno resplandor de una mente sin recuerdos", y la desesperada estampida por no olvidar.
Me motiva y emotiva, me ansía.
Hace no mucho descubrí que el miedo da frío..
Excelente relato, como siempre :)
Besos
Ella es más mayor que él...Ella , además, ha de luchar contra la sosa razón de la obligación.
Ella se conforma con un tiempo para la pasión, más parece ser que las féminas no puede o no quiere romper totalmente sus ataduras.
Ah, veo esa estación envuelta en el romántico humo de la locomotora...
Son cosas que pasan todos los días en casi todas partes. Pero en las estaciones siempre supone algo especial. Y en Termini, mucho más.
Lo cual me recuerda esa estación británica en la que han prohibido a la gente besarse en las despedidas. Poco a poco volvemos a la caverna. Ni besarse dejan ya.
Estupendo relato. Me ha tocado la fibra.
" todas sus esperanzas se han desvanecido en esa hora imprecisa en la que se debaten las despedidas, en esa hora en la que los trenes anuncian su irremediable marcha, y en la que los relojes palpitan emocionados."
Con la piel erizada sigo...
Siempre hay alguna frase que me parece de lo más acertada, en este texto es: “no es capaz de ocultar que anda confusa por culpa de ese, siempre, desconcertante amancebamiento entre el deseo y el remordimiento”
Es verdad que deseo y remordimiento andan todo el rato en un ir y venir de pensamientos, sentimientos y quereres....
Beso
Hay un tren, pasa una vez... triste pero cierto...
Una historia de amor imposible y una estación de tren. ¿Hay algo más romántico?
Muy buen relato, sí señor.
Un abrazo.
no hay retrasos en Stazione Termini...
darse cuenta, en el momento justo, de que es necesario dar el paso adecuado, dejarlo todo y volver a empezar
los relojes palpitan en los ojos de Giovanni...
excelente texto
un abrazo
¿Esa película es una de Montgomery Cliff y la Taylor? ¿Puede ser?
Las estaciones de trenes son uno de los escenarios más cinematográficos que conozco. Recuerdo, por ejemplo, Los intocables de Eliot Ness, aunque no tenga nada que ver con ésta.
Me ha encantado tu relato. Se palpa perfectamente desde el primer párrafo, cual va a ser el resultado final de ese encuentro.
Muy bueno, como siempre.
María.
Se me olvidaba. Como le tengo un cariño especial a la película del baner de hoy, no puedo dejar de decirte lo bien que le queda a tu blog Amelie.
maría.
Los trenes siempre han dado mucho juego, cinematográficamente hablando. Hace poco han prohibido en una estación del Reino Unido besarse en los andenes, hasta el punto de que han habilitado una zona para besos en la estación. Dicen que los besos entorpecen la marcha y provocan retrasos. Como se extienda esta prohibición, pronto escenas como las que tan exquisitamente describes serán piezas de mueseos, reliquias arqueológicas. Los carteristas del mañana no urgarán en los bolsos de las señoras, aprovecharán un descuido para, tímidamente, rozar los labios de las señoritas con los suyos.
(Me descuadra la palabra "amancebamiento", le tengo cierta manía, pero reconozco que se trata de un prejuicio sin pies ni cabeza).
A lo que iba: ni idea de la película, pero, para el caso, es lo de menos: he disfrutado con el texto.
pd.- Adoro a Amelie
Ostras RaúL!!! la lucha de siempre entre lo que deseamos y lo que nos conviene, entre el amor, el deseo, lo bueno, lo ético...
Ayyyyy
Besicos
No sé qué tienen los trenes para ser tan líricos que no lo tiene ningún otro medio de transporte salvo el tranvía. No me imagino tu historia, por ejemplo en un aeropuerto mientras espero un avión o un taxi, por no hablar de una moto.
qué bien!
Enamoradita perdida, me dejó el señor Cliff en esta peli
...allá por el pleistoceno.
Perdón .. hacía un tiempito que no pasaba verdad???
Bueno se que no soy imprescindible pero queria estar...
Y pienso enla tristeza que me provocan las estaciones, sobre todo las de trenes, esas antiguas, donde siempre hay un reloj, un espacio con historias, como esta y como tantas parecidas, con despedidas que duelen y quedan ahogadas en la garganta!!!
Besos cielo!!!
Llenos de luz como siempre!!!
Muy bien escrita esa rememoranza de uno de los finales más románticos del cine clásico, que hoy no podría darse no porque como algunos apuntan ya empiean a prohibirse los besos en los andenes, si no porque hoy parece que todos los finales deben ser felices, olvidando que la mayoría de las narraciones románticas de siempre acaban en una despedida en ocasiones más irreversible que ésta.
Saludos.
...yo pienso que los amores que duran toda la vida son aquellos que no se concretan y se nos vuelve, a la larga, inspiración... me encanta la manera tan sublime que tienes para no hacer parecer a los finales como irremediables y desoladores.
Me encanta como escribes...ya te lo he dicho, pero igual te mereces cada elogio...
besitos.
No me gustan las despedidas. La tristeza es insufrible en ellas. Y tú has sabido captar y narrar con esmero esas sensaciones. Me encantó.
Besosss
Esta es una escena muy sensible, exquista.
El elemento de los trenes siempre transportan hacia otros rincones del pensamiento, son como desdoblarse el ser humano, los trenes son mágicos.
"la sosa razón que vigila su conciencia" muy bueno.
Saludos
Mi Monty, De Sica, y una estación… Curiosa la relación de De sica con las estaciones, recuerdo ahora otro final, de esos que provocan un nudo en la garganta, el de “Los Girasoles”, me encanta esa película y me emociona ese final, como tu texto… Me gustó especialmente el tono de desencanto y derrota que desprende el final…
Un beso
P.D: Jo que rachita, primero Allen y ahora Amelie, en fin, vendrán tiempos mejores para mí ;)
Como yo soy un tren de ida y vuelta y prometí volver, aquí estoy.
Estación Termini, noviembre de 1975, un adolescente conoce a un director de cine, cenan en un restaurante y despues le asesina en una playa. ¿Cuantos finales tristes habrán ocurrido y ocurrirán en esa estación?.
Estación Termini
¿Que pasó Pasolini
con los últimos pasos que dio
la vida por usted?
No puedo creer que exista
un final en la Estación Termini,
el más cruel de los poemas,
bajo las odiosas llantas adolescentes
de un Alfa Romeo 2000.
Un final de Pasolini,
Señor director,
donde usted ignora la escena
y deja correr el último rollo,
como si se tratara de otra película.
Rolando Gabrielli
Besos de cine
La verdad...esas despedidas son ingratas, y a veces en otro lugar y otra vida podrían ser felices...
Encantadora tu escritura.
Las historias de amor con tiempo son las más apasionadas, sin duda. Ya decía Proust que sólo se ama lo que no se posee totalmente.
Puede sentirse el dolor desgarrador de él.
Esta vez no tengo ni idea de en qué película te inspiraste.
(habrá besos, eso sí, que haber es impersonal, el muy verbo...).
Qué tendrán las estaciones de tren para que las despedidas en ellas siempre resulten mas intensas (y tristes) que las que se hacen en un aeropuerto.
Esta peli, sí la vi.
Buen relato.
Excelente sitio compañero siga, asi y que esto sea un encuentro mas que una despedida.
Saludos.
Paso:
Pablo Teriible
El recuerdo de la última caricia, siempre, siempre me provoca la irremediable sensación de desamparo, quizás por la certeza de ser la última, el final de la historia.Claro que si esto pasa en la estación del Ave, a él ni le dejan pisar el andén por no tener billete y hubiera tenido que mandarle un un telegráfico sms.
Por suerte, esta peli, cuyo nombre no adivinaría nunca nos recuerda que hubo un tiempo en que las caricias no tenían prisa.
Primero, darte gracias por tu visita y el comentario. nos sentimos halagados.
Segundo, todos somos estaciones, vivimos estaciones y tenemos estaciones. Ganar o perder, es parte del destino que deseamos.
La eterna respuesta de los seres humanos...
¿Qué queremos, qué debemos?
Saludos.
El ten es romantico de por si, las mejores despedidas
cinematograficas suceden alli.
Es mi medio de locomocion preferida.
Pues seguro que nos hemos visto castellon y benocassim es un pañuelo.
Que ilusion que visiteis la exposicion.
b7
Le vengo echando algún que otro vistazo desde hace tiempo a tu blog. Me encanta el cine.
En cuanto a esta película, me suena mucho el título pero no creo haberla visto.
Al leerte, me he puesto a pensar en aquellos amores de juventud que terminaban al final del verano. ¿Quién no ha sufrido por una despedida?. Cuando hay amor, ese dolor del adiós aunque luego pase, es insufrible.
Casi que no describes la estación, y sin embargo soy capaz de imaginarmela perfectamente.
J. Luis. L.G.
De esta película me gusta como De Sica consigue transmitir al espectador la sensanción incomoda de los protagonistas, que no pueden evitar vivir en un mundo hostil. Se siente perseguidos y aunque se escondan no pueden escapar...
Saludos!
Me voy deshaciendo de la pereza.
Tus narraciones siguen siendo magníficas, Raúl.
Que despedida tan triste
Un beso
Será por la atracción que siento por los trenes, no sé, pero me ha parecido que este texto está muy bien. Excelente, diría yo. De lo mejor que recuerdo.
también en mi vida hubo despedidas desgarradoras, llantos y separaciones que creíamos imposibles de superar...
Todo pasa, y aunque no se olvide, se convierte en recuerdo huidizo, haciendo de ese dolor aparentemente insuperable una pequeña cicatriz en la memoria que muchas veces ni siquiera escuece.
Me hace pensar,no sin una cierta sonrisa,el antes y el después de los espacios comunes de las grandes despedidas.Como bien dicen Alfredo y Vivian,en otros tiempos era posible despedirse en el mismo andén,puerto o aeropuesto,incluso muy cerquita del medio de transporte.Hoy,mi querido Raúl,solo se puede acceder al andén con el billete de tren.Después están todas esas cámaras de seguridad,todos esos seguratas con perros y porras que no te quitan el ojo de encima.Por otro lado,las ventanillas de los trenes son de cristal ahumado y el desolado o la desolada que se queda en tierra no puede mirar por última vez el rostro del amante o de la amante.Y luego,claro,los trenes salen de la estación despedidos como balas.¿Quién se atreve a aligerar,junto a la ventanilla, el paso para exprimir los últimos minutos del saludo?
Y ya ni te cuento si te hablo de los aeropuestos.Es el fin de las grandes despedidas.
Hermoso relato y gran película.
Un fuerte abrazo,Raúl.
Raúl, ahora me he fijado en esto de los comentarios que pones" lo saborearon! y chico, claro que sí, si es que cada vez que publicas una historia.. una se queda viendo las imagenes..y soñando despierta!!! un placer guapetón!
feliz fin de semana;).
Amigo Raúl, es cierto que llevo unos días alejado del blog. Un proceso febril, ya se sabe, los resfriados de esta época, y un intento de poner orden a ciertas ideas me han transformado, por unos días, en una suerte de ermitaño. Pero ya voy recuperando el ritmo normal...
Maravillosa descripción de esta despedida. Tienes una cualidad y una calidad increíbles para sintetizar y describir el cine. Un abrazo.
El blog esta Exquisito!
te espera un premio en mi blog felidades
Ummm, recuerdo una despedida en un tren... desde luego no tan dramática como esta pero emotiva.
Que ella sea mayor que él es estupendo, qué lástima los corsés que nos enfundamos, ¿no?
El amor y el desamor y desencuentro de dos seres que se aman pero no concretan porque algo impide que ellos terminen juntos y cada uno toma su propia ruta. Esta historia me gustó mucho, besos
No sé por que las despedidas me dan nostalgia. Sea con quien sea, y como sea.
Es más, cuando salgo de viaje sola, y regreso a mi ciudad, voy mirando la ruta como dejo la ciudad visitada, y me da una sensación totalmente inexplicable -y hasta algo tonto-, de tristeza y una especie de abandono, es rarisimo, me quedo un poco tristona por lo que queda atrás,...
Muy buena la narración que hiciste...
Remordimiento, conciencia y razón, ¡qué grandes enemigos de la pasión y la locura del amor!
¿Perdió el Amor? Cuánta nostalgia refleja él.
Un beso
Interesantes reflexiones.
Esa última hora de prórroga suele patetizar, embarrar y envilecer todo lo que pudo o podría ser -en el recuerdo futuro, por ejemplo-.
Es brillante y certera, aunque por desgracia un poco cacofónica, la frase sobre el desconcertante amancebamiento entre el deseo y el remordimiento.
Saludos de sol.
Si te cuento la de veces que se han despedido de mí así... sin las buenas formas... y mientras los relojes palpitando.
Abrazos.
Fijate que a mi me ha venido todo el tiempo de lectura a la mente la película de Breve encuentro de Lean. De la que habla en su blog Francisco. Porque pones la película, sino podría ser perfectamente. Mi amor, yo tampoco he acertado apenas los Oscar. Es que nosotros pensamos cine. Un beso cuentista.
Esta vez llegué tarde, por eso no la adiviné.
...
...
:)
Te mando un abrazo, Raúl.
q bueno :-)
y quién no ha sido ese hombre, volviendo de la estación a casa, sintiendo que vuelve de ningún lugar y va a ninguna parte...
Muy bueno, sí señor. Me gusta la forma en la que escribes: muy gráfica y mediante detalles significativos: el reloj, la noche fría, esa sonrisa primera de alivio... sin difuminar el foco con otros detalles ni con adornos. Yo creo que escribir es como el cine: saber captar el detalle crucial, que no haya nada, ni siquiera en el decorado, superfluo o inútil. Muy bueno, repito.
Oye, ¿aceptas retos?, ¿se te pueden proponer pelis para ver cómo las escribes?
Mmmm... algo me falla... pero no sé qué es.
El texto no, pues está más que bien escrito.
Pero encuentro algo contradictorio (puede que la intención sea esa). Por un lado el romanticismo de la situación, del contexto: una estación, el tren que se va, el momento frágil de la despedida, quedarse sólo en una estación abarrotada de gente.
Pero la despedida me suena tan... tan vana (incluso banal). Casi como si siguiera un argumento preescrito, y así lo expresas: Te ibas. Lo siento. Te quiero. He de irme. Por favor quédate.
No he visto la peli, así que pregunto: ¿se trata de una despedida realmente sentida?
Un abrazo
PD. ha sido una grata sorpresa verte pasear junto a Tacirupeja Jarro. Te envía galletas y una jarrita de miel.
Hacía días que no me pasaba por aquí...
... que tendrán las estaciones de tren que inspiran tanto? Son románticas, melancólicas, las despedidas en ellas siempre se hacen más difíciles, son más sentidas.
Termini ya no es una estación, es un mundo. Yo incluso me alojo en la zona, así que siempre veo a gente que viene o se va que se reencuentra o se despide.
Vittorio de Sica cuando quería era exquisito y cuando no, también.
Precioso texto!!!
M
Espero que no te moleste que haya enlazado tu blog al mío. Así lo tengo más cerca. Un abrazo,
Enrique
Qué forma tan magistral de narrar
esa maravillosa película del
gran Vittorio De Sica!!!
Un abrazo
BB
Hoy, a medida en que iba leyendo tu hermosura de entrada, me iba poniendo malita, malita, malita...
Ainss...
Son horrorosas las despedidas sin querer despedirse, teniendo que despedirse...
Un beso
P
- ¿Qué vamos a hacer? - preguntó Robert. Ella (Francesca) guardó silencio.
Elena, Elena, Elena.
No sé por qué, pero los abandonos siempre me producen frio, aún en pleno verano.
Un abrazo.
A PESAR DE MI SOLEDAD, INTENTO NO PENSAR UN SEGUNDO MAS EN LO Q FUE NUESTRO AMOR.
LAS COSAS SE ACABAN Y NI EL MAS MINIMO ESFUERZO PODRA HACER VOLVER ESE AMOR INNATO DE UN COMIENZO INCIERTO....
AUN TE AMO
PERO SIN ESPERANZA NINGUNA
Ay, ese lugar entre el deseo y el remordimiento, cuánto suele dar de sí. Me encanta eso de desandar la noche.
Me gusto tu blog :)
Querido amigo... sabes? nunca me gustaron las despedidas.. siempre me dan frio
Un abrazo
Raul, te invito a ver mi blog. Me gusta el tuyo. Suelo refugiarme en la poesia para evadirme de esta brutalidad que nos invade de manera prosaica e indecente sin pedir permiso en un interminente y pausado cotidiano.
madreselva-rebelde.blogspot.com
Las escenas de despedida en un andén siempre me han fascinado. Son muy románticas y la vez están llenas de tristeza, de soledad. Lo has recreado espléndidamente en tu relato.
Un abrazo
Hola, Raúl!!
Este texto me ha gustado mucho! Tiene momentos sublimes y ese lenguaje lírico y elípticamente condensado que te caracteriza.
Muy bueno el contrapunto él, ella. Ambos loran robarle una hora al tiempo, ambos la saborean a su modo.
Cariños
Que tristes las despedidas son, he recordado la despedida mas actual que he vivido, tan triste, y solo queda pensar que las cosas no volveran a ser igual, pensar que no volvera.
Muy buena entrada y muy buen blog, estare por aqui frecuentemente.
Saludos de Mexico.
Un regalo, una genialidad, una foto fija que todos guardamos con diferentes filtros en algún lugar del monedero del alma....
La despedida es fatal, y lo que viene después de ésta es una muerte lenta, el conocerse solo y en espera de algo que talvez no regrese... Escribes fenomenal, gracias! Un saludo!
Hola..ola que vuelve..y ademas se alegra d encontrar nuevos relatos para leer bajo las sábanas,antes de despertarme del todo.
Lo mejor de la historia..es que ese amor nunca se hará monótono y nunca tendrá ese sabor de los amores cansados. También servirá de tema de ensueños e idealismos a los amantes. Un beso..del Aire
Vittorio de Sica es un clásico del cine italiano. Que genial ese man.
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